Carlos Texeira
La pandemia está provocando una paralización de la economía. Se está produciendo un creciente cierre de empresas y el aumento del desempleo. Situación que se seguirá agravando a medida que la pandemia avance. Las medidas tomadas hasta ahora no logran ni lograrán contrarrestar esa paralización. La preocupación se ha centrado en el déficit fiscal y se promueven medidas de austeridad. Es obvio que si se aumentan las medidas de austeridad, la paralización económica será mayor, cerrarán más empresas, habrá más desempleo, la recaudación tributaria seguirá cayendo, el déficit fiscal aumentará.

LA POBREZA SE INCREMENTA
Cada día que pasa la pobreza se incrementa y a la larga será mucho más difícil revertirla y poner al país en marcha. Un niño que hoy no se alimente bien, no se desarrollará física ni mentalmente y se volverá una carga para la sociedad. Un joven que deje de estudiar, es muy difícil que luego retome. Alguien capacitado que emigre por falta de oportunidades, es muy difícil que regrese.
HAY QUE CAMBIAR LA PISADA
Es de nuestro parecer que deben adoptarse otras medidas que impidan el desempleo, el cierre de empresas e incluso que se fomenten los empleos y la apertura de nuevas empresas. Hay que reactivar la economía ya, y para esto es necesario que el gobierno gaste e invierta. Un incremento del gasto y la inversión bien dirigidos, evita que mucha gente caiga en la pobreza, cuyas consecuencias negativas serán para siempre. Es más barato evitar que la gente caiga en la pobreza, que luego sacarla de la misma.
EL GOBIERNO DEBE TOMAR DEUDA
Hay que reactivar la economía y hacerla crecer. Para ello, si es necesario, es conveniente que el gobierno se endeude. Que tome dinero prestado a tal fin. Aprovechando además que a nivel internacional el mismo actualmente está muy barato. Las tasas de interés son extremadamente bajas e incluso negativas, en los países centrales (USA, Europa, etc.). La tasa Libor está a 0,25%, o sea 2,5 por mil. Y el riesgo país de Uruguay (que se suma a la tasa Libor) es de 125 puntos (la tasa de riesgo argentina está en 1474 puntos). Ello da para el caso uruguayo un interés básico del 1,50% o sea del 15 por mil. Intereses cuyo monto va disminuyendo por la desvalorización que sufre a través de los años la moneda prestada, en este caso el dólar.
HAY DINERO BARATO Y ABUNDANTE: AHORA!!
Actualmente el dinero en el mundo está barato y abunda. Hay que aprovechar esta coyuntura para provocar una reactivación y crecimiento de la economía uruguaya; y simultáneamente las condiciones de vida de toda la población, especialmente de los menos favorecidos.
Esto de que el dinero está barato, hay que subrayarlo, ES AHORA. En un futuro no muy lejano es factible su encarecimiento. Habiendo cambiado el gobierno de USA, es casi seguro que su política económica mudará y querrá aprovechar el dinero barato para recomponer el país que Trump y la pandemia destartalaron. Lo mismo harán otras múltiples naciones para salir de la recesión en que el coronavirus las sumió. Eso traerá una suba de los intereses. Por eso la oportunidad de Uruguay es ahora.
APROVECHAR LA OPORTUNIDAD
Levantar nuestra economía ahora será mucho menos costoso que cuando haya caído a niveles inferiores, cuando haya más empresas cerradas y más desempleados. Más difícil será. Más niños mal nutridos habrán. Más jóvenes con aspiraciones emigrarán. Y más delincuencia tendremos. El tiempo nos corre en contra. Hay que actuar ya. Hay que evitar recaer en una situación similar a la que sufrimos en el año 2002, con una parálisis prácticamente total, con graves consecuencias económicas, sociales y de toda índole.
PRIORIDADES
El gasto y la inversión deberían estar orientados con dos prioridades. Una hacia aquellos sectores con necesidades básicas insatisfechas (alimentación, vestimenta, vivienda, salud, etc.) donde la circulación del dinero es más rápida, ya que sus necesidades de todo tipo lleva a que lo gasten en forma inmediata; lo cual a su vez mueve rápidamente todos los sectores económicos, impulsando las empresas y creando empleo. La economía se reactiva y entra en un círculo virtuoso.
Y la segunda orientación de la inversión debe ser preferentemente hacia el impulso de actividades económicas capaces de ahorrar o generar divisas (dólares).
OPCIONES POSIBLES
A vía de ejemplo, de cosas posibles a realizar, sin perjuicio de otras, quizás hasta mejores, podemos señalar la creación de un sistema nacional de tratamiento de la basura, donde la clasificación de la misma podría generar trabajo para los sectores más postergados y el aprovechamiento de materiales que no sería necesario importar (metales, plásticos, cartones, etc.). Dando además la posibilidad de crear empresas que utilicen esos materiales. Como sería la producción de compost a gran escala, fertilizante para la agricultura, con la basura biodegradable (restos de alimentos, barridos, podas, etc.).
