En Salto, los que entrenan y los que no entrenan
El analista es PEDRO CLAVIJO y el texto aparece en el portal Fútbol.Florida. Escribe. «Si debemos parar el fútbol amateur, bienvenido sea. A veces surge la pregunta de por qué el amateur, si, y el profesional no. Muy sencillo. Los profesionales tienen mayores posibilidades de acceder a cuidados, a hisopados, a atención médica. Además, resulta de atractivo tener dicha actividad como complemento de distracción de la ciudadanía. Lo que sí debe quedar en claro es que no se prohíben los entrenamientos. Tampoco el deporte individual.
Es una buena noticia. Ningún deportista quedará privado de hacer lo suyo y mantener su salud. En definitiva, es lo más importante. Más que un torneo que puede empezar un mes o dos después.
Lo principal es cuidarnos, atendernos, ser solidarios. Nunca será en vano tomar al pie de la letra las recomendaciones. Está en juego nuestra salud. Han muerto 750 uruguayos, más de dos millones de personas en el mundo, y hay poblaciones de riesgo que la pasan o la van a pasar muy mal»

BAJANDO AL MÍNIMO
En Salto bien puede concluirse que la situación es una, a partir de los testimonios que se fueron acumulando en las últimas 72 horas.
Desde el momento que el deporte amateur fue suspendido hasta el 4 de abril inclusive, en una buena mayoría de clubes la paralización es total. Ni entrenamiento ni partidos amistosos. En algunos casos, como Salto Uruguay entre otros, «la prohibición tanto dentro como fuera de la sede o el Parque Julio Pozzi».
Sucede que la realidad golpea y cuando se admite que «si no se juega fútbol oficial, para nadie es fácil el control sanitario». Son dos semanas al margen de acción alguna, técnicos o preparadores físicos que no asisten y puede suceder que niños o adolescentes se junten al margen de la institución que fuese, «pero sin protocolo alguno, sin cuidado alguno».
Para evitar este tipo de situación es que dirigentes clubistas del medio cortaron por lo sano, por ejemplo, en el caso de Nacional, con la decisión de la Subcomisión de Baby Fútbol.
Se entiende que «en un tiempo de pandemia y con el incremento notorio de los casos en Salto, hay que bajar al mínimo la posibilidad de riesgo de contagio».
«AHÍ ESTÁ EL RIESGO»
En el caso de los cuatro equipos que afrontan la liguilla de sub 15 en el Consejo Único Juvenil -por ejemplo- sin margen para la duda desde sus dirigentes: no transgredir la resolución emanada desde las autoridades correspondientes».
La interpretación es una: «si entrenar no está prohibido, así como viene la mano, es una chance potencial del virus circulando, porque a las sesiones de los niños o adolescentes practicando, no solo asisten ellos.
También padres y madres. Ahí está el riego. Pero en verdad no faltan los que tienen una venda tapando los ojos. No ven o en algunos casos, se hace que no ven».