ENTRETIEMPO. Las vueltas de la vida, la semana pasada dedicábamos esta columna a hablar del intenso y agobiante calor que hemos tenido en los primeros días del año, y hoy bien que podríamos referirnos al descanso que dio el descenso de la temperatura (debe ser lo único que baja en este país, además del salario real, aunque más no sea por unos pocos días, en el caso de la temperatura) a nuestro consumo de electricidad ya que se pudieron dejar de usar los aires acondicionados (aquellos que lo tengan).
La semana pasada también notábamos la baja presencia de gente en las calles haciendo mandados el domingo en horas cercanas al mediodía, lo que deducíamos que bien que podía ser debido a las altas temperaturas, y que quien se arriesgaba a salir a hacer las compras, corría rápidamente a refugiarse en aquellos comercios gastronómicos que tuviesen aire acondicionado. Era una teoría arriesgada, pues la deducción más rápida y lógica era suponer que todo el mundo había cruzado el puente.
Sin embargo, este domingo y con el descenso de temperatura (tener 27° promedio durante el domingo son al menos entre 11 y 13 grados menos de lo que veníamos sufriendo), las góndolas de los supermercados céntricos estaban llenos. Acá bien podríamos decir que nuestra teoría de la semana pasada se comprobó, o bien, que la altura del mes hizo mella en los bolsillos de los sufridos salteños y tuvieron que comprar con tarjetas de crédito que solo son aceptadas en este lado del río. Como sea, siempre será una de dos.
Este entretiempo que nos dio el clima para que podamos respirar (en realidad, quienes han respirado son nuestros bolsillos), ha llegado en buena hora. Así que gracias a quien corresponda, y esperemos que nos siga regalando algunos días más.
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OPORTUNIDADES. “La política ha sido hecha a imagen y semejanza del hombre. Un ejemplo, las reuniones políticas son a la noche, justo a la hora que las mujeres tenemos que preparar la cena y organizar a nuestros hijos para acostarse para ir al día siguiente a la escuela o al liceo, pero eso tiene que cambiar si pretenden que las mujeres comencemos a involucrarnos más en política”, me dijo hace algún tiempo una dirigente política.
Otro ejemplo. El día de su asunción como legisladora, llega un varón de su mismo partido político quien le preguntó cómo lograría congeniar el trabajo parlamentario con el cuidado de sus hijos, “de la misma forma que tú harás con los tuyos”, le respondió.
Hasta hace unos años, en el edificio del Palacio Legislativo, en la zona del Senado, no había baños para mujeres, ni la posibilidad que una legisladora pudiese acogerse al derecho de licencia por maternidad porque no estaba previsto que un legislador la pidiera, por el mero hecho que los varones no podían pedir licencia por ese tema, obviamente.
Se ha ido avanzando en este terreno. Se ve creciendo el número de familias que comparten derechos y obligaciones en la crianza de sus hijos tanto para el padre como para la madre, ya no solo derechos al hombre y obligaciones a la madre, miti miti, y así poder organizar mejor sus agendas y horarios para trabajar, incluso en política.
De todas formas, parece ser aún la excepción a la regla. Nos queda mucho camino por recorrer, pero al menos parece que de a poco vamos entendiendo cuál es la dirección. Hasta la semana que viene