Seguramente a los más jóvenes nada les dice esta fecha. Pero sin embargo no dudamos en afirmar que se trata de una de las fechas más importantes y relevantes de los últimos años, pues consiste en la fecha de comienzo de la construcción de la anhelada represa de Salto Grande.
Después de casi un siglo de lucha de los pueblos de Salto y Concordia, que incluyó una marcha hacia Montevideo en todo tipo de vehículos, estos pueblos veían materializarse la obra de aprovechamiento de uno de los principales rápidos del río Uruguay para la generación de energía eléctrica.
De allí que no nos cansaremos de pedir que este día sea declarado el Día de Salto Grande y sea motivo de especial recordación tanto en Salto como en Concordia, porque la lucha popular lo merece.
Es uno de los pocos ejemplos existentes en el mundo de que dos pueblos fueron capaces de recorrer 500 Km para pedir por algo justo y necesario.
Es este uno de los momentos especiales para los uruguayos, porque en muchos casos se consideran los nuevos “ricos” en Argentina, son variaciones de la integración y creíamos que los gobiernos tanto de Uruguay como de Argentina (dueños de la represa), ya lo habían estudiado porque es una de las cosas más elementales de la integración.
Quien opina lo contrario seguramente no conoce la vida en los puntos fronterizos, caracterizada precisamente por los “vaivenes” de las economías regionales.
Salto y Concordia tienen un destino común, que se funda sobra las bases de la integración regional que a veces beneficia a un país y a veces al otro. Manejar esta periodicidad sólo es posible en base a los principales rubros de la economía de cada país seguramente un país pequeño demográficamente como el nuestro, frente a un gigante en América del Sur como lo es Argentina, tiene pocas oportunidades.
De todas formas, siempre ha sido igual. La cuestión es que cuando la balanza nos perjudica, ponemos el grito en el cielo, porque seguramente muchas serán las fuentes de trabajo que correrán riesgo por esta integración.
Pero en los breves períodos en que la situación nos favorece, el silencio mayúsculo de los empresarios locales es la respuesta a los reclamos que llegan de la vecina orilla.
Son avatares propios de la integración regional y nos tendremos que acostumbrar a vivir con ellos, porque Salto Grande es una forma de integración, que aunque “renga” nos ha sido legada, con sus virtudes (que son muchas) y sus contratiempos que también los tiene.
A.R.D.
