1940 .Había terminado mi ciclo escolar. En esa época, las escuelas eran : “de niñas” y “ de varones”, todavía no existían las escuelas mixtas.
Las vacaciones de 1941 tuvieron para mí la expectativa de que , en marzo, comenzaría el liceo.Mi hermano ya había empezado dos años antes. Le había ido muy bien, era muy inteligente y muy estudioso. Fue un antecedente familiar que nos “marcó” a todos los que seguimos después. Yo no era ni cerca de estudiosa como él que hasta en las vacaciones, leía libros de estudio. Mi padre, gran lector, tenía una biblioteca abundante, con temas de todo tipo.
En vacaciones, a la hora de la merienda , mi padre se tomaba un descanso y llamaba a mi hermano para someterlo a una especie de examen, haciéndole preguntas de todo tipo ,sobre todo de Geografia y de Historia. Yo trataba de “escaparme”para no caer en el interrogatorio, aunque a veces no me salvaba de alguna que no sabía responder. Entonces mi padre me decía :
-Son como baldes agujereados, estudian y no saben.
Eso me producía mucha vergüenza, aunque las preguntas , tal vez, no eran las adecuadas a lo que nos enseñaban en aquel tiempo. Yo admiré siempre a mi hermano, él “sabía todo”. Leía mucho los libros de la biblioteca.Mientras que yo me entretenía con las novelas “de amor” que se publicaban en las abundantes revistas que recibía mi madre él leía Historia,Geografíia, Anatomía. ..Yo descubrí después,que la Anatomía podía ser interesante…
Cuando en tercero del liceo apareció Literatura, con un profesor excelente, Thevenet, mi deslumbramiento fue absoluto. Aquellas páginas se hicieron mágicas. Libros que yo había descartado porque eran “largos” se hicieron más que interesantes cuando el profesor nos hizo descubrir el verdadero encanto de las palabras.
Amalia Zaldúa