Porque Universitario fue eso, más allá de la condición de visitante: el equipo de la pretensión. Porque además lo reflejó en los hechos, siendo superior en 75 de los 90 minutos. Habría que admitir que en los 25′ finales, entre las variantes (un total de cinco) y la disminución de la partitura ofensiva y su efecto, Libertad salió del pantano, barajó los naipes y hasta llegó al gol.
Pero ese 3 a 1 torna irreversible la dimensión de Universitario en TODOS los planos esenciales. Desde el primer gol de George dos Santos, impulsando de última esa pelota contra la red, hasta que en los 42′ la habilitación de Joaquín Jacques por derecha al medio y George otra vez para que una media tijera perfecta concluyera en gol.
Irse del primer tiempo con el 2 a 0 a favor, poco menos que la misión cumplida. ¿O habría mejor recompensa que esa, para un equipo que sabe el cómo y el cuándo con tanto generoso poder de eficacia siempre?
Libertad como parte de la duda. Fue, pero no volvió.
Dejó los callejones defensivos abiertos. Le simplificó el operativo a este Universitario de la bien inocultable pretensión. En los 10′ de la recta final, Diego Llama mandó el tiro y el palo lo devolvió.
Mientras que en los 20′ Joaquín Jacques por derecha otra vez. Toque al medio y Tomás Medina para resolver con derecho sin apelación.
Un 3 a 0 letal.
Profundo tajo en la estructura mental, de un equipo que se fue cargando de dudas, acaso reaccionando después de los 25′ cuando Universitario se llamó a variantes,.
Si Universitario se volvía con un cantante 3 a 0, casi ninguna huella a favor de la duda, con la mira puesta en el desquite.
El descuento le pone un ligero manto de incertidumbre, aunque con este equipo de Emilio Silvia, solo basta que el cargador se vaya agotando.
Es un síntoma de elocuencia declarada, porque se va dinamitando el terreno. Y la explosión se comprobará…..definitivamente roja.
No dejará de ser Universitario: el de la inocultable pretensión.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
