“Hay un gran riesgo en este país que pocos lo ven, que es la descalificación y la bastardización de la política, y eso me preocupa”.
Gustavo González presidió la Federación Uruguaya de Cooperativas por Ayuda Mutua (FUCVAM) durante muchos años. Recientemente abandonó su cargo para dedicarse a la militancia política dentro de filas del Partido Socialista del Frente Amplio, y de recorrida por el país en el marco de las elecciones internas de los partidos políticos, recaló en Salto para contar sus razones de por qué trabaja para que Carolina Cosse sea electa como candidata presidencial de su fuerza política, aprovechando la oportunidad para visitar la redacción de EL PUEBLO.
- ¿Qué balance hace de todos estos años trabajando en el cooperativismo en la construcción de la vivienda a través del sistema de ayuda mutua?
- Lo primero que tengo que decir es que estoy muy agradecido a este movimiento que lo conocí a los 18 años de edad. Tuve mi vivienda gracias a él y a 213 familias más que construimos juntos en aquellos años 70 y pico. Creo que ha sido un modelo nacido de una fusión muy interesante entre los universitarios comprometidos con el movimiento popular de la década del 60 y el movimiento obrero. Ahí nace un modelo extraordinario que tiene cosas muy interesantes, muy sui generis. Por ejemplo, las primeras experiencias fueron en el interior del país siendo un movimiento urbano. Eso se lo debemos a un gran trabajo de muchos años de miles y miles de personas, y hoy podemos decir con orgullo como uruguayos, independientemente que seamos cooperativistas de vivienda, que es un modelo que ganó en 2012 el primer premio mundial en los asentamientos humanos por las Naciones Unidas, y que hoy está desarrollado el modelo uruguayo en Paraguay, Bolivia, Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador en América Latina, en África en Zambia y Malawi, en Asia en Filipinas y Sri Lanka.
- ¿Qué llegó primero en usted, su sentir por el cooperativismo o su sentir socialista?
- Empecé a militar en la izquierda siendo muy jovencito, antes del 73, siendo un adolescente, en otro país, en otro momento, pero de todas maneras creo que llegaron ambas. Entré al cooperativismo de vivienda por necesidad de vivienda. De pibe mi familia sufría muchos problemas de vivienda, entonces, cuando me ennovié y empezamos a apurarnos para el apronte, dije “el casado casa quiere” y ahí entré en una cooperativa de vivienda donde descubrí un mundo nuevo, me enamoré de él y después la vida me llevó a ser dirigente de FUCVAM durante muchos años. Estuve exportando el modelo a varios países de América Latina, o sea que le debo mucho a la gente, es un movimiento muy interesante y que ha instalado un programa habitacional esté el gobierno que esté. Ya en este país no se puede negar la vigencia del cooperativismo de vivienda de ayuda mutua, sobre todo para los sectores más modestos de la población. Quien debe entrar al cooperativismo de vivienda de ayuda mutua es aquella familia que no tiene posibilidades de ahorro, así que le ha resuelto el problema a miles y miles de familias. Si juntáramos a todos los cooperativistas de vivienda que hoy hay en el país, seríamos la ciudad del interior con mayor número de habitantes. Para que tenga una idea, en Mercedes un tercio de la población vive en cooperativas de vivienda de ayuda mutua.
- Bien, pero ¿el cooperativismo lo llevó al socialismo o el socialismo lo llevó al cooperativismo?
- Las dos cosas fueron parejitas, porque desde joven creía en los colectivos. Cuando encontré el cooperativismo, pensé que era una forma distinta de hacerme la vivienda, y el socialismo lo abracé también siendo muy joven. Y ahí, sobre todo una inclinación a tener una vocación social y política, y creer en que la gente junta puede desarrollarse, puede hacer distinto un mundo que hoy está en una situación crítica. Y mire, hay varios analistas mundiales que están hablando de una crisis civilizatoria. Hoy por ejemplo, las cooperativas de vivienda no solo que le resuelve a la gente el problema de la vivienda, también resuelve el problema de la seguridad ciudadana, porque no es lo mismo vivir en un barrio donde tú no conoces quién va a ser tu vecino, a tener la posibilidad de discutir quién va a ser tu vecino que va a criar a sus hijos al lado de tus hijos.
- Si hablamos de izquierda, hay una amplia gama de posibilidades, desde el comunismo a la democracia cristiana, ¿por qué optó por el socialismo?
- Lo primero es que el Partido Socialista es el partido de la izquierda uruguaya más antiguo y que ha tenido a grandes hombres y mujeres, como Paulina Luisi, Emilio Frugoni, Reinaldo Gargano, Guillermo Chiflet, por nombrar algunos. Pero hay algo interesante, FUCVAM tiene una casita que se ha movilizado en todos los gobiernos, incluso en los progresistas. Bueno, el Partido Socialista siempre ha luchado por la independencia política de las organizaciones de masa. Eso quiere decir que yo como dirigente cooperativo, tengo que defender al cooperativista, no me puede importar ni su posición política ni su religión. Estoy en un sindicato de la construcción, debo defender a los trabajadores de la construcción, sean blancos, colorados o frenteamplistas. Se ha estigmatizado mucho, pero el Partido Socialista siempre ha defendido la autonomía, es más, yo renuncié a seguir en FUCVAM porque no me parecía que correspondía estar hablando a un diario de FUCVAM y a la vez por el Partido Socialista.
