Oscar Amaral
Oscar Amaral es uno de los conductores de “El Semáforo” (América FM) junto a Gabriela Cardozo. A través de esta charla, conocemos un poco de sus comienzos y de su vasta trayectoria en los medios de comunicación.

1. Las redes sociales suelen traer viejos recuerdos. Hace poco vi un video donde está junto a Martín Panizza, Mario Goldman y Milton Iracce muy jovencitos haciendo un programa de televisión en Canal 8…
– Sí, una experiencia en los años 90, donde hacíamos un programa de videos. El asunto surgió porque había quedado un remanente de un grupo que se había armado a instancias de la Oficina de la Juventud donde estaban como coordinadores Alejandro Secco y Lucía Minutti. Quería tener un espacio televisivo de los jóvenes con chicos de la Oficina de la Juventud, en aquel momento tenía una productora de videos y me contratan para hacer la parte técnica. Quedaron tres o cuatro jóvenes de ese grupo y como productor me interesó aprovechar ese talento, entonces hicimos un programa de videos musicales, en los tiempos donde no había celulares y la gente enviaba cartas para pedir un video. A ese grupo inicial luego se fueron incorporando otros amigos, hicimos algo divertido.
2. ¿Su vocación por la comunicación viene de antes?
– Tengo una infancia de escuchar radio, grabar mi voz en unos grabadores y poner un cassette con música y yo en el medio hablando como si fuera un locutor de radio, y luego me escuchaba. Esa es como una semilla que no sé de dónde apareció, pero ahí estaba. Cuando salía de vacaciones, mientras todos querían ir a la playa o al cine, yo quería ir a visitar radios, te hablo de niño. Hasta que pasados los 80, me incorporo al movimiento de las discotecas. Hasta los 70 los bailes eran con orquesta y la discoteca cumplía el rol de dejar descansar a los músicos. En los 80 adquiere una dimensión más grande…
3. ¿Onda disco y Travolta?
– Así es, acá la discoteca pasa a ser protagonista y se generan boliches exclusivos. Me vinculo a una discoteca que estaba surgiendo, “Makenon”, junto con Sergio Hornos, que era el DJ. Pero tenía un problema, la competencia tenía un programa en Radio Cultural que era “Impactos” con Alfredito Honzi, y a través de la radio llevaba a la muchachada a su discoteca. Entonces, empezamos a hacer gestiones y conseguimos en Radio Tabaré un programa para poder incentivar a la gente a que fuera a Makenon. Como yo tenía esa vocación innata, me fue fácil incorporarme al micrófono y hacer el programa. Los directivos de la radio, Inocencio Di Giacomo y Carlos Gelpi, que terminaron siendo mis maestros, luego de cuatro meses me proponen que haga el informativo, y yo no tenía la pálida idea de cómo hacerlo, pero me dicen que hable con Aceré Francisco Echeverz, un referente histórico de la comunicación, secretario de redacción de la desaparecida Tribuna Salteña. Era el encargado de hacerme los guiones de los micros informativos que hacía durante la mañana. Luego pasé a ser funcionario de Radio Tabaré, que era parte del conglomerado empresarial que también dirigía Canal 8, y como en aquel momento los avisos publicitarios se hacían en vivo con un locutor en una cabina, me llevaron a hacer locución, que fue cuando incorporé la televisión a la profesión. Fue pasando todo casi como por casualidad, como suelen darse las cosas en la vida.
4. Su inquietud lo llevó a APC, donde terminó siendo su presidente, ¿cómo pasó?
– Los grandes referentes de la comunicación fundaron al principio de los 90 la Asociación de Profesionales de la Comunicación, y al ser invitado por ellos, terminé teniendo el honor de firmar su acta fundacional, siempre estuve arrimado a la asociación. Hasta que en determinado momento, junto con Fernando Viera, hablamos de presentar una lista a las elecciones de APC con un perfil más juvenil, que contra todos los pronósticos, ganamos. Fue una época difícil porque nos toca gestionar desde lo gremial los primeros juicios que se le hicieron a periodistas resonantes por la famosa Ley de Prensa. Fueron los juicios a Rodríguez Cristaldo y a Carlos Ardaix.
