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lunes, 12 de mayo de 2025
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ORO de HOLLYWOOD… GENE TIERNEY: EN LA MECA DEL CINE

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Diario EL PUEBLO digital
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Su bellísimo rostro cautivó a John F. Kennedy, aunque fue el famoso diseñador de Hollywood, Oleg Cassini quien la llevó al altar cuando tenía nada más que veinte años. Tuvieron dos hijas: Daria –con retraso mental, sordomuda y ciega, producidos por un contagio de rubeola que sufrió la estrella- de una admiradora en un acto. Esto fue un golpe duro para ella lo que posteriormente le ocasionó trastornos psíquicos; su segunda hija llamada Cristina, nació fuerte y sana.  La pareja en cuestión se divorció en 1952. Contrajo después matrimonio con un magnate del petróleo, W. Howard Lee, quien la dejaría viuda en 1981. W. Howard Lee, había estado casado con la reconocida actriz Hedy Lamarr, desde 1953 hasta 1960. Se llamó Gene Eliza Tierney o Gene Tierney, una grande de la era dorada hollywoodense.
FAMOSA POR
SU BELLEZA
Gene nació en Brooklyn, Nueva York, el 19 de noviembre de 1920, comenzando muy de abajo en la escena. Se fue haciendo famosa por su belleza;  según el productor Darryl F. Zanuck, sería incuestionablemente “la mujer más hermosa de la historia del cine”. Fue nominada al Oscar por su papel en el filme “Que el cielo la juzgue”, del año 1945. Con una sólida educación, tras viajar y estudiar por Europa, regresa a Estados Unidos decidida a ser actriz. En 1939 comienza a trabajar en Broadway. El magnate Howard Hughes trata de seducirla sin conseguirlo. Tras varios éxitos en obras teatrales, es contratada por la Twentieth Century Fox. Desde su primera película tiene roles de protagonista. Debuta con “La venganza de Frank James”, de Fritz Lang, donde comparte cartel con Henry Fonda. Al año siguiente hace los estelares junto a Paul Muni, en “El Renegado”, de Irving Pichel. Desde ese momento va a intervenir en cintas importantes como “La ruta del tabaco”, de John Ford o “El embrujo de Shangai”, de Josef von Sternberg. Destacan sus interpretaciones junto a renombrados actores de la Fox de aquella época. Con Tyrone Power trabajaría en “El hijo de la furia”, de John Cromwell, “El filo de la navaja”, de Edmund Goulding, así como “Ese impulso maravilloso”, de Robert B. Sinclair. Con Dana Andrews, intervendría en “Laura”, de Otto Preminger, la película que más fama le otorgó, y por la que se la recuerda; ambos compartirían protagonismo en “Al borde del peligro”, de nuevo en un film de Otto Preminger, y en “Telón de acero”, de William A. Wellman.
EN LOS AÑOS
CUARENTA
Los años cuarenta fueron muy fructíferos para ella, pues trabajó en clásicos como la comedia “El Diablo dijo no” de Ernst Lubitsch, en ésta ocasión donde compartía marquesinas con Don Ameche, el melodrama “Que el cielo la juzgue”, de John M. Stahl donde componía uno de sus pocos papeles de malvada, en este caso atormentando a su marido, interpretado por Cornell Wilde; Tierney era a su vez atormentada por su malvado marido, interpretado por Vincent Price, en “El Castillo de Dragonwyck”, de Joseph Leo Mankiewicz. Repetiría con este director en el “El fantasma y la señora Muir”, donde el supuesto fantasma era genialmente interpretado por Rex Harrison. Cerraría esta gloriosa década para ella con “Vorágine”, de nuevo con el director de origen austríaco, Otto Preminger. Los cincuenta comenzarían con otro clásico, “Noche en la ciudad”, de Jules Dassin, con Richard Widmarck, si bien la importancia de sus títulos en los años cincuenta es bastante menor a la de los años cuarenta. Trabaja con el cómico Danny Kaye en “En la Costa Azul”, con el excelente Ray Milland en el drama “Cerca de mi corazón”, de William Keighley, y la exótica “Martín el gaucho”, de Jacques Tourneur.
METRO
GOLDWYN-MAYER
En esos momentos comienza a filmar para la Metro Goldwyn Mayer y con dos de sus principales figuras: con Spencer Tracy, en “La aventura del Plymouth”, de Clarence Brown, y con Clark Gable, en “No me abandones”, de Delmer Davis. Por esta época comienzan sus problemas de salud, así como su tormentosa relación con Ali Khan, con lo que sus trabajos se van a ir espaciando. Tiene un papel destacado en la superproducción “Sinuhé, el egipcio”, de Michael Curtiz, y “La mano izquierda de Dios”, de Edward Dmytryk, con Humphrey Bogart de protagonista. Ingresada en un sanatorio para recuperarse de la depresión sufrida por su ruptura definitiva con Ali Khan, se recupera y vuelve al cine a principio de los sesenta para rodar nuevamente con Otto Preminger en el largometraje “Tempestad sobre Washington”. Dos producciones más realizaría antes de retirarse del cine: “Juegos en el Ático”, de George Roy Hill y “En busca del amor”, de Jean Negulesco. En 1961 se casó con el magnate tejano. W.Howard Lee, viviendo en Houston, Texas hasta la muerte de este en 1981, los siguientes 10 años, Tierney dedicó sus esfuerzos a instituciones de beneficencia, en especial a aquellas que trataban el retraso mental infantil.  Realizó apenas un par de apariciones en alguna serie de televisión, hasta su muerte, por un problema pulmonar, acontecido el 6 de noviembre de 1991, en Houston, Texas, cuando contaba con setenta años de edad. Medía 1.70 de estatura, fue una de las presencias femeninas más famosas en la historia de Hollywood. Continuará brillando en la pantallal, eternamente. Más allá de la nostalgia.
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Su bellísimo rostro cautivó a John F. Kennedy, aunque fue el famoso diseñador de Hollywood, Oleg Cassini quien la llevó al altar cuando tenía nada más que veinte años. Tuvieron dos hijas: Daria –con retraso mental, sordomuda y ciega, producidos por un contagio de rubeola que sufrió la estrella- de una admiradora en un acto. Esto fue un golpe duro para ella lo que posteriormente le ocasionó trastornos psíquicos; su segunda hija llamada Cristina, nació fuerte y sana.  La pareja en cuestión se divorció en 1952. Contrajo después matrimonio con un magnate del petróleo, W. Howard Lee, quien la dejaría viuda en 1981. W. Howard Lee, había estado casado con la reconocida actriz Hedy Lamarr, desde 1953 hasta 1960. Se llamó Gene Eliza Tierney o Gene Tierney, una grande de la era dorada hollywoodense.

