
-Miguel Ángel Cerrilla en Río Negro, no es un Director Técnico más.
Es en los últimos años, el entrenador de más salientes logros, tanto a nivel de clubes como de selección.
Fue jugador de fútbol y en la década de los 80, produjo notable dimensión, convirtiéndose en líder natural de núcleos consistentes y que además fueron campeones.
Ahora Miguel Cerrilla, es el DT de Laureles, quien por primera vez genera esta escala en su historia deportiva: la primera vez que es finalista de un Campeonato del Interior de Clubes.
En semifinales, Laurelres dejó por el camino a Río Negro de San José, conquistando 4 a de los 6 puntos en juego y con un aspecto estadístico no menor: sin goles en contra en 180 minutos de fútbol. Laureles es el rival de Universitario. Es el rival que se viene.
¡HASTA SE PARECE A ESE AYER!
El fútbol de Río Negro, históricamente es así: duro, macizo, con personalidad en sus jugadores, como para evitar que una circunstancia a favor se le pase de largo, más allá de ser local o visitante
La TV y sus recientes partidos emitidos, permitió también captar por estos lares salteños, las características que adornan al equiipo de Cerrilla, que parece guardar UNA ESTRECHA RELACIÓN CON LA RAIZ DE AQUELLOS SELECCIONADOS DE RÍO NEGRO EN LA DÉCADA DE LOS 80.
Los que justamente el actual DT integró en calidad de jugador.
En la potencia anímica de cada jugador, en el cerramiento defensivo bien articulado y la dosis de sorpresa que no falta, para que la transición sea rápida y la explosición ofensiva no le falte. Con Charles Zoryez como bastión defensivo, lo que suponen Fernando Peletti, Sebastián Rossano y Brian Zabaño en zona de volantes y Ezequiel Vázquez o Santiago Suárez en ofensiva, tan solo entre otros. Soportes acaso de un esquema general que distingue a un equipo que no por nada llegó donde llegó.
Viendo a este Laureles, el puente se vuelve inevitable con aquel Río Negro de los años 80. Y como Miguiel Cerrilla sabe que aquel valió, es una manera de trasladar la raíz a este Laureles, con una mística ganadora que le es puntual.
Para ganarle y condenarlo, a Universitario no le queda otra: recuperar la mejor versión. Una manera de no convocar a la duda, si del futuro que viene se trata.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-