Cada 2 de febrero, como hoy , es tradición que se celebre a Yemanjá, una de las divinidades más comúnmente mencionada y alabada por los afroumbandistas. En Salto son cientos de personas que cada año se congregan junto al río y precisamente junto a la imagen de Yemanjá ubicada en zona de Playa Las Cavas.
Pero este año, que además es «el año de Yemanjá», según explican sus seguidores, la pandemia hace que se eviten reuniones grandes, aglomeraciones, por lo que las celebraciones en torno a esta fecha serán diferentes. Ante este escenario, uno de los principales referentes en Salto, el Pae Richard Soto de Xangó, conversó con EL PUEBLO y señaló a modo de reflexión: «desde el año pasado vengo diciendo que este año no debemos participar de los rituales en honor de Yemanjá en las aguas, este año yo no organizo nada de eso, porque debemos cuidarnos entre todos para que este país maravilloso salga adelante, florezca. Seguro entre todos vamos a salir adelante, y va a haber puertas abiertas para todos.
Hay mucha gente en crisis, que se está fundiendo, que no puede seguir con sus emprendimientos, entonces no seamos egoístas, demos luz a nuestro Presidente. Yo soy muy respetuoso de las autoridades, tanto departamentales como nacionales.
Entonces voy a pedir que el mundo espiritual ilumine al Intendente, al Presidente… ¿Cómo no voy a querer que al departamento y al país le vayan bien?, si de eso también depende que a mí como religioso me vaya bien. Este año Yemanjá nos pide ser claros, es un año sumamente espiritual, para viajar a nuestro interior y darnos cuenta que con amor todo se puede. Aprendamos a cruzar la vereda para ver si un niño, un anciano, un privado de libertad precisa algo».
NACIÓ EN LA RELIGIÓN
Soto recordó que desde siempre estuvo vinculado a esta religión, a la que a menudo llama «religión de los abrazos», aunque «ahora son virtuales los muchísimos besos y abrazos que estoy enviando a todos».
Richard nació en la religión. Cuenta que su hermano Jorge Soto «también es Pae y fue la máxima autoridad, elegido por todos los templos, de la primera asociación de afroumbandistas que hubo en Salto, incluso cuando se hizo un gran encuentro en la sala de un cine de calle Sarandí y vino hasta un religioso de Nigeria».
Recordó entonces cuando hace unos años, en las fiestas de febrero «no eran más de 50 personas». Pero después «mi comunidad religiosa fue creciendo hasta realizar fiestas espectaculares que organicé por muchos años; yo trabajo por y para el éxito, y no está mal decirlo, un médico o un deportista hacen lo mismo, cada uno queriendo destacarse en lo suyo».
LA OBRA SOCIAL
El destaque, en el caso de este Pae llegó principalmente cuando su Obra Social comenzó a trascender. Cabe recordar que esta brinda almuerzo, de lunes a viernes, a varias decenas de personas.
Pero no es algo de ahora, se trata de una tarea solidaria que cumple desde hace 24 años: «cuando me ordené Pae de Santo en Brasil, con la ya póstuma Mae Teresa de Xangó, dije que fundaba el templo pero también una obra social para ayudar al que menos tiene. Es por esta obra que he sido homenajeado en mi país y en el extranjero. Aquí en Salto, por ejemplo, recibí el homenaje del Comando de Jefatura de Policía y en el extranjero del gobierno de Brasil.
Esto me llena de orgullo, porque yo honro la vida y mi buen nombre». Además, sobre su obra social reflexionó: «nunca saqué una foto dando un plato de comida ni lo difundí en las redes.
Pero sí difundo lo que es la obra, porque mi amada religión a veces ha sido manoseada por delincuentes, estafadores y sinvergüenzas que se hacen llamar afroumbandistas y no lo son, y dejan mal a todos. Yo reparto, y repartiendo vivo muy feliz. Es un tesoro que poseo el ayudar a otros.
Ayudo de mil formas, también puede ser con una palabra de aliento. Siempre estoy pensando de qué forma poder contribuir. Mi religión habla que primero está el ser y después el tener. Hoy puedo compartir y repartir, hoy la vida me sonríe como hace 24 años y vivo muy bien porque ayudo a la gente, mi amor se refleja en eso».
LA FAMILIA
Este es otro de los temas a los que suele referirse Soto. A propósito comentó: «Este es el año de Yemanjá, madre de todos los orixá, y por ende mi madre. Y si digo madre, tengo que decir Blanca Viera, Pelusa, la mujer que me dio la vida, a quien amo.
Yo no puedo decir a otros que los estimo si no amo a mi madre. En la casa de mi madre me enseñaron el respeto, el amor al prójimo. Recuerdo la mesa tan solidaria en casa de mamá donde se decía: hay que agregar un poco más en la olla porque nunca se sabe si no llega alguien más con el pesar de la cruz. Por eso a mí me moviliza el pesar de la gente, me moviliza cuando me dicen que no tiene para comer, cuando me dicen no tengo trabajo, me movilizan tantas pérdidas…. Y me permito ser así porque me hace ser mejor persona, mejor religioso, ser dulce, tierno, y todo eso es Yemanjá, porque es madre.
Un religioso tiene que amar primero a la familia, a los padres. No se puede atender a la gente, orientarla, si soy un mal hijo, un mal hermano o un mal tío».
DONAR ALIMENTOS: LA MEJOR OFRENDA ESTE AÑO
Este año tan especial en que se evitarán las reuniones celebratorias, Soto invita «a que acerquen alimentos no perecederos a Andrés Latorre 260, entre San Martín y Ramírez, para que yo pueda seguir ayudando en mi obra social.
Yemanjá no precisa de flores, de velas, ni nada, sino que va a valorar y bendecir mucho más aquellos alimentos que sabe que este Pae va a repartir, como hace 24 años.
Pido también que mis colegas tengan la dignidad de ponerse la mano en el corazón y colaboren; creo que sería lo correcto, porque más de uno si están con templos y con casas abiertas se lo deben agradecer a este religioso, entonces que se acuerden del que menos tiene. Uno no puede sentarse a dar consulta y que el dinero venga solo para sus arcas.
Repartiendo y compartiendo se vive mejor. Yo convoco a la gente que en vez de flores, colaboren de esta forma y Yemanjá los va a bendecir muchísimo más».
NI DE DERECHA NI DE IZQUIERDA…
Puntualizó finalmente que «yo no recibo donaciones del Estado, ni de Intendencia, ni MIDES, jamás.
Pasó la derecha, gobernó el Frente Amplio 15 años, ahora otra vez la derecha, y mi obra ha pasado desapercibida para las autoridades.
En el primer gobierno de FA me reuní con Marina Arismendi (en ese momento al frente del MIDES) y sentí que fue una gran tomada de pelo, me dijo que colaboraría, pero nunca lo hizo.
A mí nadie, ni de derecha ni de izquierda me dio nada, sostengo mi obra social con mis propios recursos».