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91 años del «Bocha», Washington Benavidez

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Por: Jorge Pignataro

Ayer, 3 de marzo, fue el cumpleaños de Washigton «Bocha» Benavidez (o Benavides, con «s», como utilizó casi a modo de seudónimo), poeta fallecido el 24 de setiembre de 2017, que había nacido en Tacuarembó hace 91 años, el 3 de marzo de 1930. Múltiples homenajes se le vienen realizando por estos días, uno de ellos tiene como protagonista, en una radio de alcance nacional, al compositor Enrique Rodríguez Viera, también tacuaremboense, quien considera al «Bocha» como uno de sus mayores maestros en el arte de la canción.
Precisamente, Rodríguez Viera hizo llegar a EL PUEBLO importantes materiales (textos, grabación de canciones, etc.) que componen un emotivo homenaje. Entre ese material, hay un poema compuesto en homenaje a Benavides por el poeta Hermes Millán Redin (uruguayo radicado en México), poema que integra un libro que aún está en imprenta llamado «Los tangos de MJ». Es el siguiente

El poeta múltiple
«Hay poetas que logran que su nombre nunca resulte extraño, ni al académico ni al mendigo; a nadie, aún a quienes nunca leyeron su obra. Hay otros que logran, no que su nombre sino que sus versos sean los conocidos por todos, aún sin que todos sepan el nombre de su autor… Están los poetas de verso hermético o lenguaje oscuro… Y los de lenguaje claro para el verso sencillo… Hay poetas de obra que no podría existir fuera de los bordes de una página de libro… Y también los que son una invitación a que se le acerque música para acompañarlos por el aire… Hay poetas de «obra culta» y otros de «obra popular», aún sin que hasta ahora haya precisión –y menos acuerdo- en cuáles son sus límites. Están los poetas que crean con el estilo de su país –una vidalita, por ejemplo- y los que prefieren estilos que vienen de lejos –por ejemplo el haiku- . Pero cada tanto, y muy cada tanto, el tiempo puede dar un poeta en el que todo lo anterior se reúna. En este caso estaremos, simplemente, ante un WASHINGTON BENAVIDEZ. Seguramente, es la coexistencia de esa multiplicidad de voces en la voz de un solo poeta lo que explica el desdoblamiento en los tantos seudónimo que utilizó: Pedro Agudo, John Filiberto, Washington Benavidez –y Benavides- David, Gabino, Tablada, Drumond, Hokusai, Caín, Sansueña…» (Palabras publicadas por EL PUEBLO ante la muerte de Benavidez, en 2017).

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MJ quisiera haber nacido en Tacuarembó
Quisiera ser un libro en llamas
decía MJ
que mi lomo arda en letras doradas
que los puntos se vuelvan brotes de soya resplandeciente
los subrayados escalones de pura fragua
que la goma que pega las hojas se derrita
y caiga con el movimiento cerrado de mis caderas
que las gotas de lava sin aroma alimenten el fuego
y vuelva a quemarme sin tregua y sin asco.

Quisiera ser un poeta
decía MJ
que lidiando con el dolor propio y ajeno
alumbre un texto donde solo había desesperanza
entrevea sansueña donde la prensa anuncia rendiciones
provoque un giro donde alguien pone el ojo y la bala.

Quisiera haber nacido en Tacuarembó
decía MJ
hacer de mi vientre una penillanura
donde la marca del esforzado bailar
se abra como la cuenca del caraguatá
haber nacido allí digo
para que mi espalda tacuara
soporte el pie deslizando su botín
y pinte el aire como una vieja casa
de San Gregorio de Polanco.

Quisiera haber nacido Benavides
decía MJ
para poder bailar sin moverme
bailar día y noche sin cansancio
alternar el mohín de mis guantes
con el giro sutil de una metáfora
el quiebre del pantalón ajustado y sus demonios
con el silencio que evoca bienes mayores
pasar del vaivén de mi sombrero negro
a los cuervos del poeta que sobrevuelan la gruta
bailar como escribiendo
decía MJ
bailar sin miedo
estar dispuesto sin reparos a poner la palabra
en cualquier fuego.

«Escrituras», un nuevo libro de Jorge Arbeleche

Por gentileza de su autor, el profesor y académico Jorge Arbeleche, llegó ayer a nuestra Redacción su último libro publicado: «Escrituras» (Editorial Yaugurú). En próximas ediciones, seguramente daremos lugar a comentarios más pormenorizados del mismo. Hoy adelantamos que se trata de un volumen formado por 23 poemas agrupados en 5 secciones, y compartimos uno de ellos:

PARALELAS

Lo tumbó el desamor, la flaca voluntad,
Con impudor manoteaba los últimos vestigios
De cordura, atrincherado detrás de la torpeza
Cruel del movimiento, antes galano, antorcha
Falaz de máscara y fachada. Hay que sostener
Por atrás la impecable careta diseñada, indispensable
Barcaza para el tránsito ronco de este río
Que lo condujo a viejo, en permanente esquive
De la ola, el remolino, la borrasca, el curso
Invisible de la hondura, negra como negro es el camino
De abrojos de la culpa. Me emponzoña la vigilia
Y quiebra el sueño la inquerida piedad inaccesible
El dedo esquivo de la misericordia. ¿Acaso
Su desamor lo acosa como me acosa el mío?
La enfermedad era una maldición en tiempo
De los dioses. Matamos a los dioses. Quizá
También a Dios y su liturgia. Quedó la maldición.
Quedó la duda. ¿Es el mismo o es otro,
Está maldecido o es el siempre sospechado,
A cara descubierta? Culpa y perdón.
Dos paralelas a igual ritmo en una sola marcha.
Tal vez el infinito inaccesible fuera el imposible sitio
Donde juntarse puedan lastimero perdón
Y culpa altiva. Será como Dios diga. ¿Será?

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