Murió el mayor novelista uruguayo de las últimas décadas

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Honda congoja por Miguel Ángel Campodónico

Fue este martes 26 de julio: a los 85 años, en Montevideo (donde había nacido en 1937) falleció el escritor Miguel Ángel Campodónico. Lo del título es la opinión que hemos venido sosteniendo en más de una nota desde hace años: en las últimas décadas, libro tras libro, fue consolidándose como uno de los más importantes novelistas uruguayos de todos los tiempos y, sin dudas, en el novelista por excelencia de la literatura uruguaya contemporánea. Quizás quede justificada tal afirmación con mencionar apenas tres de esas novelas: “Homme sans mots – Hombre sin pala-bras” (edición bilingüe en francés y español publicada en Francia, 1991, con mínima circulación en Uruguay), “Invención del pasado” (1996) y “Descubrimiento del cielo” (1986, reeditada en 2012), aunque publicó varias más. Pero no solo la novela lo ocupó. También publicó libros de cuentos, entre otros: “Blanco, inevitable rincón” (1974) o “Entre humanos y otros animales” (2006). Líneas aparte ameritaría hacer referencia a sus más de diez libros de no-ficción, trabajos periodísticos de investigación, biografías en algunos casos, con los que más de una vez alcanzó récords de venta, como el caso de “Mujica”, editado en 1999 y reeditado en 2005 y 2009. Otros de estos libros hablan de Danilo Astori, Juan María Bordaberry, Sánchez Padilla, Villanueva Saravia, Rosencof, Cristina Morán y muchos más. Su “Nuevo diccionario de la cultura uruguaya” (2003, 816 entradas de uruguayos vivos de seis áreas de la cultura: artes visuales, música, cine y video, teatro, letras y periodismo) y “Nuevo diccionario de la cultura uruguaya” (2007, edición ampliada que contiene más de mil entradas), es un trabajo hasta ahora insuperable.

DEFENSOR DE LA CULTURA
Quienes además de leer sus obras, tuvimos la oportunidad de conocerlo y tratarlo, podemos afirmar que su partida significa una pérdida incalculable. Era exigente consigo mismo y con los demás. El nivel cultu-ral de la sociedad era su preocupación constante; la decadencia cultural en Uruguay en los últimos años, su gran motivo de aflicción. Recordamos una especie de “contrapunto” (así lo tituló en su momento EL PUEBLO) que una vez mantuvo con el entonces Intendente de Salto Germán Coutinho, igual que con refe-rentes políticos a nivel nacional del Frente Amplio: por defender los más altos valores de la cultura y el arte, no declinaba en su prédica ni complacía a nadie, menos por interferencias políticas; la seriedad de su rostro estaba acorde con una honestidad intelectual innegociable, inquebrantable.

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CAMPODÓNICO Y SALTO
Cuando llegaba a Salto, disfrutaba de estar en el bar El Pibe, de cenar en algún restaurante del centro o la costa, y de que lo llevaran a recorrer distintos barrios de la ciudad. La última vez que estuvo, nos dijo que le entusiasmaba la idea de escribir un libro sobre Edison Cavani. Es que Miguel Ángel Campodónico estuvo generosamente en Salto en varias oportunidades, principalmente propiciadas por su amistad con Leonardo Garet, y participó de numerosas actividades culturales, caracterizándose todas por su gran nivel. Solo a modo de ejemplo, vale recordar que participó de homenajes a Marosa di Giorgio, presentó libros de Garet, dictó una conferencia sobre creación literaria en el Liceo Salesiano, otra con el mismo tema en el Taller Litera-rio Horacio Quiroga, y otra sobre Armonía Sommers en el Anglo, presentó una novela propia (Palabra de Robles) en Casa Quiroga e integró el jurado del Concurso de Cuentos “Premio Internacional Horacio Quiroga” (en 2012).
Me permito un apunte más, ahora a título absolutamente personal. Cuando en el año 2003 presenté mi primer libro, un breve poemario, apenas lo conocía y sin embargo, reci-bí de Miguel Ángel una carta, escrita a mano, con palabras de gran aliento hacia un escritor principiante. Son gestos que se valoran siempre.
EL ÚLTIMO LIBRO
El último libro de Campodónico fue su retorno a la ficción, con una novela: «La llamé Giulia», en 2020. El libro estuvo inmediatamente en EL PUEBLO y esto es parte de lo que decíamos el 11 de octubre de 2020: “…su calidad y su riqueza que nace de un complejo y muy bien elaborado sistema narrativo en el que intervienen varias entidades, tanto ficticias como reales: entre estas últimas el propio Miguel Ángel Campodónico, el autor (y por ende creador de todo el sistema), quien desnuda una vez más sus magistrales do-tes de novelista (aunque las habilidades de periodista también se perciben); entre los narradores ficticios, la mujer que escribió unos manuscritos hallados en un apartamento vacío (Giulia), así como antepasados de ella que también narran dentro de los manuscritos, y quien los encontró y sacó a luz, Ana Bogliasco. Todo forma parte de una trama novelesca atrapante en la que Campodónico nos confirma lo ya dicho tantas veces: que se trata del mejor novelista uruguayo de las últimas décadas. Una trama que en palabras de contratapa se presenta así: «Campodónico se ale-ja de su narrativa calificada como atípica en la literatura uruguaya para ocuparse de la vida de una solitaria y rara mujer que se rindió a la invencible fuerza del amor hasta llevarla a enfrentar las más duras consecuencias. La peri-pecia de esa mujer desconocida de quien nunca se sabrá el

nombre se entrelaza con la hazaña vivida por cuatro avia-dores uruguayos que en su momento despertaron la aten-ción del mundo entero. La llamada Giulia vivió de tal forma enamorada que aceptó despojarse de cuestionamientos morales en tanto el amor que la dominaba le exigía rom-per la soledad para sentirse cerca del hombre que la había cautivado. Una peligrosa decisión que sin importarle los riesgos que encerraba la llevó como a los aviadores a por-fiar por lograr lo deseado». «La llamé Giulia» es editada por Ediciones Aldebarán, sello dirigido por Leonardo Garet, que vuelve a demostrar que su apuesta es siempre, ante todo, a la calidad literaria de las obras que publica. Aldebarán prepara además otras importantes ediciones para los próximos meses, lo que entusiasma la espera de más libros de este calibre. Por un lado, la editorial es dirigida por un salteño; por otro, hay que recordar que Campodónico ha llegado a nuestra ciudad en reiteradas ocasiones a ofrecer charlas, presentaciones de sus libros, etc.; y si algo faltara para alegría de los salteños: la carátula tiene una pintura de Horacio Rosete”.


RECONOCIMIENTOS
Obtuvo a lo largo del tiempo los más importantes premios que se otorgan en Uruguay, así como otros en el extranje-ro. Pero estamos convencidos que el mayor reconocimien-to lo tendrá su obra, que de aquí en más seguirá creciendo. Porque algo más hay que decir: Miguel Ángel no era de los que gustan propagandearse a sí mismos, al contrario, era de poco hablar, de poco exhibirse, de mínimas intenciones de figurar. Es ahora su obra, por sí sola, la que irá ganando protagonismo. Por el bien de todos, que así sea.

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