Pasó otra Navidad. Es de esas fechas especiales como pocas. Por segundo año consecutivo, a los temas de siempre, se suma el de la pandemia como motivo de reflexión, de preocupación, también de dolor para muchos.
A propósito, se viene insistiendo en retomar con mucha exigencia las medidas de precaución contra el Covid. Basta con mirar otros países, para darnos cuenta que las nuevas variantes vienen aumentando en cantidad de población que alcanza. De hecho hay países que están recomendando que las reuniones por Navidad y Año nuevo no superen las 8 o 10 personas.
Volviendo al tema fiestas, escuchamos estos días muchos recuerdos de otras navidades. Cuando se compraban barras de hielo de Urreta, cuando se ponía a enfriar la bebida entre esas barras, cuando las familias se juntaban con no menos de 15 o 20 personas a compartir una mesa bajo la parra o el paraíso…Son algunas de las cosas añoradas por muchos.
A raíz de un siniestro de hace pocos días, en el que al conductor le arrojó positivo el test de alcoholemia, surgió este comentario de un lector de EL PUEBLO: «¿Se dieron cuenta cómo aumenta la venta y el consumo de alcohol en diciembre?». Es verdad, así lo indican los números. Y no solo Navidad y Año Nuevo son la causa, también las múltiples despedidas que se festejan y el fin de algunos ciclos provocan celebraciones donde a menudo el alcohol está presente. A cuidarse.
