Lo que pasa es que vos no vas a entender nunca lo que es la verdadera militancia, vos no vas a saber nunca lo que es andar militando con los pies en el barro», así textualmente, fue lo que me dijo un amigo cuando en la noche del pasado jueves me pregunté en voz alta: «¿qué es en realidad lo que festejan?». Estoy hablando de lo que ocurrió con la entrega en la Corte Electoral de firmas que permitan habilitar una consulta popular para decidir si quedan como están, o si se derogan 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (la famosa LUC).
Y puede ser, quizás ese amigo tenga razón, tal vez yo no sepa ni entienda nada de estas cosas, como no entiendo ni sé tantas otras cosas de la vida, lo que felizmente me hace tener una vida con un sentido: el de querer saber, el de investigar y preguntar, el sentido que me permite descubrir misterios y disfrutar todos los días del asombro de conocer cosas nuevas. Creo que de lo contrario, si supiera todo, me aburriría mucho.
Por eso es que pregunto. Me pregunté y me pregunto qué festejaba tanta gente el otro día, sinceramente lo digo, no sé qué ameritaba el festejo si no se sabe cuántas firmas se recolectaron, por lo tanto no se sabe si alcanzó el número para habilitar el referéndum o no. Si alguien, por ejemplo, firmó tres veces, yo no puedo felicitarlo porque consiguió tres firmas; en cambio, cuando la Corte determine que son tres firmas diferentes y válidas, recién entonces otro será el cantar. A ese ejemplo casi doméstico trasladémoslo a la cantidad global.
A otra persona a la que también pregunté lo mismo, me dijo: «hay que festejar el esfuerzo que hicimos hasta lograr esta hazaña de que la mayoría haya firmado». ¿Cómo que la mayoría firmó? ¿No son unos 2 millones los uruguayos que no firmaron y se juntaron (supuestamente) unas 800.000 firmas? Supongamos que efectivamente se juntaron 800.000. ¿De qué mayoría me hablaba esta señora? En verdad, no entiendo.
Se habrían entregado 796.261 firmas. Ahora viene el estudio de cada una de ellas y el descarte de las que no sean válidas. Por eso mi insistencia en preguntar qué se festejaba entonces. Hay por otra parte cosas que al menos a mí, no me «cierran», y debo decirlas. El día antes se anunció que faltaban 15.000 firmas para el número al que se aspiraba, y resulta que en menos de dos días se superó por 100.000 ese número. Es decir, en unas 48 horas se consiguieron unas 115.000 firmas. ¿Seré solo yo el que no lo entiende, por no andar militando con los pies en el barro? No sé, en verdad no lo entiendo, pero eso se verá a través de los mecanismos correspondientes.
Ahora bien, mirando en la nochecita del jueves los informativos capitalinos, pensaba muchas cosas más. Una es lo que ya dije, a qué se debía un festejo anticipado. Porque además, a mí no me van a convencer de que la mayoría de los firmantes lo hizo realmente porque quería un debate y una consulta. No. La mayoría lo hizo porque está en contra de la LUC y quiere eliminarla (aunque sea algunos artículos), y para que eso llegue a darse, no falta solo saber que están las firmas, falta todavía un referéndum el año que viene. Entonces, ¿no es muy anticipado el festejo? Disculpe usted mi frialdad quizás, estimado lector, pero pienso así.
Pensaba también que un día antes de esos festejos, un Senador llamó al Parlamento a dos Ministros para acusarlos (no hizo mucho más que eso, una acusación), de «muertes evitables». Y en las aglomeraciones que había el jueves en estos festejos de los que venimos hablando, si se llegase a enfermar gente y a morir, ¿no serían «muertes evitables» también? A propósito, hablando de esa interpelación (tómese lo siguiente como un pensamiento en voz alta): tanto festejo, ¿no habrá sido de alguna manera para poner una cortina de humo, para tapar el pobrísimo papel de este senador interpelante? Un hombre preparado, que no tengo dudas de su capacidad y de su formación, fue a encarar una interpelación contra dos ministros para dar vueltas solo, solo, solo en que el gobierno invirtió poco en la pandemia y que hay muertes evitables. Fue a una guerra a pelear con un tenedor en la mano ante quienes tenían ametralladoras. Claro, con ese panorama, Salinas y Arbeleche se lucieron. Con documentos y números a la vista, en términos futbolísticos lo pasearon. Bastó con que Salinas le demostrara que se invirtió en duplicar la capacidad de los CTI con relación a cómo estaba la situación al terminar el gobierno el FA para que ya no tuviera mucho sentido seguir discutiendo. Sorprende realmente. Aunque claro, tal vez me sorprenda porque tampoco sé ni entiendo lo que es hacer una interpelación en el Parlamento…
Párrafo aparte merece el comentario de un sindicalista cuando justificó las aglomeraciones con que «lo que pasa es que la alegría de la gente a veces no se puede contener». Pregunto: ¿y la tristeza sí? Digo porque la justificación vino de los mismos que un tiempo antes criticaron la aglomeración en el velatorio de Jorge Larrañaga.
Vi también en la televisión en esa tardecita a nuestro intendente, al Dr. Andrés Lima abrazado de Carolina Cosse y Yamandú Orsi. No digo que no esté en su derecho a estar ahí y abrazarse con quien quiera, eso no se discute, es más, lo hemos destacado positivamente en otras notas de opinión. Lo que digo sí, es que fue una muestra más, de las tantas que viene dando, de que su preocupación está allá y no acá. Donde estén Orsi y Cosse él tiene que estar, si no, pierde terreno a nivel nacional, que es donde quiere posicionarse, y como también ya lo hemos dicho otras veces, no nos parece mal, siempre y cuando no descuide Salto, ¿y sabe cuál es el problema?, que está descuidando a Salto. Un alto dirigente político allegado al intendente nos dijo ayer: «Andrés puede irse tranquilo a esas recorridas por el país, porque acá tiene gente muy preparada para hacerle las cosas en la Intendencia». Bien, pero la mayoría de los salteños lo eligió a Andrés para hacer «las cosas de la Intendencia», no a la gente preparada que pueda tener y que, por supuesto, no lo ponemos en tela de juicio.
Pero volviendo al tema específicamente firmas y referéndum. Insisto que voy a esperar a ver si las firmas están, si efectivamente se alcanzó la cantidad necesaria, para recién hablar sobre el referéndum. Antes sería hablar meramente sobre supuestos. Sin embargo, para ser honesto y coherente conmigo mismo, debo decir que estoy de acuerdo con varios dirigentes que recogían firmas cuando dijeron que esta Ley de Urgente Consideración es «la base y la esencia de este gobierno multicolor encabezado por Lacalle Pou», por lo tanto, creo que es la base y la esencia de lo que el pueblo uruguayo en su mayoría y con absoluta libertad, eligió como gobierno el último domingo de noviembre, nos guste o no. Y por lo tanto, yo, por respeto al pueblo uruguayo, no solo al Presidente y al Poder Ejecutivo en general, también por respeto a los representantes en el Parlamento, que el pueblo puso allí, de todos los partidos, y que ya discutieron esta ley, la dejaría quietita. Ah…y conste que hay muchas, muchísimas cosas con las que estoy en contra de este gobierno, pero… ¿sabe qué? Son cosas que ni cerca están de la LUC, aunque hace unos días nos querían hacer creer que sí.
En fin, capaz el no saber ni comprender nada de militancia, de pies en el barro y esas cuestiones, es lo que me hace escribir las líneas anteriores, pero es lo que pienso.
Contratapa por Jorge Pignataro
