Ana Claudia Acosta, psicóloga y comunicadora
De la psicología a la comunicación televisiva y radial. Ana Claudia Acosta es psicóloga hace 17 años y ha trascendido en la sociedad a través de los medios, saliendo del clásico sofá donde atiende cómodamente a las personas que la consultan.
1. ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
– Soy la más chica de tres hermanos, un hermano varón que tiene ocho años más y una hermana que tiene cinco años más que yo. Somos de una familia trabajadora, papá trabajó siempre en la Intendencia, mamá trabajaba en casa y a veces realizaba tareas afuera en comercios o haciendo limpiezas. Estudié desde el Nivel 5 hasta mis 15 años en el Colegio Salesiano, en paralelo hacía inglés en el Anglo y otras actividades como música. Como en ese entonces no había bachillerato, elegí el IPOLL, donde hice el bachillerato de Derecho.
De mi infancia recuerdo los campamentos y actividades que hacíamos como Scout. Por ejemplo, íbamos al arroyo Ceibal a limpiarlo, íbamos por las casas promocionando el Día de la Salud o actividades de movilidad social para ayudar en algún área en la que como niños podíamos contribuir. También estuve en Clubes de Narradores, íbamos a las escuelas donde hacíamos cuentitos para los más chiquititos. Fue una infancia linda.
2. Cómo cambian los tiempos, pensar que ahora los niños andan todos con celulares.
– Por lo general, y sin cargar de negatividad a la infancia actual, son infancias diferentes. Antes íbamos a jugar al campito o al arroyito, andábamos en bicicleta, contábamos cuentos de asombro entre todos, la televisión comenzaba después de las 5. La tecnología era lo de menos en ese tiempo. Actualmente, el buen uso de los recursos que tenemos ha estimulado a nivel cognitivo ayudando a muchos niños a socializar con alguien que de pronto no se encuentra en el mismo espacio físico pero que está en otro lado, y ahí comienza el primer contacto social. Si vamos a un factor más psico biológico, un niño de cinco años en adelante no debería estar más de una hora frente a cualquier tipo de pantalla, pero sabemos que esa no es la realidad. Todo en su justa medida.
3. ¿De dónde viene su vocación por la psicología?
– En mi infancia me interesó mucho el intercambio con los demás, escuchar a las personas, y cuando entré en el liceo hice el bachillerato de Humanística, pero en Salto no estaba la carrera de Psicología, entonces, otra área que me gusta mucho es el de Lengua y Literatura, motivo por el cual y por cuestiones económicas, me quedé en Salto haciendo un año de profesorado en el CERP de Lengua y Literatura, y en 2002 inicié el estudio de Psicología, primer año de esa experiencia en Salto, soy de esa generación.
4. ¿Cómo llegaron los medios de comunicación a su vida?
– Estuve en los medios de comunicación en Federación y en Gualeguaychú (Argentina) dado que en ese momento el compañero de vida que tenía estaba en alguno de los medios y en paralelo mientras me iba formando, iba teniendo oportunidades como invitada brindando información desde mi formación. Luego, cuando me vine a Salto y empecé a sacar avisos en los medios, por esos mismos avisos me fueron llamando para hacer entrevistas en programas de radio, escribir en los diarios, lo que fueron despertando con mayor intensidad mi deseo por comunicar mis conocimientos para quienes tal vez no tuvieran una posibilidad directa de asistir a un psicólogo o solo para informarse de algunos temas que desde mi rol profesional les podía aportar.
5. Pero en televisión se la vio conduciendo un programa donde entrevistaba a invitados y hablaban de su vida, o sea, ahí hacía una cosa distinta.
– Más comunicacional, permitiendo a otra persona que pueda desde su rol social, laboral o por el servicio que prestaba, dar a conocer un poco sobre eso. La psicología me ayudaba para encarar las charlas cuando la persona no se animaba a promocionar su servicio o a contar de su historia de vida. Debido al rol de comunicadora y de psicóloga me ayudó a estar en esos espacios.
6. ¿Hoy está solo en la radio?
– Así es, estoy los sábados a las 16.30 por Emisora Del Éxodo 106.5 FM, el programa se llama “Una tarde con vos”, donde básicamente un profesional viene a hablar de diferentes temáticas y de alguna forma la gente interactúa, sumado a la mixtura que hacía en televisión de invitar a personas para que hablen de lo que hacen.
