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jueves, 5 de junio de 2025
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Salto

Nada más azul que la querencia…

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Diario EL PUEBLO digital
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POR: JORGE PIGNATARO

El pensar en barrios añorados por un poeta, y que este precisamente pretende rescatar a través de la poesía, seguro que no a pocos les viene al pensamiento aquellos hermosos versos del montevideano Líber Falco, cuando en su poema titulado Biografía escribió: “Yo Nací en Jacinto Vera/ qué barrio Jacinto Verá/ ranchos de lata por fuera/ y por dentro de madera…”.
Pero también en Salto ha habido, y hay, pequeños lugares que la poesía realza a través de la pluma de quienes intentan pintarlos pero, a su vez, dejar en esas líneas una fuerte carga de emoción y sentimientos. He aquí tan solo un puñado de unos pocos ejemplos, que parecen decir aquello que alguna vez, casi a modo de sentencia, proclamó Víctor Lima: “que no hay nada más azul que la querencia/ de la tierra que una vez nos vio nacer…”.

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CANCIONES
(Víctor Lima)
1
Osimani y Uruguay
-recodo del estudiante-
se llena
de un haz de gritos que muelen
molinillos de la tarde.
(Guardapolvos palomeros
subrayan de blanco el aire).

2
Cuando acabe los estudios,
mi bien, en la Facultad,
podré casarme contigo
y entonces -puedo jurar-
te haré una casa muy grande,
mucho más grande que todas
en Uruguay.
-¡No subas tanto, no,
no subas tanto!

(Una casa pequeñita,
con dos ventanas al río,
allí, en Los Algarrobos.
más, no te pido).

3
Un estudiante expulsado
de las aulas del Liceo,
a su padre le rogaba
este ruego:
no me saques del Liceo,
nunca, que voy a estudiar.
Me voy a portar -te juro-
como un hombre de verdad.
Ay, pero no, pero no,
no me saques del Liceo.
No me vayas a sacar,
que si me sacas, me muero.
No me saques, no,
del Liceo.

4
En el balcón de la tarde,
que da al poniente del río,
una rosa estudiantil
muere de hastío.

Hastío: Los Algarrobos,
la garganta del Ceibal.

El muelle, la plaza Roosevelt,
¿Dónde el rosal?
¿Dónde el rosal, tu rosal,
rosa fiel, abandonada?
(El viento gime la N.
El río gime la O.
Un Algarrobos la S.
Otro, la É).
¿Dónde el rosal, tu rosal,
muerto de hastío?
-No sé.

SALTO
(Daniel Abelenda)
Respirar aquel aire verde
de los naranjos y azahares
y el Río-Padre pasando
-como se pasan los años-
pintando rojos horizontes
entre ceibos y cantos rodados.
Desde las barrancas de Arenitas Blancas
yo me veo parado en mis 6 años
mirando los hombres bajar de los botes
con sus redes llenas de dorados, surubíes.
El niño mira con ojos de asombro
-la irrepetible mirada del alma –
el paisaje que quedará grabado
para siempre en su memoria.

LONGILÍNEO
(Enrique Cesio)

Vino Modigliani a Salto
para dibujar una garza
blanca, parada en la punta
de una chalana,
como mascarón de proa;
se enamoró de la figura
longilínea como las suyas.
Pintó otras sobre ramas de espinillos
amarillos de modas.
Miró los botes con hombres
de camisas a la brisa
de la fina mañana.
Coloreó otras garzas suspendidas
entre los Algarrobos,
contrastantes con el torrente
celeste que se perdía hacia el sur.
Sintió Modigliani que había
encontrado la pureza de la línea
y se volvió a los cielos
a conversar con el Greco,
de ese asunto que tenían en común:
las figuras alargadas
en la mañana de chalana,
instalación espontánea
de la naturaleza integral.

ARRABAL CONVIVIDO
(José María Rondán Martínez)

Te sufrí Cien Manzanas…
Te sufrí cuando el grillo me apagaba vintenes
y en el fuelle sonoro de bandoneón pueblero,
un último lamento despoblaba almacenes.

Te sufrí en cada beso de orilleras muchachas
y en la punta cobarde de una daga maleva.
Te sufrí en los rosales que el invierno secaba
y en largas caminatas densas de luna nueva.

Te supe en las esperas del cumplido de novio
y en la esquina nublada de lluvia y temporales.
Palpé la entraña honda de un patio y su guitarra
para sentir la pena que convoca arrabales.

Entretuve mis noches con tragos y barajas
y de puro coraje fui malo y pendenciero.
Los sábados de baile me vieron por tus clubes
con mi chalina roja, ladrona de luceros.

Hoy triste, y sin destino te sufro Cien Manzanas,
en el dolor que tienen tus noches suburbanas…

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