Son ellos y están ahí.
¿Cómo no suponer que son una raza generosamente distinta?
Porque son los goleadores. Pero el caso de Fabricio, es especial.
Porque es la tercera década al hilo en la que juega al fútbol. En la primera década del nuevo siglo. Después la segunda y ahora la tercera, ya con más complicaciones para ser aquel…pero…el «Cuervo» sigue siendo aquel.
Porque no posterga la ley seca del que decide cuando hay que decidir. Como en esos minutos finales, cuando ya en cancha, fue picando a todas. Queriendo a todas. desde el criterio de la rotación que no archiva. Y en ese minuto 43′ del segundo tiempo, cuando Ferrari pica al vacío por izquierda. Prima en el mano a mano, defiende el control de la pelota y la vuelca al medio después.
Y entonces Lairihoy. Y entonces el «Cuervo».
De primera, porque después de todo sabe bien cuál es la receta en el área.
Vino para él y a las piolas también.
El 2 a 1 de Salto Nuevo.
Cuando a los 30′ de la recta final, el equipo del «Lolo» Aguirre llegaba al empate. El «Chino» González ganó más que todos en el área. El frentazo resultó perfecto, para alcanzar el 1 a 1.
Ya a Sud América le costaba demasiado el sostenimiento de la vertical. Cediendo espacios, más limitado en la construcción si del primer tiempo se trata, cuando convirtió en figura a Franco Repetti. Ese primer tiempo de su vitalidad general, empuñando la idea de protagonismo, creando anticipo y proponiendo llegada, hasta el gol de Gabriel Pintos cuando se iban los 45′ de arranque.
Al cabo para Sud América, cada partido es un examen duro y cruel, porque resignar puntos es alejarse de la ilusión de permanencia. Se fue para el barrio sabiendo que tiene que ganar dos partidos para quedarse, mientras Salto Nuevo dio un paso a la medida de la ilusión, después de tanta trompada del destino directo a su mentón, en desigual pelea.
Las vacilaciones que a Salto Nuevo no le faltaron y que fue resolviendo a favor. Los cambios lo tonificaron. Encendido de rebeliones, cuando la bocha venía esquiva y salió al combate.
El frentazo de Franco. La estocada del «Cuervo».
Ese mismo «Cuervo» que es aquel de la leyenda.
De las tres décadas. Eternamente….él.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