OTRAS OPCIONES
O la creación de sistemas de riego para el aumento de la producción en la agricultura y la ganadería. Al respecto ya hay estudios efectuados, a esos efectos, en tiempos del Ministerio del Ing. Aguerre, en las cuencas de los ríos Arapey, Yí y San Salvador. Eso se puede llevar a cabo por empresas, técnicos y mano de obra nacional. Generaría empleo, riqueza para el país y divisas.
O la realización de obras que adecúen los centros poblados a los cambios climáticos que eviten los grandes perjuicios que provocan las inundaciones y enchorradas cuando se producen grandes lluvias en cuencas de ríos y arroyos.
O el incremento de la generación eléctrica por energía eólica o solar, para emplearla en el transporte, particularmente en el ferrocarril para zonas alejadas del puerto y del principal centro de consumo en el país que es la zona metropolitana. O vender los excedentes de electricidad al extranjero. O producir hidrógeno, que puede ser almacenado para su utilización posterior. Todas energías limpias y amigables con el ambiente.
A propósito, sería importante crear el ramal ferroviario al puerto de Nueva Palmira (antiguo Higueritas) que tiene un volumen de carga similar al de Montevideo. Permitiría tener un mejor acceso a aquel puerto y a su vez unir por tren los dos puertos marítimos más importantes del país.
O la inversión en infraestructuras como vías de transportes, para abaratar los fletes; o en redes 5G que serán de gran utilidad en el futuro, habiendo ya en Uruguay una industria del software que ha tenido un gran crecimiento, donde existen posibilidades de empleo calificado, muy bien remunerado y que es un sector generador de divisas.
El crecimiento de la economía y la generación o ahorro de dólares (divisas), hará que los intereses y las amortizaciones de los créditos se puedan pagar sin dificultades. Préstamos de ese tipo no enflaquecerán la caja del gobierno, sino todo lo contrario. El incremento de la actividad económica mejorará la recaudación.
VIVIENDAS CON EXONERACIÓN
La construcción es sin dudas un sector que dinamiza rápidamente la economía. Pero cuando se trata de construir viviendas con exoneraciones tributarias nos parece que habría que pensarlo dos veces. ¿Quiénes comprarán o incluso alquilarán esas viviendas si una gran masa de la población no tiene empleo y consecuentemente tampoco ingresos? Si esas exoneraciones son para viviendas de sectores acomodados no parece tener sentido. En tal caso podrían significar un favorecimiento a la especulación inmobiliaria o la construcción de viviendas que permanecerán vacías y serán un capital ocioso, que no produce ningún beneficio, ni menos divisas.
SOLVENCIA FINANCIERA de URUGUAY
Uruguay hoy tiene crédito. Pero además es reconocida su calidad de buen pagador. Y esto último no es de ahora. Desde los tiempos en que el poder en el Uruguay se resolvía a lanza y trabuco, ninguno de los que en cada oportunidad se encaramó en el poder, negó o repudió las deudas, así fueran las tomadas por los gobiernos derrocados. Siempre se pagó. Esta es una tradición que nos da una gran solvencia moral y que los inversionistas tienen muy en cuenta: la seguridad del cobro. Eso Uruguay lo satisface con creces, quizás como pocos países en el mundo. Aún en tiempos de hecatombe, donde no se sabía si sobreviviríamos como nación, como en la Guerra Grande (1836-1851) o en la invasión de Flores y posterior ocupación brasileña (década de 1860). Nunca se negó una deuda, aún las contraídas por la presión de las bayonetas extranjeras. Por todo eso Uruguay es reconocido como buen pagador a nivel internacional.
ENDEUDAMIENTO PARA EL DESARROLLO
La política de endeudamiento gubernamental para el desarrollo no es algo nuevo en nuestro país. Es la que permitió crear el Banco de la Republica en 1896, tomando el Gobierno de la época (Idiarte Borda) un préstamo en libras oro en Londres. Ese préstamo en moneda dura (no era un dólar en constante desvalorización) permitió crear una de las instituciones económicas más importantes del país (sino la más). Así se crearon también –tomando crédito el propio Gobierno- otras empresas del Estado, que han sido y son sostén de nuestra economía. UTE, ANCAP, las Represas Hidroeléctricas, etc. son el fruto de esos créditos. Todos ellos satisfechos a sus acreedores.
PENSAMIENTO DE DON JOSÉ SERRATO
Es bueno recordar al respecto el pensamiento (y acción) de don José Serrato (ingeniero, economista, político), Ministro de don José Batlle y Ordoñez y luego Presidente de la República a principios del siglo XX, quien sostenía que no importaba los intereses que nos cobraran por esos préstamos (que entonces eran en oro), para fomentar nuevas empresas; sólo pedía plazos largos para pagarlos. Porque de ese modo la deuda se pagaba con lo que la misma empresa producía y nos quedaba la empresa funcionando y generando beneficios para el país.
La Represa de Salto Grande, orgullo nacional, es uno de los tantos ejemplos de esa política. Generó empleo, se pagó en fecha el préstamo, que era de proporciones grandes para la economía uruguaya de entonces, y varios decenios después sigue generando beneficios.
Salto, Diciembre 2020.
Carlos Texeira