Un acto de perfección colectiva. Porque al fin de cuentas, ese fue River Plate.
Porque defendió sobre la base de la presión, del anticipo y con el auxilio permanente. Porque en la zona de volantes, la marca y la creación se balancearon desde cada uno, como para que el equipo NUNCA perdiera el control del trámite.
A partir de esos dos aspectos básicos, para que Universitario se partiera sin más trámite, la resolución ofensiva como consecuencia inevitable.
Es que fue la noche perfecta de River. Por eso el 3 a 0, no genera duda y expulsa cualquier vacilación. ¿O no fue un golazo esa bala descargada por Gabriel de Souza desde casi 40 metros? Y el mismo artiguense a los 38′ apareciendo por derecha y mandando la pelota al segundo palo, con todo el fondo de Universitario pagando los platos rotos de su encendida desarticulación.
Costó reconocer a ese Universitario del primer tiempo, sin producir un acercamiento ofensivo más o menos visible, presa de su propia e inalterable impotencia.
La lejanía de Fornaroli y el acarreo de pelotas por el «Cunfi» Menoni. Pero River entendió de qué se trataba la historia. Que no podía tolerar ningún fracaso. Ni individual ni colectivo. Ni desde lo táctico. Y cabe preguntarse….¿este River de dónde salió?
Porque el equipo de Alejandro Torrens expuso la señal inconfundible de la personalidad. Desde Yeicol para atajar, Jorge Dalmao para liderar y lo que supuso esa cuerda de volantes a la medida del querer. Querer cancelando y querer creando. Pero también decidiendo.
En la recta final, Emilio mandó variantes. Universitario no reportó mejoría. Solitario y con desventuras. Sin respuestas para funcionar. Le dolió demasiado ese 2 a 0. Más aún cuando en los 33′ De Souza remató con el 3 a 0. Le quedó frontal y despachó la estocada del remate que murió en las piolas. ¿Cómo no suponer acaso que fue el acto final del River perfecto?
El del imperio desde su sentido de asociación. Porque fue equipo-equipo.
Universitario el del polo opuesto: el de las confusiones. Barrida su pretensión.
Sin rescatar algo de la esencia del rey. Sobre la conclusión del partido, una primera y exclusiva chance de gol. Quedó la deuda abierta. Universitario lo sabe.
Mientras el River de Alejandro, se hizo canto y rebelión.
Pero ojo: REBELIÓN JUGANDO. No rebelión-metiendo.
No fue la victoria de su corazón. Fue la victoria de su clase.
Fue su noche. La noche del River perfecto.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
Con equilibrio esta vez, clave siempre. Caudillo y pico. El pleno River de Torrens.
ASÍ PASÓ
Campo de juego: Parque Ernesto Dickinson.
Partido enmarcado en la zona de play off. De ida.
Divisional «A»
Árbitro central: Fernando López (MUY BIEN).
RIVER PLATE (3)- Yeikol Prado; Gastón Ferreira, Juan Rodríguez, Jorge Dalmao (Fabricio Aranda), Ivo Cechini; Diego Beninca, Edgard Sequeira, Facundo Rodríguez (Jairo Prado), Alan Aranda; Agustín Acevedo, Gabriel de Souza (Santiago Pintos).
Director Técnico: Héctor Alejandro Torrens.
UNIVERSITARIO (0)- John Patrick Burgardt; Facundo Correa, Matías Flores, Octavio Pintos (Elías Andaluz), Pablo Sotelo; Joaquín Jacques (Renzo Rolfo), Marcelo Menoni, Tomás Medina (George dos Santos), César Silveira (Lucas Píriz); Valentín Fornaroli, Alexander Píriz.
Director Técnico: Paulo Emilio Silva.
GOLES: 13′ y 38′ Gabriel de Souza (RP). Segundo tiempo: 33′ Gabriel de Souza (RP).
Expulsado: Gonzalo Silva (U)- sin haber ingresado al campo de juego e integrando la nómina de suplentes.
EL MEJOR DE LA CANCHA: Gabriel de Souza- Jorge Dalmao-Facundo Rodríguez-Ivo Cechini.
EL MEJOR DE UNIVERSITARIO: Marcelo Alexander Menoni.