FAMOSA POR SU BELLEZA

Gene nació en Brooklyn, Nueva York, el 19 de noviembre de 1920, comenzando muy de abajo en la escena. Se fue haciendopage famosa por su belleza;  según el productor Darryl F. Zanuck, sería incuestionablemente “la mujer más hermosa de la historia del cine”. Fue nominada al Oscar por su papel en el filme “Que el cielo la juzgue”, del año 1945. Con una sólida educación, tras viajar y estudiar por Europa, regresa a Estados Unidos decidida a ser actriz. En 1939 comienza a trabajar en Broadway. El magnate Howard Hughes trata de seducirla sin conseguirlo. Tras varios éxitos en obras teatrales, es contratada por la Twentieth Century Fox. Desde su primera película tiene roles de protagonista. Debuta con “La venganza de Frank James”, de Fritz Lang, donde comparte cartel con Henry Fonda. Al año siguiente hace los estelares junto a Paul Muni, en “El Renegado”, de Irving Pichel. Desde ese momento va a intervenir en cintas importantes como “La ruta del tabaco”, de John Ford o “El embrujo de Shangai”, de Josef von Sternberg. Destacan sus interpretaciones junto a renombrados actores de la Fox de aquella época. Con Tyrone Power trabajaría en “El hijo de la furia”, de John Cromwell, “El filo de la navaja”, de Edmund Goulding, así como “Ese impulso maravilloso”, de Robert B. Sinclair. Con Dana Andrews, intervendría en “Laura”, de Otto Preminger, la película que más fama le otorgó, y por la que se la recuerda; ambos compartirían protagonismo en “Al borde del peligro”, de nuevo en un film de Otto Preminger, y en “Telón de acero”, de William A. Wellman.

EN LOS AÑOS CUARENTA

Los años cuarenta fueron muy fructíferos para ella, pues trabajó en clásicos como la comedia “El Diablo dijo no” de Ernst Lubitsch, en ésta ocasión donde compartía marquesinas con Don Ameche, el melodrama “Que el cielo la juzgue”, de John M. Stahl donde componía uno de sus pocos papeles de malvada, en este caso atormentando a su marido, interpretado por Cornell Wilde; Tierney era a su vez atormentada por su malvado marido, interpretado por Vincent Price, en “El Castillo de Dragonwyck”, de Joseph Leo Mankiewicz. Repetiría con este director en el “El fantasma y la señora Muir”, donde el supuesto fantasma era genialmente interpretado por Rex Harrison. Cerraría esta gloriosa década para ella con “Vorágine”, de nuevo con el director de origen austríaco, Otto Preminger. Los cincuenta comenzarían con otro clásico, “Noche en la ciudad”, de Jules Dassin, con Richard Widmarck, si bien la importancia de sus títulos en los años cincuenta es bastante menor a la de los años cuarenta. Trabaja con el cómico Danny Kaye en “En la Costa Azul”, con el excelente Ray Milland en el drama “Cerca de mi corazón”, de William Keighley, y la exótica “Martín el gaucho”, de Jacques Tourneur.

METRO GOLDWYN-MAYER

En esos momentos comienza a filmar para la Metro Goldwyn Mayer y con dos de sus principales figuras: con Spencer Tracy, en “La aventura del Plymouth”, de Clarence Brown, y con Clark Gable, en “No me abandones”, de Delmer Davis. Por esta época comienzan sus problemas de salud, así como su tormentosa relación con Ali Khan, con lo que sus trabajos se van a ir espaciando. Tiene un papel destacado en la superproducción “Sinuhé, el egipcio”, de Michael Curtiz, y “La mano izquierda de Dios”, de Edward Dmytryk, con Humphrey Bogart de protagonista. Ingresada en un sanatorio para recuperarse de la depresión sufrida por su ruptura definitiva con Ali Khan, se recupera y vuelve al cine a principio de los sesenta para rodar nuevamente con Otto Preminger en el largometraje “Tempestad sobre Washington”. Dos producciones más realizaría antes de retirarse del cine: “Juegos en el Ático”, de George Roy Hill y “En busca del amor”, de Jean Negulesco. En 1961 se casó con el magnate tejano. W.Howard Lee, viviendo en Houston, Texas hasta la muerte de este en 1981, los siguientes 10 años, Tierney dedicó sus esfuerzos a instituciones de beneficencia, en especial a aquellas que trataban el retraso mental infantil.  Realizó apenas un par de apariciones en alguna serie de televisión, hasta su muerte, por un problema pulmonar, acontecido el 6 de noviembre de 1991, en Houston, Texas, cuando contaba con setenta años de edad. Medía 1.70 de estatura, fue una de las presencias femeninas más famosas en la historia de Hollywood. Continuará brillando en la pantallal, eternamente. Más allá de la nostalgia.

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