Desde una mirada cultural, la pérdida de la tradición del festejo familiar de la Pascua refleja un
cambio en los hábitos y valores colectivos. Lo que antes era una celebración profundamente
arraigada en las costumbres familiares —con rituales como la misa, la preparación de comidas
típicas, el encuentro intergeneracional y la transmisión de símbolos religiosos o populares— ha
ido cediendo espacio frente al avance del individualismo, la globalización cultural y el
predominio del consumo.
Muchas prácticas tradicionales han sido reemplazadas o vaciadas de su sentido original, y la
Pascua ha pasado, en varios contextos, de ser una expresión de identidad compartida a
convertirse en una fecha más del calendario comercial.
Esta transformación evidencia cómo las dinámicas culturales modernas han influido en la forma
de vivir y transmitir celebraciones que históricamente funcionaban como espacios de cohesión
y continuidad familiar.
La pérdida de la tradición del festejo familiar de la Pascua desde lo cultural no solo implica el
abandono de ciertas costumbres, sino también una desconexión con el sentido comunitario y
simbólico de esta celebración. Recuperar estos espacios —aunque adaptados a los tiempos
actuales— podría fortalecer los vínculos familiares y la identidad cultural compartida,
rescatando el valor de celebrar juntos más allá del consumo y la rutina.
Vox Pópuli | 19 – 04 – 25
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/qgz8
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/qgz8