Yasmila y Camila; jóvenes que emprenden
Se mueven por todo el departamento y perteneciendo a una comarca de emprendedores; jóvenes y audaces se han lanzado -en uno de los casos para ayudar a su familia- en medio del auge de la pandemia, dónde las dificultades fueron creciendo, con el espíritu del emprendedurismo sortearon las adversidades.

Hoy son dos jóvenes que estudian y trabajan gracias a sus ventas de artesanías.
La necesidad de mostrar el arte llevó a qué hoy, sean parte de un grupo de artesanos que producen tanto para la exposición al público en redes como en ferias. Está es la historia de dos emprendedoras; Yasmila y Camila.
«Mi nombre es Yasmila Acosta, estoy y soy parte de esta comunidad de emprendedores donde vamos por distintas partes de Salto, en este caso tocó visitar Espacio Puerto. En lo que a mí respecta hago y fabrico accesorios, collares, caravanas, regalos para parejas, todo artesanal.

Tengo 23 años actualmente soy estudiante de derecho en la Universidad de la República»
«Me llamo Camila Villalba, hago trabajos en porcelana fría, mi emprendimiento se llama Camila Scraf.
Somos compañeras de feria, cada vez que hay feria nos coordinamos para venir juntas.»
¿Cómo nace la idea de trabajar en las artesanías e involucrarse en este mundo de emprendedores?
Yasmila; «cuando comenzó la pandemia a mi papá le comenzó a escasear el trabajo, llegaban las facturas de luz, agua, internet y no teníamos dinero para pagarlas, era un gran problema que se nos generaba mes a mes.
Yo con los estudios necesitaba internet teniendo en cuenta que todo se había vuelto virtual; las clases de facultad eran on line y la única manera era contar con internet.
En ese momento dije; ‘bueno hay que hacer algo’, y de ahí en más empecé a fabricar artesanías y venderlas.
A mis amigas siempre les gustó lo que yo hacía por Hobby, de ahí me propuse aprovechar mi fuerte y ayudar también en mi casa donde se necesitaba, todo eso, me llevó a estar acá hoy.»
¿Cómo fue la venta en ese momento dónde no podías salir?
Yasmila: «Aproveché el uso de Instagram para publicar y de ahí en más fui haciendo de todo y lo publicaba, comencé a ver que había clientes y más me entusiasmaba.»
Camila: «Sentí que necesitaba expresamente, mostrar el arte, poder visualizar esto que a mí me apasiona. La porcelana fría es el modelado de cosas pequeñas, es un mundo fascinante porque no hay límites para la imaginación. Fui construyendo un negocio sin querer, porque la gente se fue comunicando y así empecé con el mercadeo.»
Después de la pandemia la posibilidad de mostrar sus productos al público salteño en las ferias llevó a otra etapa en las experiencias personales de cada una de las artesanas.
Camila: «Las ferias son necesarias, son oportunidades, gracias a estos espacios tenemos la chance de estar frente a frente con el cliente.
Los nuestros son emprendimientos chicos, y no todo pasa por la venta; a veces que la gente venga y te diga ‘que lindo lo que haces’ para nosotras es suficiente y alentador, porque valoran tu arte. Ayuda mucho a seguir creciendo.»
El mano a mano con la gente después de la pandemia.
Yasmila: «Nosotras estábamos acostumbradas a vender solamente por las redes. Hasta que un día nos invitaron a participar de la primera feria, te digo que teníamos cierto nerviosismo, íbamos a estar por primera vez con la gente mostrando lo que hacemos. No es lo mismo una conversación por Instagram que tener enfrente al cliente, parece algo lógico o normal pero es distinto y todo un desafío. Hay que explicar o convencer muchas veces a la persona que llega y nosotras no habíamos estudiado nada de marketing ni nada acerca de ventas. Solamente teníamos las ganas de que la gente viniera a nuestro stand.
Acá en el Espacio Puerto por ejemplo se destaca la accesibilidad que tiene la gente, la facilidad para llegar. Los salteños tomaron como propio este lugar y les gustó. Viene poca gente de otros lugares, son más de acá, nos damos cuenta también porque muchas veces vienen, miran, dan una vuelta y después vienen a comprar; El Salteño es muy especial en eso.»
Con 22 y 23 años nuestras entrevistadas se destacan en las pequeñas confecciones y usan distintas herramientas para potenciar sus virtudes.
Las oportunidades que van apareciendo hacen que cada feria sea una vidriera, ofreciendo posibilidades de crecimiento personal y comercial.