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Columnas de Opinión
Janet Rudman
Janet Rudman
Janet Rudman es Licenciada en Relaciones Internacionales y ha trabajado como editora en proyectos editoriales uruguayos como Kesher de Jabad y TuMeser. Actualmente, forma parte del Semanario Hebreojai, un sitio de noticias judío-uruguayo. Janet ha cursado talleres de escritura con Andrea Durlacher y de lectura con Pedro Mairal, co-publicando los libros Pelado con Trenza I y II. Durante la pandemia, descubrió su vocación como tallerista de lectura, donde recomienda libros adecuados para cada persona. Es activa en X e Instagram como @janetrudman y se considera una book therapist.

Explorando la intertextualidad y los conflictos humanos a través de la literatura: Un viaje con Zweig, Magnus y Sacheri

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Durante el mes de agosto, me sumergí en la lectura de libros muy diversos, cada uno con su propia magia y temática. Siempre escuché que escribir tiene un poder sanador, y aunque es cierto, también puedo decir que la escritura exige constancia y dedicación. En cambio, la lectura, con su capacidad de transportarnos y nutrirnos, es un placer que requiere mucho menos esfuerzo.

Las dos novelas, “Novela de ajedrez” de Stefan Zweig y “El que mueve las piezas” de Ariel Magnus, aunque distintas en estilo y enfoque, están unidas por varios elementos temáticos y contextuales que las relacionan de manera profunda.

En primer lugar, ambas obras se desarrollan en un contexto histórico vinculado a la Segunda Guerra Mundial, utilizando el ajedrez como una metáfora poderosa para los conflictos humanos. En “Novela de ajedrez”, el juego se convierte en una representación de la lucha psicológica del señor B. contra la opresión nazi y su lucha por mantener la cordura. De manera similar, en “El que mueve las piezas”, Ariel Magnus emplea el ajedrez para conectar el período de la guerra con una trama compleja de espionaje y tensión, resaltando cómo este juego de estrategia puede reflejar las tensiones geopolíticas de un continente en conflicto.

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Además, ambos textos presentan personajes principales de gran complejidad psicológica. En “Novela de ajedrez”, los personajes de Mirko Czentovicz y el señor B. encarnan contrastes marcados: uno es un prodigio insensible, mientras que el otro es un hombre traumatizado y brillante. “El que mueve las piezas” también explora la profundidad psicológica, especialmente en la subcampeona Graf, un personaje que mezcla elementos históricos y ficticios, añadiendo capas a su caracterización. Ambos textos, aunque en estilos diferentes, abordan cómo el ajedrez afecta y refleja las vidas de sus personajes de maneras profundas y significativas.

Otro punto de conexión es la intertextualidad y el homenaje literario. Ariel Magnus realiza un claro homenaje a “Novela de ajedrez” al incluir a Mirko Czentovicz como un personaje en su novela. Esto crea un vínculo directo entre las dos obras, y Magnus amplía esta conexión al referenciar a múltiples autores que han explorado el ajedrez en su obra, como Borges y Nabokov. Este diálogo entre textos literarios no solo enriquece la narrativa de Magnus, sino que también muestra una continuidad con las tradiciones literarias previas, evidenciando cómo las historias pueden entrelazarse a lo largo del tiempo.

Ambas novelas también juegan con la delgada línea entre realidad y ficción, aunque lo hacen de maneras diferentes. “Novela de ajedrez”, aunque es una obra de ficción, está profundamente arraigada en la realidad de la persecución nazi, lo que hace que la angustia del señor B. se sienta vívida y real. Por otro lado, Magnus, en “El que mueve las piezas”, difumina las fronteras entre lo histórico y lo ficticio al integrar personajes históricos y elementos reales en una narrativa ficcionalizada, desafiando al lector a discernir entre verdad e invención.

El ajedrez, en ambos textos, no es solo un juego, sino un hilo conductor que conecta diferentes aspectos de la historia, desde la psicología de los personajes hasta el contexto histórico y cultural. En “Novela de ajedrez”, el juego es tanto una vía de escape como un campo de batalla mental. En “El que mueve las piezas”, el ajedrez es el núcleo en torno al cual giran tramas de espionaje, historia y cultura, demostrando cómo un juego aparentemente simple puede tener profundas implicaciones en la vida y la historia.

En resumen, “Novela de ajedrez” y “El que mueve las piezas” están intrínsecamente conectadas no solo por su uso del ajedrez como tema central, sino también por su exploración del conflicto humano, la intertextualidad y la mezcla de realidad y ficción, haciendo de ambas obras una lectura rica y multidimensional. Aunque a primera vista, la intertextualidad parezca complicada, es un desafío al intelecto. Estos dos libros es necesario leerlos juntos. ´

Lo mucho que te ame de Eduardo Sacheri

Lo mucho que te amé (2020) es una novela que sorprende y rompe con lo esperado: cuenta la historia del enamoramiento de Ofelia, la narradora, del novio de su hermana menor, Delfina. Y lo más complicado es que ese amor es correspondido.

La historia se centra en una familia típica de clase media en Argentina, los Fernández Mollé, que viven en Palermo Viejo. El padre ya dejó de ser la figura de autoridad y la madre, que siempre vivió para su marido, sigue al frente de la casa. Tienen cuatro hijas: Rosa, Mabel, Ofelia y Delfina, todas con sus propios romances. Ofelia es muy cercana a Mabel, y la familia, en general, parece feliz, con muchas reuniones familiares y meriendas durante la semana. También vive con ellos la tía Rita, una hermana viuda y pobre del padre, que es bastante amargada y entrometida, siempre metiendo el dedo en la llaga (aunque muchas veces tiene razón).

La historia transcurre en los años 50, en los últimos tiempos del gobierno peronista, y la familia está dividida políticamente. Aunque las discusiones se dan, siempre hay un esfuerzo por mantener la paz y la buena convivencia. Además, como era común en esa época, el cine y sus actores también juegan un papel importante en la vida de la familia, marcando la época en la que transcurre la historia.

El drama se desata cuando Ofelia se da cuenta de que está enamorada del novio de su hermana, Manuel, y para colmo, él también siente lo mismo por ella. Esta situación es completamente inaceptable para la familia, para los involucrados, y para la sociedad de ese tiempo. Ofelia se enfrenta a un dilema imposible: ¿cómo vive su día a día con este problema sin solución?

Ofelia es una mujer reflexiva, pero también muy espontánea, y la novela está llena de sus monólogos internos, donde expresa sus dudas, su sufrimiento, sus certezas, sus alegrías y sus mentiras. Es un viaje emocional profundo, con mucho material para un análisis psicológico.

La parte final del libro es especialmente impactante. Ofelia reflexiona: Y sin embargo, esta vida es un secreto. Y en el centro de este secreto, soy libre para ser la mujer que quiero ser, o que quise ser. Y si el precio de serlo es que nunca nadie lo sepa, que así sea. Ese es el precio. Que todo permanezca en absoluto silencio. Que nadie sepa nunca… Manuel querido, lo mucho que te amé.

Leer a Sacheri es siempre un lujo, ésta novela tiene el aditivo de la parte histórica que transcurre como escenario de la novela. La recomiendo. 

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