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GOGÓ ROJO: REINA DORADA DE LA NOCHE PORTEÑA

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MAS ALLA DE LA NOSTALGIA

Una nota exclusiva de JUANJO ALBERTI, desde Montevideo.

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JUNTO A SU HERMANA ETHEL, REFERENTES

A principios de la década de los setenta, junto a Ethel, su hermana, se presentaron en el Teatro Maipo junto a Alberto Olmedo, Jorge Porcel y Juan Carlos Calabró, para ofrecer una obra risueña y picaresca de máximas recaudaciones: «Pintadas de dorado». Ellas aparecieron allí totalmente desnudas, de color dorado, como dos mariposas que volaban alto en la noche porteña, que las consagraría por lo que demostraban en el famoso escenario de la calle Esmeralda de la vecina orilla, una de las salas más emblemáticas de la ciudad de Buenos Aires, ubicada en las cercanías del Obelisco.  Hacían dos funciones todos los días y en los fines de semana tres, a lleno total. Eran otros tiempos, y aprovechando éste monumental suceso, las damas fueron muy bien contratadas para actuaciones en los lujosos casinos de Las Vegas y en el mismísimo Lido de París. Ella es la hermana menor de Ethel Rojo y aunque se llamó de manera artística Gogó Rojo, su verdadero nombre era Gladys del Valle Rojo Castro, singular vedette, actriz, empresaria, bailarina, y hasta cantante. Referente total en sus múltiples funciones.

ENTRE LA COSTURA y LA MODA

Gogó Rojo irrumpió en éste mundo el 7 de diciembre de 1942, en Santiago del Estero, Argentina. Hija de una reconocida modista -con el correr del tiempo Gogó también lo sería- y de un sastre que asesoraba en moda y vestía a políticos y artistas. Siendo adolescentes las hermanas Rojo comenzaron a realizar cursos de coreografía, danza, y actuación, diplomándose en la vida como profesionales del espectáculo, materia que las llevaría a ambas a radicarse en el viejo continente durante años, Ethel en Madrid, y Gogó en Barcelona. La familia Rojo estaba bien situada en la comunidad, tal es así que enviaron a sus hijas a colegios privados, y también a tomar clases de natación y música, más allá de las otras materias que ya estaban estudiando.  A Gladys, la más chica la llamaban Gogó, debido a que en tiempos de bebé no hablaba nada y solamente decía «gogó-gogó», y le quedó el sobrenombre de por vida, tal es así que solamente algunos allegados la conocen por su verdadero nombre. Cuando Gogó tenía casi once años sus padres se separaron. Ethel que había obtenido un certámen de belleza, y su premio fue un viaje a la capital federal, lugar donde fue acompañada por su madre, pero no regresaron jamás a la provincia. Gogó se quedó en Santiago del Estero al cuidado de su padre, con quien se llevaba muy bien. Ya con 13 años se afincó junto a su madre y hermana en Buenos Aires, para seguir sus estudios de secundaria, y los cursos de formación artística.

BAILANDO ROCK, SUS COMIENZOS

Con un poco más de experiencia en la vecina orilla, orientada por su propia hermana, Gogó se presenta ante una convocatoria de parejas que bailaran rock, y queda, luego de que enseñara sus buenas condiciones. Así, el grupo de bailarines son llamados para integrar la revista donde estaba Nélida Roca, la cantante Alba Solís, y Vicente Rubino. Todo ocurrió en el Maipo, y la más pequeña en edad era Gogó, con tan solo quince años, firmando su madre el permiso de menor, para poder trabajar ya profesionalmente. Al año posterior, Gogó y Ethel viajan a España, estelarizando las dos varias películas, y haciendo vodevil. Seguirían comedias italianas y decenas de obras de teatro. Luego de catorce años de su partida, un empresario las convenció para que regresaran a Argentina, para rodar cintas, entre ellas se destacan varias con Alberto Olmedo y Jorge Porcel, y los teatros de revistas, donde ambas deslumbrarían por su belleza y talento.

RESALTABA POR SU FIGURA IMPONENTE

Después de una larga lucha contra linfoma de Hodgking, que logra derrotar en 2008, Gogó es contratada en el año 2009 para ser parte de la obra teatral «Escoria», con Noemí Alan, Julieta Magaña, Cristina Tejedor, Paola Papini, Héctor Fernández Rubio, Willy Ruano, y Marikena Riera. Años más tarde decide alejarse de los escenarios, retornando luego con todo, con el proyecto como vedette, mostrando su figura imponente y su desarrollo como artista, en los lugares donde actúa. Vuelve al teatro como invitada en «Las toreras del Paseo La Plaza», donde se reencuentra con los espectadores con el estilo típico de la revista bonaerense. Se casó en tres oportunidades, primero con el periodista Oscar Otranto, luego con el empresario brasileño Clovis de Azevedo, y por último con el compositor Adolfo Waitzman, con el cual se había afincado por un tiempo en Punta del Este. Lamentablemente, Gogó Rojo dejó de existir, la noche del pasado lunes 26 de julio, en la zona de Recoleta, tras un paro cardíaco, a los 78 años. Fue una leyenda de los teatros de revista. Juanjo Alberti. Más allá de la nostalgia.

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