5. En su trabajo, donde informa y da opinión, ¿ha tenido algún problema con la libertad de expresión?
– He tenido algún problema, no sé si por inconsciencia o por una conciencia muy fuerte, de todas maneras, no me generó mayores repercusiones, capaz que tuve la suerte de los medios de comunicación en los que estuve o que no permití que eso pasara. El periodista debe poner ciertos límites a pesar de las posibles consecuencias. Todos sabemos que los medios de comunicación son presionados por los poderes políticos, los empresariales y económicos. Los medios de comunicación privados no sobreviven si no hay publicidad y el poder político influye mucho para su funcionamiento. Si tenés un director que pone el escudo ante esas cosas, trabajás con absoluta normalidad, y si no tenés un director que te haga de escudo, tienes que serlo tú, pero tienes que hacerte cargo de las consecuencias.
Por ejemplo, APC declaró persona no grata a un secretario general de la Intendencia, la lista de los que firmamos esa declaración fue revisada por ese secretario, vio los compromisos que tenía la Intendencia con esas personas y se les cortó a todos. En mi caso, yo era comisionista de la publicidad de la Intendencia en televisión, que eran unos cuantos pesos, levantó la publicidad y a los dos días la contrató con otro comisionista. Si hubiera enfrentado esa situación de otra manera y hubiera cedido, seguramente mi vida periodística después hubiera sido más complicada, porque hubiera tenido que seguir cediendo. A veces hay mensajes que tenés que darlo, aunque te duela, para que los demás sepan cómo viene la mano.
6. ¿Cómo ve ese panorama hoy en los medios de comunicación?
– Más que nada hay medios que se inclinan hacia una opinión o hacia otra, y el periodista si quiere ser vocero de esa opinión va y se vincula con esos medios. No me gusta eso, porque la opinión de un medio o del director de ese medio está en su editorial, y luego el material periodístico diario tiene que tomar distancia de cualquier contaminación ideológica, para eso el diario tiene su espacio de opinión, lo mismo la radio, la televisión y los medios digitales.
7. Ha pasado por casi todos los rubros en la comunicación, ¿cómo se define hoy?
– Me encanta ser periodista, pero soy consciente que soy más comunicador que periodista. Si analizo lo que he hecho, el periodismo ha ocupado una parte de mi vida laboral, pero no lo primordial, porque paralelamente con el periodismo he estado tras bambalinas largas horas en locución, en edición y en tareas de programación.
8. Quien lo escuche en “El Semáforo” (América FM), podrá apreciar que informa, da opinión con gotas de humor, ¿qué importancia tiene el humor en su vida?
– No sé si en mi vida, pero en la profesión mucha. Aprendí a que el humor es muy importante para comunicar las cosas y para mantener al oyente en una sintonía positiva, porque en realidad las noticias son malas. No es noticia el avión que llega, es el que cae. No es noticia la cantidad de gente que fue a Punta del Este, son la cantidad de accidentes y muertes que hubo en la Interbalnearia. No es noticia la cantidad de bosques verdes que tenemos en Uruguay, es la cantidad que fue arrasada por los incendios, y así podemos seguir. Entonces, si a todo eso, que ya es dramático por sí, lo comunicás de forma dramática, estás colaborando a generar una depresión colectiva en una sociedad que cada vez que se levante sentirá que todo está mal, y en realidad, no es tan así. Decir que las cosas son dramáticas cuando lo son, pero ponerle un poco de humor hace que la carga se aliviane. Fui cultivando un poco eso.
9. ¿Qué lo hace feliz en la radio?
– Abrir el micrófono. Me encanta tener la tecnología necesaria para que todas las vías de comunicación puedan estar abiertas. Tenemos que dejar de pensar en los medios de comunicación de cuánta gente nos está escuchando, tenés que pensar que estás diciendo las noticias que pasan en tu lugar a gente que está en Ucrania, y eso, al mismo tiempo que es una responsabilidad, es una enorme felicidad. Recibo audios por WhastApp donde escuchás a gente emocionada hasta las lágrimas por escuchar noticias de su lugar por haber estado muchos años en otros países.
10. ¿Qué lo hace feliz en la vida?
– La vida que llevo. Me gustó disciplinarme y ponerle un horario al trabajo, porque lo importante son los hijos, la familia, los afectos más cercanos. El descanso bobo del hombre, ese que te ponés frente a la televisión y que todos te preguntan, “¿qué hacés”?, y vos decía, “nada”. Y en serio hacés nada y lo disfrutás.
Por: Leonardo Silva
