Para Wilson Núñez, su noche de gloria la tuvo el 30 de enero de 1992, en el marco de la Liguilla 91. Nacional y Peñarol, en un partido, definirían el segundo representante uruguayo en la Copa Libertadores. El manya comenzó ganando con gol del argentino José Percudani, pero Wilson Núñez apareció para empatar. El delantero recordaba en su momento, que Roberto Fleitas, el DT, no quería ponerlo pero uno de sus compañeros lo convenció. El destino lo estaba esperando. El 9 contra 11 hasta faltando 10 min y fue 9 contra 10, salado partido de Tony Gómez. El salteño cumplió un partidazo pero no pudo evitar que se vaya a penales. En la definición le tocó patear el decisivo y no falló. “En el penal le hice caso a Seré, que me dijo que le pegue fuerte. Por suerte me acordé justo de él”, comentó y además dijo que sintió mucho nerviosismo en la gente cuando caminaba hacia el punto fatídico.

