Uruguay pasa por uno de los momentos más graves y delicados a causa de la pandemia que afecta el planeta entero y los sistemas de atención primaria a la salud se ven cada vez más resentidos por falta de personal.
Día a día van creciendo las cifras y se van llenado los CTI del país de personas que están afectadas por el virus.
Lo más preocupante es que los pobladores y sobre todo (algunos) médicos y (algunos) científicos le han restado importancia al brote actual, en el entendido que no tiene gravedad. De lo que nadie habla es de las consecuencias, porque no se conocen.
La exhortación es a vacunarse y seguramente que es lo poco que se puede hacer para sentirse protegido al menos de la cepa reinante en nuestros días, la que según se indica es varias veces más contagiosa que las anteriores.
Seguro que hay aún quienes se resisten a vacunarse y los argumentos que manejan para no hacerlo son atendibles, pero no entendibles. La única forma de sentirse protegido al menos parcialmente frente a esta pandemia, es la vacuna. De la que la mayoría de los uruguayos ya nos hemos dado varias dosis.
En estas columnas hemos sostenido que la experiencia indica que no vacunarse es para nosotros una “ignorancia”, porque todo indica que la mayoría de las personas que terminan en CTI o gravemente afectados, no están vacunadas.
Entendemos que no lo hayan querido hacer en aras de la libertad individual para acatar o nó una recomendación gubernamental. Lo único que nos preocupa es si saben estas personas el riesgo que corren al no vacunarse.
Vacunarse puede ser riesgoso. Pero NO vacunarse es casi seguramente muy peligroso.
Existe a nuestro entender una pata renga en esta situación, es la de aquellas personas de edad avanzada que no manejan Internet, por lo tanto no están agendadas y no tienen a nuestro entender un lugar donde vacunarse sin estar agendado.
Un sistema de salud desbordado (sabemos de gente que ha concurrido a emergencias médicas y ha debido esperar a veces muchas horas para que se lo atienda), es casi utópico pensar que pueda disponer de gente a disposición para vacunar, pero por favor no lo ocultemos ni lo neguemos.
El momento es complicado y si no lo asumimos como tal no sabemos adonde nos llevará. Por lo pronto lo aconsejable y para nosotros lo más sensato, es vacunarse y buscar siempre la palabra de los científicos confiables y reconocidos.
A.R.D.