Vivimos en un departamento rico, con historia y, por sobre todas las cosas, orgulloso. Salto es un departamento que supo ser pujante y culturalmente activo. Huella de ello son sus museos, hoy clausurados y abandonados, o utilizados como oficinas públicas a las que ni siquiera se les realiza el mantenimiento básico, como cortar el pasto. Un Ateneo y un teatro digno de ser mostrado y presumido.
Salto ha caído en la desidia, en el abandono absoluto. ¿De quién es la culpa? ¿De sus gobernantes? ¿Del Legislativo Departamental? ¿O nuestra, de la gente?
Pues, aunque duela y nos golpee en lo más profundo de nuestro orgullo, ¡es nuestra! Porque nuestra es la responsabilidad de elegir a nuestros gobernantes y legisladores; nuestra es la responsabilidad de exigirles cuando vemos que se pierden en discursos y acciones inocuas, como hacer pedidos de informe al por mayor, sacar un titular y luego no hacer el seguimiento de esos temas.
Nuestra es la responsabilidad de seguir votando a la misma gente y esperar resultados diferentes.
Hace más de nueve años que el Frente Amplio, con Andrés Lima a la cabeza, gobierna el departamento, o al menos finge gobernarlo, mientras deja el departamento en manos de la Secretaría General, con Gustavo Chiriff y Regino López del Partido Comunista. Y este es el Salto que tenemos hoy: un Estado basado en la propaganda comunista, donde se vende mediante fotos y comunicados de prensa adornados, mezclando las cosas y tratando de imponer a la gente la sucesión del «Clan Lima», con fotos del actual diputado, hermano del Intendente, recorriendo obras y apareciendo en las gacetillas de prensa de la Intendencia.
Por otro lado, tenemos a los inoperantes de siempre, que lo único que saben hacer es ir a la capital para conseguir un titular y mostrar su «foto con el presidente», como si eso fuera a cambiar algo de la realidad de la gente. Es cierto que son «compañeros» de la futura coalición republicana, pero eso no quita que HOY ellos son quienes ostentan cargos, ellos son los que deberían tener los contactos para traer inversiones y demostrar que tienen acceso a la Torre Ejecutiva para algo más que una fotito con el presidente.
Salto ya lleva más de 9 años sin una sola obra de infraestructura real, con un Intendente ausente, más preocupado por su campaña electoral que por su gente. La Junta Departamental está «durmiendo la siesta», por decirlo de una manera algo jocosa, pues una gran cantidad de los ediles votados para ese cargo están más preocupados por sus cargos en la CTM o la intendencia, y otros que no tiene ni la experiencia ni la vocación de estudio y crítica que requiere la tarea legislativa departamental, la gestión Lima hizo y deshizo lo que le vino en gana, dejando que el departamento a la deriva, sin obras, sin inversión, y lo que es peor, sin un plan más allá de ganar las próximas elecciones.
Algunos dirán que las generalizaciones son malas, y que terminan pagando “justos por pecadores”, y es cierto, también hay buenos ediles, pero su trabajo se termina viendo opacado por la mediocridad reinante.
Tuvo que venir Buslón, oficialista, a llamarles la atención sobre los museos… Es cierto, estamos en campaña electoral, seguramente tienen cosas más importantes, pero deben recordar que tarde o temprano, la gente se despierta, y es la gente quien tiene el poder, y de tanto «acorralar a un manso», pueden terminar recibiendo una sorpresa.
Ser edil no es hacer pedidos de informe; eso lo puede hacer «doña Rosa» desde su casa. Ser edil es tomar ese pedido de informe y su respuesta, y llevar al Ejecutivo Departamental a sala para que explique, defienda y demuestre su caso. Varios de esos ediles hoy pretenden ser diputados, por lo que sería bueno preguntarles… ¿tienen idea de qué es lo que deben hacer allá? Si no lo han hecho en su departamento, teniendo el poder de efectivamente hacer un cambio, desde la Cámara Baja y con un sueldo seguro, será que se acuerda de hacer algo por sus coterráneos y su terruño.
En Éxodo XXI queremos formar un equipo sólido y pujante para la Junta Departamental y el Parlamento, queremos formar ediles y diputados, entrenarlos para estudiar los temas, seguirlos y defender los planteos de la población, porque ESA es la tarea legislativa, es poner el pié en el freno al gobierno cuando se pasa de la raya, y el acelerador cuando presenta proyectos útiles para la sociedad.
