CENTRO AGRONÓMICO DE SALTO Integrante de la Asociación de Ingenieros Agrónomo del Uruguay DIARIO EL PUEBLO DE SALTO – MAYO DE 2021
Por: Javier Texeira
Ingeniero Agrónomo
Asesor Privado, Asesor De La Comisión Nacional De Fomento Rural y Sociedades De Fomento Rural
LA HORTICULTURA DEL FUTURO
En las próximas líneas intentaré hacer una prospección, imaginando cómo podrá ser el futuro de algunas características de la horticultura.
Estoy convencido que el cinturón hortifrutícola de Salto y los sistemas de producción continuarán desarrollándose, aunque nada indica que también crezca a futuro. Hago distinción entre crecimiento y desarrollo, ya que desde hace varios años no existe crecimiento significativo en superficie y volumen, lo cual no significa que no estén ocurriendo cambios en la interna del sector y de los sistemas de producción.
¿Será más complejo producir?
Indudablemente será necesario manejar sistemas cada vez más complejos, ya no pensando en cultivos, sino en sistemas agroecológicos que producen alimentos para el consumo humano. Esto no es el futuro lejano, sino que es lo que ya se está viendo, con diferentes grados de avance, en los predios hortícolas de Salto.
Quién produce no solo debe pensar en brindarle las condiciones adecuadas para el desarrollo del cultivo comercial, sino que además debe tener en cuenta las condiciones para que se desarrollen los organismos benéficos (insectos, hongos, microorganismos) que protegen el cultivo de “los enemigos”.
No es novedad hablar del uso de insectos u hongos que son aplicados a los cultivos en forma artificial, para el control de plagas y enfermedades. Este es un paso importante y muy positivo, pasando del insumo químico al biológico, pero no se detendrá allí. Con seguridad será seguido de otras acciones, como desarrollo de corredores biológicos y nichos para enemigos naturales nativos, producción local de hongos entomopatógenos, mayor uso de cultivos de servicios, entre otros.
Se percibe entre productores una mayor preocupación y actitud de responsabilidad frente al uso de los agroquímicos: respeto de tiempos de espera, considerar las abejas y otros insectos benéficos, respetar dosis, evitar los de amplio espectro u alta toxicidad y el uso innecesario. No solo están atentos a las exigencias de los clientes y los eventuales controles oficiales de residuos, sino en primer lugar por su propia salud. Tienen interés de trabajar y vivir en ambientes saludables. Son conscientes que son quienes están más expuestos, ya que son quienes aplican y trabajan en ese mismo lugar.
En este aspecto considero que la Ingeniería agronómica tiene un rol importante a cumplir. Es un desafío profesional el asesoramiento para el manejo de sistemas complejos, con un gran número de interrelaciones, pero además una responsabilidad profesional contribuir a que la producción comercial de pequeña a gran escala, logre avanzar en la dirección de la agroecología, asegurando el sustento familiar de los productores y el adecuado abastecimiento del mercado.
¿Se desarrollará la horticultura de exportación?
La exportación y el libre comercio no son las características de nuestros principales cultivos hortícolas. Al contrario, son productos de baja densidad de valor por unidad de producto, muy perecederos, y con un comercio internacional muy regulado. Los países quieren tener seguridad de abastecimiento, generan trabas e invierten para mantener sus productores locales.
Hasta ahora el mercado interno ha sido más atractivo que la exportación. En Uruguay se logran los mejores precios de la región, y no es necesario asumir nuevos desafíos y costos como requeriría exportar. No es casualidad que las gremiales hortícolas reaccionan en forma muy enérgica cuando se habilita la importación o el contrabando toma mucho volumen.
Descuento que dentro del sector seguirá habiendo personas tenaces que continuarán haciendo esfuerzos en ese sentido, a la búsqueda de oportunidades comerciales atractivas.
¿Con menos trabajadores?
Una característica de nuestra horticultura, es el uso intensivo de mano de obra. Desde el punto de vista social es una gran virtud de la actividad, dar oportunidades de trabajo a personas con muy poca formación; pero también es un contrapeso, ya que tampoco puede pagar sueldos muy elevados, dado que el negocio no lo permite.
Según el cultivo, sistema de producción y mecanización de cada empresa en particular, la importancia de los costos de la mano de obra son variables, pero siempre muy importantes. Sin exagerar, oscila entre el 35 y 50%. Con la esperanza de que el país vuelva a retomar el crecimiento y crezcan los salarios, la horticultura no podrá acompañar, deberá seguir mecanizando todo lo posible. Considero que la perspectiva es que trabajen menos personas, con una mayor preparación.
¿Con menos productores?
Acompañando lo anterior, la necesidad de mecanización, puede provocar una expulsión de productores. La mecanización no viene “en envase chico”, requiere una inversión importante en la compra de los equipos, y de superficie de cultivos que justifiquen y permitan amortizar esa inversión. Esos procesos de mecanización van acompañados de concentración de la producción. A modo de ejemplo, lo hemos visto en estos últimos años con la producción de cebollas y zanahorias.
Existe una oportunidad para los productores familiares, en la medida que se organicen y trabajen en forma colectiva, para acceder a servicios y equipamiento que les permita abatir costos y lograr la presentación de la mercadería en óptimas condiciones, o ingresar en otras cadenas de valor. Tema para analizar en otra instancia.
¿Entonces?
De las pocas cosas seguras que tenemos respecto al futuro, es que no está determinado, sino que depende de las acciones que realicemos como profesionales, productores y sociedad.