La familia es considerada la organización social más importante del ser humano, siendo la base de toda sociedad. Es en ella donde se trasmiten los valores, enseñanzas, costumbres y tradiciones.

Hoy en día, la pandemia, ha provocado un aislamiento social como una de las mejores medidas para prevenir la propagación del virus y ha sometido a las familias a una prueba muy difícil «la convivencia».
Este virus ha generado un cambio en el estilo de vida, organización, horarios y tareas, provocado un aumento de cansancio, agotamiento diario, sentirnos más vulnerables ante esta situación, emociones que nos desbordan, aumentando así los conflictos intrafamiliares.
Es momento que la familia se reencuentre, es el «momento de potenciar nuestra mejor versión de nosotros mismos», para ayudarnos y apoyar a la familia, siendo más flexibles frente a los obstáculos «pandemia, aislamiento, convivencia».
¿Cómo podemos lograr superar esta etapa?
Buscando el apoyo del otro, escuchar y ser escuchado, tener tiempo para la comunicación familiar hablando con franqueza y apertura.
Adaptarnos a los cambios y situaciones de todos los días, tratando de continuar realizando tareas y actividades con horarios.
Compartir un tiempo de calidad con la familia, buscar soluciones en conjunto, respetando los límites de los demás.
Ser más templantes, bajar las exigencias y fomentar el sentido del humor, siempre respetando al otro «cuidando el vínculo».
Como adultos madre-hijo, padre-hijo, darse tiempo para que tengan una infancia mágica a pesar del distanciamiento social, formarnos como adultos referentes, capaces de generar apego y otras formas de aprendizaje desde el hogar.
Cuando no somos capaces de cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos y ayudar a los demás a poder lograrlo.