Continuando con el tema analizado en estas columnas ayer, digamos que no somos un pueblo solidario, como tantas veces se pregona, o nos hacen creer. Tampoco tenemos un Estado solidario (a la prueba está que ante las recientes “olas” de calor que soportó nuestra población, el ente recaudador lejos de perder dinero y sufrir como lo hicimos la mayoría de los uruguayos, lo aprovechó para “hacer caja” y recaudar más por concepto de la mayor demanda, fundamentalmente de energía eléctrica.
Lo hemos expresado reiteradamente. En momentos como el reciente de nada sirven las “prórrogas” porque tarde o temprano habrá que hacerles frente, sino que entendemos que es de buen administrador perder, como la mayoría de los uruguayos lo hicimos y luego en los buenos tiempos resarcirse adecuadamente.
Ejemplos los hay, en la propia región hubo quienes adoptaron medidas para facilitar el acceso a este servicio tan imprescindible en nuestra zona y en estas circunstancias. No ha sido por politiquería, sino que queremos entender que se hizo por solidaridad.
Siempre hemos sostenido que el precio que pagó nuestra región para construir la represa de Salto Grande, fue importante y no ha sido contemplado adecuadamente.
No es necesario enumerar aquí los recursos naturales de nuestros rio patrio y su entorno, que perdimos en esta ocasión. De allí que entendemos que en estas situaciones de caos y de extrema necesidad de gastar más electricidad, al menos en la región debiera contemplarse este servicio.
Se nos ha planteado que el Uruguay es uno sólo y por lo tanto no se puede conceder beneficios o prebendas a los habitantes de la región, por el sencillo hecho de vivir aquí.
No compartimos porque las prebendas que tiene Montevideo por estar cerca del puerto o tener menos “flete” para la mercadería que venden no se comparte con el resto del país.
Rige la oferta y la demanda y esto “castiga” más a quienes estamos más lejos de la capital.
No pretendemos que se nos contemple en forma diferente, por la sencilla razón de que no sería justo. Pero en algunos rubros (como el que produce Salto Grande), entendemos que sería de toda justicia contemplar el aporte de cada región a esta obra, porque tampoco nos parece justo que quien nada aportó a la obra, ni nada perdió por esta construcción, se beneficie en la misma medida de ella.
A.R.D.
