Gonzalo Ugolini
Antes de ser identidad de naranjas y termas, primero fuimos astilleros, de los más grandes de Sudamérica.

En el fin del siglo diecinueve y comienzo del siglo veinte los vapores surcaron el río Uruguay uniendo Buenos Aires con Salto. Don Saturnino Ribes y Nicolás Mianovich trajeron y montaron los talleres más grandes, dónde hasta hoy perduran sus grandes estructuras, resistiendo el tiempo y siendo el testimonio de que en un tramo de nuestra historia, aquí estuvieron instalados los constructores de esas enormes embarcaciones para unir destinos, tanto de pasajeros como de mensajería y carga.

Hoy el capítulo para un astillero contemporáneo, un estudiante que fue perfeccionando sus construcciones, en el ensayo-error y aprender.
Sin herramientas como internet, sin tener instructores al alcance, se fue haciendo en el rubro hasta llegar a ser pionero y sus trabajos solicitados desde el exterior.
Gonzalo Ugolini es el creador y responsable de Astilleros Sioux. Desde los años noventa estudiando ingeniería en Concordia, y su vínculo con el canotaje desde muy joven, lo fueron conduciendo al destino que hoy narramos en esta entrevista con el palista múltiple campeón del mundo. El primer taller fue en su casa, luego por el tamaño de las embarcaciones debió alquilar un galpón en el mismo barrio; ahí en
Morquio, en la parte sur de la zona este limitando con el barrio 25 de mayo, Ugolini se inició en la industria astillera.
«Los comienzos fueron muy de principiante te diría, tratando de fabricar algún kayak. Me había comprado uno para la práctica del deporte. Íbamos a Salto Chico y nos tirábamos en los chorros y rápidos del río.
Tenía amigos queriendo también hacer lo mismo, de ahí fue despertando la idea de construir. Comencé a divisar el interés de las personas. En ese entonces yo tenía 18 años y estaba estudiando la carrera de ingeniería en Concordia.
Había curiosidad por el deporte del canotaje, me di cuenta de la punta del negocio.
Conseguí gente que sabía trabajar con fibra, te confieso que fue muy dificultoso, no había muchos instructivos, no había mucho conocimiento del proceso de fabricación, entonces me puse a aprender, estudiar cómo hacerlo.
Todo el proceso era muy complicado, había que encontrar a la persona que fabricaba, después llamarlo, escribir en ese momento lo que te decía y de inmediato hacerlo, ensayar y ver si teníamos resultados.
Fue así que comencé en el fondo de mi casa, aprendiendo de un modelo.
En Salto fue despertando el interés por las embarcaciones, eso fue de la mano con el crecimiento de mi trabajo.
De a poco compraba el material, se construía el bote y con la ganancia se invertía en herramientas.
El siguiente paso fue alquilar un galpón. Así iba paso a paso, mientras estudiaba. También comenzamos a diseñar otros modelos; de Kayak pasamos a fabricar botes, después vinieron algunas lanchas. Con esto vino más personal a la empresa, y con un poco más de experiencia hacíamos cualquier trabajo en fibra.
En esta entrevista la intención principal es ir juntos descubriendo el crecimiento de esta empresa astillera salteña. Ugolini nunca dejó de crecer, los horizontes se fueron agrandando, y los trabajos se expandieron por distintas partes del mundo.
«Con esto vinieron otros rubros cómo la reparación de tanques, piscinas chicas y todo tipo de reparaciones que estuvieran a nuestro alcance.
Otra fabricación que comenzamos fue la de los baños químicos, después montamos una empresa de alquiler de los baños paralelo a todo esto, también se vendían.
Las oportunidades fueron surgiendo con el trabajo; en un momento estábamos armando juegos en fibra para un parque de diversiones. Toboganes similares al de los parques acuáticos de nuestra ciudad. Todos los años se iban agregando nuevos desafíos pero lo que más crecía era la parte náutica.
El Canotaje de la mano del astillero «A mí me gustaba mucho la práctica y la competencia del canotaje, salía a otros departamentos, eso fue contagiando a mis amigos
principalmente. Después logramos despertar el interés del Club Remeros, del Rowing, fuimos plantando la semillita.
A través de los años, fuimos dejando el mayor legado que son las escuelas de Canotaje, es un deporte que apasiona y con mucho esfuerzo logramos cosas buenas para Salto. Nosotros en este 2023 cumplimos 35 años en la industria de los astilleros, es una gran satisfacción en lo personal; hoy toda mi familia está involucrada en la empresa.
Lugares y destinos «Los trabajos realizados han tenido llegada a varios destinos que jamás pensamos. Siempre las embarcaciones llegaron a todo el Uruguay, Bolivia, Brasil, Colombia, Guatemala, Argentina, Chile, hicimos unos
autos para parque acuático que una representante nacional los exportaba a México y EEUU.
Por año vamos agregando 10 o 12 modelos. En este momento tenemos 60 o 70 modelos distintos de kayak»
Familias y profesionales trabajando
«Hoy son 20 personas las que trabajan directamente con nosotros, después indirectamente hay otros rubros cómo mecánicos náuticos, tapiceros, ingenieros, dibujantes, contadores, escribanos, peritos náuticos y navales que nos hacen toda la parte de los planos, es mucha gente la que se involucra en esta industria.»
En esta primera entrega les dejamos el comienzo de la historia de una empresa que nos identifica, vinculada directamente a aquellos visionarios del comienzo del siglo XX a estos tiempos; otros tiempos.
