FIN. Listo, se terminó el mundial y los hermanos argentos festejan junto a todo un continente que hacía 20 años no ganaba el máximo torneo mundial de fútbol. Tampoco es que nos hayamos sacado el 5 de Oro y recuperamos todas las riquezas que saquearon los europeos cuando conquistaron y sometieron a estas tierras ni Argentina recuperó las Malvinas, pero tampoco es para profundizar tanto. Fue fútbol y nada más.
Este mundial ha sido atípico por donde se lo mire, comenzando por la fecha en la que termina. Una semana más de alargue que diera el árbitro polaco y terminaban pateando los penales en navidad. Pero bueno, justos ganadores, gran final de alta tensión, pero ni los problemas de los argentinos ni los nuestros desaparecieron por el simple hecho de estar contentos.
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VERANIEGO. Siempre nos hemos preguntado por qué no había los fines de semana en las plazas de la ciudad algún entretenimiento musical con alguna banda local para pasar el rato, algo parecido a lo que ocurre en la Plaza del Entrevero (en realidad se llama Plaza Juan Pedro Fabini o simplemente Plaza Fabini) en Montevideo cuando se pone música y la gente que pasa se queda y se baila algunos tangos, disfrutando del momento.
Por tanto, ahora que ha aparecido una sana competencia entre CTM y la Intendencia, no vamos a oponernos, pero no podemos dejar de notar que no se trata de una estricta política de promoción cultural sino de un tipo de competencia no muy solapada, yo diría casi notoria, entre ambas instituciones. Lo bueno de esta competencia claramente política, trata de brindarle a los salteños todo tipo de espectáculo no muy “gratuito” (porque quien concurra, debe tolerar algunos discursos previos) para que pase un buen rato. Si el precio de disfrutar de un momento en familia al aire libre y “gratis” (ídem) es escuchar a los políticos, supongo que vale la pena si se mide costo-beneficio. De última, gana la gente. Bien.
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CONTINUIDAD. Terminado el mundial, el Intendente ya aseguró a EL PUEBLO en su edición del sábado que cada viernes habrá algún espectáculo en el escenario que para esos efectos se montó en Plaza Treinta y Tres. Bien.
Quienes se venían quedando eran los muchachos de CTM en el denominado “Espacio Puerto”, pero a falta de arbolito navideño (que si mal no recuerdo, se habían comprometido a tener uno), encendieron luces en las grúas marcando su contorno y esperando que los niños (y no tan niños), concurran a escribir su cartita con pedidos a Papá Noel.
Lo que no me queda claro es si se trata de algo real o es una chanza o eufemismo a los dichos formulados por el Intendente en un acto político sobre el Presidente de CTM, porque caramba, si así fuera, el sarcasmo es evidente y parece una buena respuesta.
Hasta la semana que viene…