«Fue un dirigente como pocos, pero sobre todo, fue un hombre especial». Cabe preguntarse si una expresión de ese tipo, no se transforma en síntesis perfecta, para reflejar lo que fue en vida, AGUSTÍN FERREIRA. Un compañero de tantos en Peñarol, plasmó en mensaje a EL PUEBLO, ese convencimiento respecto a quien por sobre todo, «quiso entrañablemente al club. Por eso, este último descenso de la «B» a la «C» le dolió en el alma. Lo sufrió»

Habría que apelar a la sentida expresión de Gustavo Miguel Filippini a cronistas de este diario, para entender que Agustín «fue ese dirigente como pocos y un hombre especial». Para el «Carre»es de los que se merecerá siempre ël mejor homenaje. Fue espectacular, como Profesor en la UTU o siendo integrante de la directiva de Peñarol. En tantos años siendo parte yo del club, he conocido directivos que además te marcan como seres humanos. Agustín es uno de ellos»UN PEÑAROLENSE DE LEYEn tanto, al Esc. Luis Alberto Avellanal, no le faltó apunte reflexivo, tras conocerse el fallecimiento de Agustín Ferreira. El «Pato»supo enfundarse la camiseta de Peñarol en básquetbol, pero siempre y sin más trámite, su incondicional y humano afecto a la causa del club de la Avenida Barbieri.Por eso lo catalogó como «un peñarolense de ley en Salto. Fue secretario de varias comisiones por muchos años, porque le costaba o no quería ser presidente. Con más de 80 años de vida, no cesaba su vínculo con la entidad del sentimiento. La amistad de tantas décadas con los Quintana, los Rolfo y los tiempos compartidos con su amigo Enrique «Quique» Vidal, y como siempre Peñarol como eje. Los unía esa causa.Compartió la generación de dirigentes con Francisco Polti, Raúl «Lito» Aguerre, el propio «Quique» Vidal, Rodolfo Copa y Miguel Bellagamba entre otros. Era, un buen administrador del club, anonimo dirigente, de, esos de antes. La documentación del club la guardaba en su casa, por seguridades, una garantía de persona. Sentí una admiración especial por Agustín; era un sentimiento mutuo»********Al igual que el «Carre»Filippini, también el Es.Luis Avellanal para evocar al Profesor de la Escuela Industrial de aquellos años, con su pasión a cuestas por la Tornería y tantos alumnos transformados en legión. Al Agustín de Peñarol, amor pletórico y sin barreras.
El condolido adiós al directivo. Al docente. Pero sobre todo, al admirable ser que convivía en Agustín. Hasta esa terca generosidad para sentirse uno más, descartando el gesto ampuloso. Siempre desde su llaneza, de la que tantos pudieron aprender a manera de lección de vida. De inolvidable…. y humana lección. -ELEAZAR JOSÉ SILVA-