Incorporar las semillas de lino en los menús diarios, es un reto.
La idea más popular es utilizarlas como ingredientes de magdalenas, galletas y panes.
Sin embargo, existe la duda de si el calor del horno altera los ácidos grasos omega-3. Estudios recientes aseguran que una cocción de hasta tres horas y 150ºC de temperatura máxima deja intactos los ácidos grasos esenciales.
Para aprovechar las cualidades de la semilla es necesario molerla, de lo contrario entra y sale del sistema digestivo sin pena ni gloria.
En el mercado se encuentran semillas molidas, pero son productos perecederos (seis semanas como máximo en la nevera) porque las grasas se enrancian fácilmente al entrar en contacto con el aire.
Cuando la semilla o el aceite huelen a rancio se deben rechazar.
Lo mejor es moler las semillas enteras, que pueden conservarse en la nevera o en un lugar fresco, oscuro y seco durante 12 meses justo antes de consumirlas.
El aceite es igualmente delicado: debe conservarse en el frigorífico, en botella oscura y consumirlo cuanto antes.
Beneficios
Protección para el corazón
En conjunto poseen un efecto anti inflamatorio al favorecer la síntesis de prostaglandinas PG3 que ayudan a mantener en buen estado los vasos sanguíneos.
La mayoría de estudios clínicos realizados muestran que el consumo de 30 a 50 g de linaza molida al día reduce el colesterol total entre el 6 y el 13% y el colesterol malo LDL del 9 al 18%.
Reduce la inflamación
El efecto anti inflamatorio de la linaza ha justificado que se recomiende en el tratamiento sintomático de las enfermedades auto inmunes, como la artritis, la psoriasis y el lupus.
Equilibrio hormonal y prevención del cáncer
Junto a la hormonal, otra vía por la que las semillas de lino pueden prevenir los tumores está relacionada con un incremento de la actividad de las enzimas desintoxicantes que eliminan agentes cancerígenos o pre cancerígenos. De esta manera reducen el riesgo de sufrir cáncer de colon, por ejemplo.
Terapia contra el síndrome metabólico
Las semillas reducen la presión arterial y los niveles de glucosa en sangre. Además ayudan a controlar el peso, reduciendo en especial la grasa en la cintura, que es donde hace más daño.
Contra enfermedades neurológicas
El aceite o las semillas de lino podrían utilizarse para combatir diferentes alteraciones neurológicas o para conservar y potenciar las facultades intelectuales.
Las revisiones de estudios indican que puede ser de ayuda en algunos casos de déficit de atención e hiperactividad infantil, y que puede prevenir y reducir los síntomas de algunas psicosis y del trastorno bipolar.
