El próximo sábado 9 de abril, 15.30 horas Beijaflor Daymán, el docente, músico, literato y artista Alberto “Negro” Chiriff presentará su espectáculo “Esa cosita llamada Amor, Filosofía a Cara de Perro donde reflexionará sobre el amor en todas sus facetas
Reservas: 098825055 .“Con el primer encuentro llamado Cosita loca llamada amor nos pusimos a pensar en nuestras experiencias amorosas: cómo amamos, de quién nos enamoramos, si es que podemos llamar “amor” a eso que decimos hacer amor; cuánto incide la publicidad y el consumo en nuestras formas de amar; y una introducción al erotismo. Pero quedó flotando la necesidad de reírnos y pensar un poco más el deseo.

¿Cómo funcionaría el deseo? ¿Habría muchas maneras de desear? ¿Quién desea a quién o qué deseamos? ¿Qué pasaría si sigo todos mis deseos? ¿Son realmente mis deseos? Acá traeremos a dos invitados: Platón y Spinoza, dos maneras de vivir el deseo” – reflexiona Chiriff.
Con esto tenemos bastante para pensar nuestras experiencias deseantes, pero falta algo más: la pasión. ¿Cómo se materializaría la pasión? ¿Cómo sería esto de estar apasionado? Para esta parte invitaremos a André Comte-Sponville. Para trazar unas líneas de fuga: Deleuze y Juanas de Ibarbourou. Como sociedad, a veces nos preguntamos si nuestra necesidad de entender, explicar o encontrar razones para las cosas puede quitarle lo que es descaradamente inexplicable y allí es donde entra el amor. En algún lugar entre el idealismo artístico y romántico y las teorías intelectuales y psicológicas, existe algo que parece provocar partes de ti que ningún otro puede. Puede sentirse increíble y horrible al mismo tiempo; la yuxtaposición de emoción y miedo. Sin mencionar el hecho de que también te hace comportarte a veces como un loco.
ENTRE LA ATRACCIÓN Y LA PROFUNDIDAD DEL SENTIMIENTO
La atracción es la característica central cuando nos conocemos por primera vez o empezamos a salir con alguien. Sin embargo, la atracción en sus muchas formas diferentes puede aumentar y disminuir. A menudo, la atracción física o sexual por sí sola no durará la prueba del tiempo y puede desaparecer en unos meses. Del mismo modo, es probable que no se sostenga simplemente gustar de alguien en un nivel emocional. Pero los dos juntos son lo que hace que la atracción sea un tirón tan poderoso en nuestras vidas. Y si ambos coexisten, entonces cuando estamos en una relación con otro, el acto de darnos en unión, manteniendo también nuestra propia individualidad necesaria, raya aparentemente en la par.
Algunas personas intentan poner las cosas en cajas, pero si aceptamos que el amor es incontrolable, esto nunca funcionará. Si puede tener éxito en ponerle una tapa a algo, seguramente no logra evocar gran parte de la noción de su poder total e intrínseco. Y detrás incluso de las relaciones más afectivas, debe existir una pasión que estalla tanto positiva como negativamente. La pasión en este último sentido puede ser difícil de entender, y ciertamente psicológicamente hablando, se ha producido mucho trabajo sobre cómo nosotros, como personas, podemos sentirnos atraídos por los atributos ‘negativos’ de las parejas, porque nos recuerda algo de nuestro pasado, o cumple algunas de nuestras creencias infantiles sobre nosotros mismos (lo que va en contra de que estemos en nuestro estado ‘adulto’ completamente funcional). Supongo que hay un argumento para decir que la pasión a veces puede parecer peligrosa.