- ¿Cuántos años estuvo al frente de la Secretaría General de FUCVAM?
- Fui el Secretario General que estuvo más veces, porque en FUCVAM se está tres años, después reelección de dos y luego hay que volver a la base. Yo estuve cuatro períodos como Secretario General y tres como presidente.
- ¿Por qué optó por dejar FUCVAM para dedicarse a la militancia política?
- Creo que hoy hay un gran riesgo en este país que pocos lo ven, que es la descalificación y la bastardización de la política. Cuando la gente comienza a ver que la política no sirve para nada, me preocupa. Entonces, hay que estar en la política para demostrar, primero que no somos todo lo mismo, que la política es un eje central para los ciudadanos y las ciudadanas de este país, y que hay que discutir mucho de política, porque sin política el trabajador no tendría las ocho horas ni habría conquistado la licencia ni tendría una ley madre, por ejemplo, con la cual se jubiló mi madre en aquella época. Es decir, todos los grandes aciertos y avances de la Humanidad se pueden generar poniendo luces altas en la política. Entonces creí que hay que aportar en ese campo en un momento crítico y muy preocupante de la Humanidad, donde en la agenda mundial está la guerra, y en Uruguay parece que estamos de espaldas a eso.
- Supongo que su presencia en Salto se debe entonces a la campaña electoral por las internas de los partidos políticos…
- Es así, trabajando por una mujer extraordinaria, vamos a tener la posibilidad de tener la primera Presidenta en este país, como la socialista Paulina Luisi fue la primera mujer que entró en una Facultad. Estamos apoyando a Carolina Cosse, creemos que es una excelente candidata. Tuve la suerte de discutir mucho con Carolina sobre el tema de la vivienda, pero si me permite, quisiera contarle una anécdota. Yo estaba trabajando con cincuenta familias de desalojados, los invito a conformarse como cooperativa de viviendas, me dicen que sí, pero después me cuentan el segundo problema, y era que no tenían dónde ir a vivir, era gente en situación de calle. Hablé con la Intendencia de Montevideo, hablé con Carolina, le dije de la cartera de tierras, instrumento político fundamental para desarrollar la vivienda, y le dije que necesitaba un terreno, “el que tú quieras si es para esa gente”. No demoró diez minutos en contestarme. Podrá imaginarse que he hablado con muchos estadistas en todos estos años y nadie me contestó tan rápido, pero además, a los tres días fue al terreno para ver a la gente, y yo no la invité, fue ella. Entonces, la derecha está diciendo que es apática, que es autoritaria, que es esto o lo otro, eso tiene que ver con el patriarcado infame que hay en este país, y que están tratando de desvirtuar la imagen de Carolina Cosse, que es una mujer con una experiencia en la gestión estatal muy importante y que creemos que le haría muy bien al país.
Hubo un clásico del marxismo que en su momento dijo, al mundo hay que mirarlo también con los ojos de una mujer, ojo, son ojos de mujer, que no son iguales a los nuestros. Lo viví en la construcción, por ejemplo, en las cooperativas de vivienda de ayuda mutua la mano de obra femenina en todo lo que es motricidad fina es espectacular, no lo puede hacer un hombre. Y lo otro que no podemos es hacer a la vez tres o cuatro cosas, eso solo lo pueden hacer las mujeres. Es extraordinario. Quiero a una mujer Presidenta en este país.
- ¿Es momento para un país donde solo el 22% de las hojas de votación presentadas están encabezadas por mujeres?
- Por eso mismo tiene que haber una mujer Presidenta, y no solo por ser mujer, sino que Carolina es una mujer muy capaz. Pero además, hay un elemento que me llama mucho la atención, cuando los “enemigos”, en el buen sentido de la palabra, te pegan tanto, es porque sos bueno. Preocupate el día que todos te digan que sos bueno.
- ¿Eso pasa también cuando son Lucía y Mujica quienes le pegan a Cosse?
- Creo que estuvo fuera de lugar lo que hicieron, me sumo a lo que contestó Carolina, no discuto en un medio con compañeros del Frente Amplio, prefiero discutirlo en la interna. Discutir a fondo todos los temas en la orgánica, eso es lo que hace el Frente Amplio, pero jamás una descalificación personal a nadie.
PERFIL DE GUSTAVO GONZÁLEZ
Casado, tiene 2 hijos y 2 nietos. Es del signo de Piscis.
De chiquito quería ser jugador de fútbol.
Es hincha de River.
¿Una asignatura pendiente? No tengo.
¿Una comida? Asado.
¿Un libro? Ébano.
¿Una película? Los compañeros.
¿Un hobby? No tengo.
¿Qué música escucha? Canto popular.
¿Un día de la semana? Sábado.
¿El peor día de la semana? Lunes.
¿Qué le gusta de la gente? La humildad.
¿Qué no le gusta de la gente? La soberbia.