Ahora las papas queman, como se dice habitualmente, las personas se han vuelto exigentes con los sistemas de salud, haciendo caso omiso a muchas de las recomendaciones que se vienen planteando desde marzo del año anterior.
La Federación Médica del Interior y el propio Centro Médico reconocen y exhortan a que no hay otro remedio que bajar la movilidad para que el número de contagios desciendan.
Los médicos dan su opinión pero al parecer el gobierno no escucha.
La vacuna podrá ayudar pero en este momento de crisis no es la solución inmediata como tampoco es el hisopado, que en definitiva es un trámite para confirmar o no la presencia del virus.
Ahora si compartí un asado o reunión con varios amigos, uno de ellos es positivo y tengo síntomas, no debiera enloquecerme y culpara al sistema de salud que venía avisando que había que prevenir el contagio, muchos veranearon, pasearon, disfrutaron y lo siguen haciendo a costa de aquellos que se cuidan, que no pueden trabajar, que sus ingresos bajaron como consecuencia de menor demanda laboral.
E insistimos, no es el mismo barco, es la misma tormenta, pero cada cual en su barca y con su salva vidas.
No son los gimnasios, no son las fiestas, no son las clases presenciales, ¿entonces?
Si el gobierno endurece las medidas sanitarias, la economía se resiente aun mas, si no lo hace, los casos continúan en aumento con el peligro que los sistemas colapsen, que por lo que hemos escuchados, no faltaría demasiado.
De lo que se habla poco es de volver a lo espiritual, a lo religioso, cada cual en la suya, como manera de reflexionar cual ha sido mi comportamiento en este tiempo, como puedo colaborar, si debo cambiar mis hábitos, en fin , un montón de cuestiones relacionadas al interior de la personas.
Puede sonar como divague y quizá lo sea, pero en algún lado está la solución, y quizá esta faceta no le estamos dando la importancia, sino leamos algo sobre la historias de las pandemias mundiales del pasado y el factor espiritual ha estado presente como forma de mitigar tanto dolor y preocupación.