Juan Llantada Fabini
«Tribuna Salteña» y el apellido Llantada están indisolublemente unidos. Modesto Juan Llantada Fabini desde que tiene memoria ha sido «un escribidor», como él mismo se define. Hoy participa en el programa televisivo «En Profundidad» (jueves 20 horas en Canal 4 de Cablevisión Uruguay) junto a Melisa Ferradini y Gabriel Texeira. El diálogo y la reflexión sobre los medios de comunicación surgieron espontáneamente en la charla.

Volvió a la comunicación en un formato televisivo, ¿cómo ha resultado esta experiencia?
- Comenzó siendo un proceso absolutamente sorpresivo y el culpable de todo es Gabriel Texeira, porque fui a una audición de radio que se llamaba «Inquietudes Barriales», donde estaba Gabriel junto a Vinacho (Víctor Bernasconi), y anduvo tan linda esa entrevista que me propone hacer un programa de radio. Le expliqué que no sabía nada de radio, me respondió que entonces íbamos a hacer un programa de televisión, ahí me di cuenta que estaba más loco que yo (risas).
Fuimos a hablar a Canal 4 con Pablo Texeira y acordamos unas condiciones muy benignas para hacer 8 programas de prueba a partir de octubre hasta diciembre de 2017, para ver cómo salía el producto. Fue cuando pensamos que sentar a dos viejos para hablar en televisión no iba a andar, necesitábamos una mujer para equilibrar, fue cuando hablamos con Melisa y formamos un equipo excelente. Es un programa que tiene poco de política, nada de fútbol, que apunta a entrevistar a la gente sobre cosas que no están en el radar de la noticia y que ha resultado muy interesante.
¿Cuál podría ser un ejemplo de esas entrevistas que hacen en el programa?
- Por ejemplo, en nuestro último programa nos visitó el presidente de la Asociación Española, que contaba que era una Asociación de Socorros Mutuos que promovía y brindaba asesoramiento, apoyo y servicio médico a los inmigrantes que llegaban con una valijita. La Asociación contrataba a un médico y a un farmacéutico, estamos hablando de hace 150 años. En esa época los médicos escribían la receta con la fórmula, y el farmacéutico la preparaba porque no venían remedios del laboratorio. Creo que todas esas cosas son muy valiosas que, si no se rescatan, se pierden.
Usted no es un recién llegado a la comunicación, ¿qué tanto han cambiado las formas de comunicar?
- Soy un escribidor viejo (risas). Siempre entendí que el medio determina la forma del mensaje. No es lo mismo dar el mensaje con dibujos y con gráficos que escribirlo con textos o explicarlo hablando.
La buena comunicación muchas veces exige utilizar imágenes que sinteticen lo que uno quiere decir. No es lo mismo WhatsApp que Twitter o que Facebook.
El fenómeno de las redes sociales requiere nuevas técnicas de comunicación porque han producido fenómenos extraordinarios.
En la última elección, los partidos que no estaban dentro de la estructura política establecida, es decir, no tenían una sede propia, no tenían legisladores, no tenían publicidad en los grandes medios, sacaron 330 mil votos entre Cabildo Abierto, el PERI, y no olvidemos que Salle Lorier casi queda de Diputado.
Entonces, eso nos habla de una nueva forma de comunicación que me parece importantísima, pero que en esencia siempre es la misma. Los medios de comunicación, ¿son un reflejo de lo que es la sociedad o desde esos medios se intenta marcar pautas de conducta? - Está demostrado a través de varios estudios que el periodismo y los periodistas -salvo en estados totalitarios donde hay un monopolio que trabaja en modificar la conducta de la gente-, reflejan la realidad y tratan de esclarecerla, pero difícilmente puedan modificar una tendencia en la gente. La prédica, en un sentido o en otro, no es definitoria, puede catalizar. Pero los periodistas que caen en el egocentrismo de creer que van a hacer una revolución con sus escritos, están equivocados, porque, además, la disciplina periodística requiere un gran esfuerzo ético y de conducta en cuanto a no caer en el egocentrismo porque cuando el periodista se siente estrella, empieza a meter la pata inexorablemente. Siempre recuerdo algo que me decía mi padre, el periodista es un testigo lo más fiel posible, y además, nunca sale en la foto, porque no es el protagonista de la noticia.
¿Hay tentaciones en el periodismo?
