Isabel Guarino película «Federico el Grande»

Podemos comenzar esta nota con la cita del famoso actor estadounidense Ju-lius Henry Marx, conocido en el mundo artístico como Groucho Marx.
Este humorista, considerado uno de los más influyentes en el comien-zo del siglo XX, nos dejó una celebre cita; “Detrás de un gran Hombre hay una gran mujer”.
En este caso, Isabel Guarino ha esta-do a su lado y no detrás; Federico Moreira siempre tuvo el apoyo in-condicional de su novia primero, luego su esposa la que jamás se apartó, sino que fue su “gran equipo” en la trayectoria del mejor ciclista de nuestro país.
La familia Moreira Guarino a raíz de la Película ‘Federico El Grande’ está viviendo una experiencia que les regala satisfacción, al mismo tiem-po emoción de revivir aquellos momentos donde Federico estaba subido a una bicicleta de carreras, surcando las rutas nacionales o internacionales.
Allí, antes, durante y después de las competencias estaba Isabel, su es-posa junto a los 5 niños, basta recorrer algunas fotos de la familia y ver los podios con Isabel y sus hijos.
“Es maravilloso recordar todo lo que uno hizo en su historia de vida, que la gente reconozca y reviva en cada departamento es volver a ‘la ruta’ junto a Federico, volver a aque-llos años dónde todo comenzó y se vivió de manera muy intensa.”
Finales de la década del ’70 para el noviazgo de Isabel y Federico
“Nuestra historia de vida comienza en el año ’77. Comenzamos el noviazgo en el colegio Salesiano. Después vino el casamiento y la llegada de nuestros hijos.
Cuando nos conocimos, Federico corría solamente aquí en Salto. De a poco se fue construyendo nuestra vida juntos, en mi casa, en mi familia nunca se hablaba de ciclismo, hasta que llegó Federico.
Su carrera la hicimos juntos, yo estoy segura que solo no hubiese llegado, mientras él entrenaba y se preparaba yo estaba a cargo de toda la familia y ocupándome de todo.
Federico necesitaba estar tranquilo y concentrado, sabía que mientras se encontraba en competencia yo estaba a cargo de muchos detalles y de la familia. Siempre fuimos un equipo, siempre funcionamos así. Debimos adaptarnos a él para que llegaran los triunfos.”
La primera vez en ruta para Isabel, arriba de un Camión y al norte
“Las 500 Millas del Norte fue la primer competencia que acompañé a Federico. No recuerdo el año, aún éramos novios así que puedo ase
gurar que fue antes del ’83. Fuimos en un camión, ahí dormía-mos, de día le sacábamos el toldo para subir a las barandas y ver la carrera.
Muchos entrenamientos íbamos juntos, por ejemplo el iba en ruta y yo manejando a su lado. Muchas veces lo acompañaba de esa mane-ra en los comienzos. Después se sumaron nuestros hijos a los entre-namientos; en un momento tenía que cuidar de tres niños que iban sentados en el auto y de Federico que venía detrás de nosotros.”
Menuda tarea; Armar los bolsos, para Federico y 5 niños
“Era una ingeniería muy grande antes de cada Vuelta Ciclista del Uruguay o de Rutas de América; primero le organizaba todo lo de él. Luego venía la otra parte, a organi-zar todo el equipaje de los niños porque durante 10 días mínimos estaríamos fuera de casa y cada noche durmiendo en un lugar distinto. No era salir de viaje o de vacaciones, era acompañar a papá a la ruta y nosotros darle la mayor tranquilidad que estábamos bien.
A las 9 de la noche estaban todos durmiendo y al otro día a las 6 de la mañana sabían que debíamos estar en pie para hacer 4 o 5 horas de viaje acompañando la caravana. Eliana (hija), Siempre cuenta la anécdota de que ella seguía una novela (durante todo un año) y ese último día, ese último capítulo no lo pudo ver, pues debíamos estar en ruta con su papá.
Los niños tuvieron su gran participación para que su papá pudiera llegar. Eran 5 en total que le daban mucho aliento, incluso las niñas a veces dormían en la concentración con su padre, al otro día Federico
me la entregaba y se iba a la larga-da. El «combo familiar” (risas) ayudó muchísimo para lograr y alcanzar tantos títulos y carreras gana-das.”
La película Uruguaya
más vista en el país
“El último fin de semana del mes de abril la película de Federico fue la más vista en todo el Uruguay, cada vez que la miro me emociono. Ver tanta gente que lo quería y lo sigue queriendo, ha despertado el interés de muchas personas que lo conocieron a Federico. No paramos de recibir mensajes y llamadas de distintos lugares del Uruguay pre-guntando donde se exhibe y a que hora.
En Montevideo fue un éxito, durante tres días recorrimos todos los cana-les haciendo entrevistas. Asistimos a la sala Nelly Goitiño, (auditorio del Sodre), donde estaba repleto, antes de entrar vimos la cola de gente sacando la entrada y cuando llegamos y lo vieron a Federico no para-ban de pedirle fotos y autógrafos. Es hermoso que se siga, teniendo presente a un ídolo de esta manera. Hay personas que nos manifiestan su manera de ver el ciclismo en la actualidad; ‘ya no es lo mismo y tampoco tenemos un ídolo como Federico’, nos dicen.”
El fenómeno de Federico Moreira volvió a recorrer el país, el más grande se subió de nuevo a la bici-cleta, siempre acompañado de su familia, como de costumbre. Las salas de los cines en cada rincón del Uruguay lo siguen viendo. Isabel Guarino es la coprotagonista de esta película, en la vida real y en la pantalla grande.
Para ser un grande debe haber alguien que te acompañe a la par. Isabel lo es.