«Newell’s informó que llegó a un acuerdo con Ángelo Gabrielli para la rescisión del contrato del defensor. Según indicaron en medios oficiales fue de común acuerdo entre ambas partes. Lo llamativo es que el rojinegro había pagado 200 mil dólares por su pase hace apenas seis meses. Según manifestaron desde la entidad, el club recibirá una compensación económica de 155.000 dólares. El futbolista uruguayo arribó a la rojinegra tras su paso por Fénix y Liverpool de Uruguay en enero del 2019 y disputó un total de 25 encuentros con la camiseta rojinegra, con la que marcó dos goles ante Huracán e Independiente».

La información respecto a ÁNGELO GABRIELLI fue esa. No menos que sorprendente, desde el momento que el salteño fue de los jugadores del plantel superior de Newell’s Old Boys de Rosario, al cual se le había renovado el contrato. Sin embargo, el común acuerdo de partes y Ángelo va siendo parte del adiós a uno de los clubes de myor tradición en el fútbol de AFA y ni que hablar en Rosario de Santa Fe, donde comparte las pasiones con Central.
Por eso a la distancia el diálogo con EL PUEBLO. Una manera de saber. Sucede que en el caso de él, no solo se trata de un lateral derecho al que propiedades no le faltan. Es también la condición humana que no ha dejado de distinguirlo. De la recomendable. De la buena.
LA RESIGNACIÓN INEVITABLE
«Este viernes regreso a Uruguay y por supuesto que a Salto. Si tengo que hacer una síntesis, digo que de Newell’s me voy contento. Hablé con el Cuerpo y con los compañeros del plantel. Le dije de mis razones y porque había pasado esto que pasa. Sucede que fueron dos años aquí y hay que hablar de un ciclo terminado. Para que la rescisión se planteara, tuve que resignar lo económico. Pero hay momentos en que el futbolista debe poner todo en la balanza. Me voy con la frente alta, porque en Newell’s dejé todo. No me puedo reprochar nada»
CUANDO UN LATERAL TAMBIÉN SUMÓ
Allá en Rosario, después de todo a unos 420 kilómetros de Salto, la voz de Ángelo bien nítida. Como para escucharlo bien. Para que el contenido sea entendible y los motivos fluyan.
En esa voz, la vacilación al margen. No se percibe. Todo lo contrario. La certeza en lo que expone. Sin señales de quien ofrece la convicción, a la luz del paso dado.
Ángelo optó por bajar la cortina en ese Newell’s que lo cobijó por 24 meses y le permitió jugar en los estadios con mayor valor místico e histórico que en el fútbol argentino es posible descubrir…
«Digo que no me puedo reprochar nada y lo dí todo, porque además siento que sumé también al mejoramiento del equipo en la tabla. Dos años atrás Newell’s figuraba último en la tabla del descenso y ahora el equipo está clasificado para la próxima edición de la Copa Sudamericana. Por eso es que si analizo lo deportivo, este tiempo bien que ha valido la pena»
VOLVIENDO A CASA
Fue en el tiempo bien pandémico, cuando la reclusión en los hogares se transformó en mandato. Ángelo Gabrielli transitaba por estos lares y aquí se quedó en algunos de esos meses, donde el fútbol se paralizó sin más trámite.
Recuperó la fragancia «naranjera» que suele extrañar, a despecho de quienes se convencen que «el hombre es un animal de costumbre». No dejó de entrenar. En ese ámbito que quiere y siente como propia. En la colonia, donde la naturaleza es ilimitada.
Donde el horizonte se vuelve infinito…
«Por eso ahora el fin es llegar a Salto. Ya las valijas están prontas. Ir a mi casa, estar con mi gente, compartir el mate. Porque todo eso también es necesario y ayuda a acomodar las ideas. Hace un tiempo que no nos vemos. Esos reencuentros son necesarios. Será el momento de ir pensando en el futuro. Puedo hablar de sondeos en materia de futuro y sé que algo bueno o muy bueno es capaz de plantearse. Hay un tiempo para esperar y otro para decidir. Que la decisión sea la mejor, porque eso también es lo que espero».