Un tal Alcides «Zanahoria» Fagúndez
La historia cuenta que sumando 18 años, ENZO FRANCESCOLI hizo detonar sus aptitudes en la selección uruguaya juvenil de 1981, consagrada campeona a nivel Sudamericano. Un lujo de exposición ofensiva a partir de Carlos «Pato» Aguilera, Amaro Carlos Nadal y Jorge Villazán entre otros.
En la parcela de volantes y por izquierda: Francéscoli. En 1983 se va a River Plate de Argentina, quien pagó a Wanderers el monto de 310 mil dólares. Mucho dinero para aquel tiempo, casi irrisoria para este. Lo concreto es que la salida de Francéscoli, allana el camino para un salteño: ALCIDES «Zanahoria» FAGÚNDEZ.
Dueño de una zurda sutil y con exquisitez de pegada, producto del Universitario nuestro, siempre proclive a la defensa de un determinado estilo.Cuando se despidió de los rojos, fue en un partido por el Campeonato Salteño. Sinfonía de Universitario en el 5 a 1 final y un golazo de Fagúndez desde casi 40 metros en el Parque Dickinson.
Un chau con clase.
LA DECISIÓN DE CASTELNOBLE
El diario de la época no abriga dudas, respecto al concepto que se había ganado Alcides Fagúndez, a tal punto que en el Montevideo Wanderers no se discutía: era el natural sustituto del volante «naranjero». El técnico bohemio, no otro que Ángel Castelnoble, quien en 1972 había integrado como jugador el plantel de Wanderers ascendido a la «A», con dos jugadores salteños incluídos: Roberto «Chueco» Burgos y Aníbal «Maño» Ruiz, ambos con un pasado común en Ferro Carril.
En esa década de los 80, Universitario proyectó desde su cuna al fútbol rentado, dos números 10: Sergio Santín y Alcides Fagúndez.
El «Bocha» se enrolaba en Danubio y «Zanahoria» en Wanderers. Potenciales talentos los dos. Zurdas para el rescate. Crear al fin de cuentas, un arte en sí mismo.
Un arte pleno y vital.