- Cuando el periodista quiere convertirse en protagonista de la noticia, empieza a titular tramposamente y a agarrar fuentes no confiables. Es cuando aparecen cementerios desbordados o 10 mil niños en estado de pobreza y no buscamos las fuentes originales para verificarlo, lo que es imperdonable.
En otra época era más difícil, pero hoy con internet, encontramos enseguida la fuente principal, uno va al Instituto Nacional de Estadística y no hay ninguna estadística, uno va al MIDES y no hay ninguna estadística, y lee el currículum de la promotora de la noticia y resulta que es una representante política que en su propio currículum dice que a partir del 2015 inicia una carrera ascendente. No la estoy descalificando, lo que digo es que la fuente no es confiable porque fue asesora de (Cristina) Lustemberg y de (Daniel) Martínez, entonces vino, puso el huevo de los 10 mil niños en la pobreza y se fue, y un periodista agarró y revoleó el huevo sin fijarse si era de gallina o de dinosaurio, eso está muy mal. El periodista siempre tiene que estar en guardia contra su propia tentación de sentirse crack, porque será crack por un día, eventualmente.
Los medios de comunicación, ¿tenemos que transmitir valores éticos a la sociedad?
- La tarea de la comunicación entendida en el marco de la libertad de prensa y de las mejores tradiciones del oficio de periodista, tienen que reflejar una ética muy fuerte en cuanto a la verdad, a la precisión, a la corrección, inclusive cuando uno opina sobre los temas tiene que hacerlo desde ese mismo marco. El buen periodista no dice, «yo soy un periodista independiente», «yo soy un periodista confiable», su conducta lo ha hecho de esa forma y la gente lo percibe así, no tiene que ponerse el título de periodista independiente, y si no lo es, que reconozca que el sueldo se lo paga fulano.
¿Cuál es el primer recuerdo que le viene si le menciono a «Tribuna Salteña»?
- El ruido de linotipo, que solo el que lo ha escuchado puede entender. Era una maquinaria complejísima, con una cantidad de movimientos alternativos, donde cada letra era una matriz de bronce, que componía líneas y se fundía en un molde de plomo, esas matrices subían y eran distribuidas en un gran casillero donde cada letra tenía un código de dientes en una barra que cuando se le terminaban, caían en su lugar, y ese ruido más el ruido de las ruedas, es un sonido que solo el que lo ha escuchado puede entenderlo. Además, fue la máquina que revolucionó el periodismo, porque antes los diarios se hacían componiendo el texto letra por letra.
¿Hay futuro para la lectura en papel?
- El libro de papel como objeto de cultura es formidable y probablemente insustituible, porque si a cualquier persona le dan a elegir entre un libro de papel y una versión en el Kindle, que es comodísimo, livianito, que uno lo lleva en un viaje junto a otros 400 libros si quiere, se lleva el de papel, porque se puede subrayar y ponerle una tirita que marque los lugares importantes. Creo que es un problema de costos, porque el libro del Kindle sale 5 dólares y el otro sale 15. Si compras 10 libros ya es dinero.
La proliferación de las redes sociales y de portales, ¿atenta con la veracidad de la noticia?
- La inmediatez siempre es una invitación a la desprolijidad, eso es inexorable. La calidad de las fuentes protege. Se trata de aquella vieja discusión entre Reagan y Gorbachov, cuando estaban haciendo el desarme. Reagan quería una cláusula de visitas de control, «¿usted no confía?», «sí, sí, yo confío, y además quiero verificar que mi confianza está justificada». Entonces, siempre hay que buscar una verificación, sobre todo por lo que hablamos antes.
Escucho voces que comienzan a alzarse hablando de la post-pandemia, ¿ya pasó?
- Nuestro mapa está casi todo verde, la gente está en enorme mayoría vacunada, donde había duda recibieron una tercera dosis, se va a vacunar a los niños.
En ese sentido, la forma de enfrentar la pandemia y los resultados que se han obtenido son excelentes, a tal extremo que ha dejado de ser noticia, porque ya no hay tantos infectados, ya prácticamente no muere nadie, los que están en el CTI, la mayoría no son por COVID.
Así que, si seguimos por el buen camino y no aparece alguna variante nueva y virulenta, creo que el año que viene ya vamos a estar en la post-pandemia, que va a ser momento de hacer el relanzamiento de las cosas, como el Salón del Vino, el cine, el teatro, retomar las reuniones con los amigos, todas esas cosas que se perdieron y que también hacen al funcionamiento de la sociedad.
Hoy por:
Leonardo Silva