7. Hay temas que no nos gustan hablar como sociedad, temas tabú, pero que últimamente se viene hablando bastante, como del cáncer, del suicidio, de la salud mental, ¿acaso sea eso una consecuencia que nos dejó la pandemia?
– Primero que nada, hace 17 años que trabajo en psicología, y en la sociedad de psicólogos en Uruguay teníamos una mirada de que hay cuestiones que no debían difundirse, como el tema del suicidio, por ejemplo, porque podía producir debido a la teoría de la psicología de las masas, mayores suicidios, como un efecto en cadena. Entonces, había toda una teoría muy fundamentada de no hablar de eso. Después, si voy a hacer un análisis más social, existe lo que es la negación. A veces como sociedad puede pasar a nivel macro o también micro, que lo primero que nos ocurre cuando hay un evento shockeante importante es negar ese tema puntual. En las nuevas corrientes, se ha visualizado que es importante concientizar y sensibilizar, por lo tanto, en los medios ha surgido mucho más esta temática de poder dialogar sobre el suicidio y las enfermedades mentales. Se trabaja sobre la estigmatización, porque muchas veces como sociedad, si una persona va al psicólogo o al psiquiatra, hay un estigma al considerar a esa persona que está loca. Así que estas concientizaciones han dado cuenta de que por lo menos ir al psicólogo se toma como un medio de control, así como alguien va al odontólogo o al médico general cada seis meses a hacer un control de que esté todo bien. Entonces, el psicólogo se está introduciendo como alguien importante dentro de lo que es la salud integral.
8. Este verano se puso en agenda el tema de la felicidad debido al best seller de Gabriel Rolón. A veces no es fácil decir que uno es feliz porque enseguida le saltan de todos lados porque si uno no es feliz, otro tampoco puede serlo. ¿Cómo analiza este tema?
– El concepto de felicidad depende mucho de las características que cada persona le quiera dar. Puede haber una corriente que diga, no me expongo porque si no algún envidioso va a decir “mirá qué agrandado” o me van a tirar mala onda. Está lo otro, que si soy feliz, lo quiero compartir con otras personas y quizás eso contagie de felicidad a los demás, más allá que uno pueda ser feliz por tener una familia o estar solo o sola contenta viajando o lo que fuera. Es una pregunta tan macro que dependerá mucho de los conceptos que cada persona maneje. Pero si vamos a lo psico biológico, existen diferentes mecanismos químicos y órganos y áreas, como el sistema límbico, que se encarga de segregar endorfinas para los estados de felicidad. Desde mi rol y desde los análisis clínicos que he hecho, partiendo de una base biológica, cuando le muestro a otro que estoy feliz, puedo contagiarlo. Eso es porque tenemos lo que se llama “neuronas en espejo”, que se activan en presencia de otra persona. Entonces, cuando visualizo que una persona está sonriendo, y nos pasa con la famosa sonrisa contagiosa, nos empezamos a reír. Dependerá también del grado de sensibilidad de cada persona que será cuanto de esto me impregna o no.
9. Los estados de ánimo, ¿pueden ayudar a curar?
– Claro que sí. Es más, hay estudios hechos en relación a algunas patologías o enfermedades donde podemos usar un grupo de control, por ejemplo en personas enfermedades de distintos tipos de cáncer donde se trabaja en espacios de auto cuidado y de contención. Se puede buscar en internet que células cancerígenas y las células naturales del cuerpo en estas personas de grupos en donde trabajamos desde la motivación y del auto cuidado, donde nos reímos más junto a tipos de terapias que acompañan los procesos, para ser gráficos, las células buenas del cuerpo absorben estas células cancerígenas y se consigue un proceso mucho más rápido de recuperación.
10. La última palabra es suya.
– En referencia al tema de la felicidad, cada uno la va construyendo en función de sus propias historias. Pero además, y desde el área psicológica, pensemos que la Tierra es como un gran cerebro, y cada persona es parte como neurona. Cuantas más personas nos activemos en la misma sintonía, mejor nos va a ir a todos, cuánto más empaticemos, vamos a estar mejor nosotros y el otro. Así que sean felices en los que los haga sentir felices, estén siempre en un ambiente de cordialidad y armonía, respeten, respétense, vivan y dejen vivir.
