Desde la Comisión Directiva de Gladiador, el enfoque es concreto y es del caso exponer para conocimiento público. Leamos.
«Habiendo hecho todos los esfuerzos para mantener la categoría de fútbol femenino, el cual en los últimos años fue gran protagonista de cada campeonato, lastimosamente y por diferentes situaciones y circunstancias, no logramos conformar un número adecuado de jugadoras para así dar inicio al corriente año. Cabe destacar la buena voluntad de un pequeño grupo del plantel, más su DT del año anterior, que en conjunto con DIRECTIVA y coordinador deportivo, agotaron ideas y esfuerzos para intentar ser otra vez protagonistas y participar como siempre, lo cual no es un hasta nunca, en nuestra ideología y las ganas de ser cada vez mejores. Indudablemente el objetivo es volver al próximo año, con esta comisión o la que le toque estar, ahí estaremos todos y todas apoyando el regreso de nuestras guerreras».

PENA SOBRE PENA
En la edición 2020 que aún no culminó en el Fútbol Femenino en Salto, es verdad que Gladiador se convirtió en entusiasta protagonista, a tal punto que fue uno de los seis equipos que clasificó para la liguilla final por el título. A partir de ese antecedente, la sorpresa misma, desde el momento que la decisión es la de no participar en la temporada que viene.
Y por más que se establezca que »el objetivo es volver el año próximo», no hay dudas que la resolución de alejamiento es un impacto en sí mismo.
La comunicación oficial revela un hecho por sobre todos: »no logramos conformar un número adecuado de jugadoras para dar inicio al corriente año».
Llama la atención y es extraño, a partir de «ese pueblo deportivo» que es Gladiador en su barrio Artigas, más otras zonas linderas donde el fútbol se convierte en eje de pasiones. Barrio Burton, Williams, Barrio Uruguay, etc. Cabe preguntarse: ¿por qué tan pocas para sostener a Gladiador en la Liga de Fútbol Femenino?