-Los primeros días de enero, no han alterado en nada la situación que comenzó a profundizarse en diciembre, con los efectos de la pandemia sin más trámite. Ocurre que no se han equivocado quienes proyectaron una realidad bajo esta forma: más casos y casos.
Salto no es la excepción y orillamos los 30.

Hasta el 10 de enero, la prohibición de espectáculos públicos, pero todo lleva a suponer que la medida será extendida y acentuada, mientras la vacuna se inserta en un futuro que no se tiene en claro en qué momento llegará.
Teniendo en cuenta el imperio que se plantea, la inmovilidad en el fútbol salteño está planteada y la Liga Salteña como parte del cierre de sus puertas, mientras reglamentariamente comienza a regir el período de inscripción de clubes, hasta el 21 de este mes. El que no lo hace, dispondrá hasta el 31, pero con el incremento en la suma a pagar. No parece ser buen negocio, en tiempo de vacas flacas.
NADA POR AQUÍ Y NADA POR ALLÁ
El hecho es uno: a falta de información, se especula. Desde todos aquellos ámbitos que se relacionan con el fútbol, también aflora la maquinación de la inventiva. Pero la verdad es una: el fútbol salteño está en punto «muerto». No existe un solo borrador de cómo jugar ni cuándo iniciar. Si a una rueda, si a dos ruedas, en series o no series la segunda, con liguilla de cuatro o liguilla de seis. Pero nada, ¿eh?: nada.
La comisión de planificación que en su momento supo de instancias, apuntó en dirección concreta y la conclusión convertida en propuestas que resolvió la asamblea extraordinaria, como el aval para que la B» y la C iniciaran sus torneos en el momento que pudiesen, la vigencia de los pases solicitados en préstamos para este 2021 y amnistía a cuenta de jugadores con una base de seis partidos pendientes.
El restante caso, pagar o no pagar la inscripción, sin alcanzarse los dos tercios de votos. Pero el hecho es que esa comisión no planteó sistema de disputa.
Relevamiento de EL PUEBLO a nivel de clubes de la «A» por ejemplo, no se les remitió algún tipo de alternativa de disputa. Por lo tanto, cuando se coincide en ese «punto muerto» del fútbol salteño, simplemente es así.
Nadie se imagina el futuro.
Ningún plan sobre la mesa.
No parece ser enero, un mes apto para determinadas movilizaciones y alguna búsqueda, aunque una amenaza comienza a cernirse: los brazos caídos y el paso del tiempo.