El caso Alejandro Astesiano, la situación de los ediles que ingresaron a trabajar en Salto Grande, y el procesamiento del senador Gustavo Penadés, un peso pesado del gobierno nacional, son temas demasiados “pesados” y que parecen olvidados de la enorme mayoría del pueblo uruguayo.
En el caso de Astesiano, hemos dicho en estas columnas que la responsabilidad por los hombres que pongo en los cargos de gobierno siempre será de quien los designa precisamente.
No se puede pensar que un cargo como el de Jefe de la Guardia presidencial, pueda ser cubierto por una persona que no tiene las credenciales suficientes, incluso que ha estado procesado. Nos preguntamos ¿en qué medida se investigó a la persona o quien asesoró al presidente para designarlo? Debe ser alguien muy cercano al Presidente para que este realmente lo designara sin investigar y sin controlarlo. Vale decir que ha confiado ciegamente en quien le asesoró.
¿Qué tipo de control se tenía sobre él y sus acciones? Para nosotros es un caso abierto y hay muchas cosas más para investigar.
El segundo hecho no da siquiera para opinar, debido a que los legisladores –incluso los de su mismo partido- les han pedido la renuncia, sin que la mayoría de ellos lo acatara.
El último caso es el más vergonzoso. Un legislador reconocido por su jerarquía en el gobierno actual y un docente que obviamente trabajaba con muchos jóvenes y se prestaba para “reclutar” y “hablarlos” a los jóvenes para el legislador hoy procesado, también tiene muchas aristas entre ellas la que llevó a la cárcel a un jerarca de los penales, acusado de colaborar con el ex legislador en su intento de entorpecer a la Justicia.
No hemos visto a los periodistas, sobre todo capitalinos –salvo contadas excepciones- darle la importancia y la trascendencia que tienen estos temas.
Son todos temas demasiado importantes, trascendentes diríamos, que sin embargo no parecen concitar el interés de la población (¿o de los medios de comunicación?), que parecen haberse olvidado de ellos.
Como periodistas sabemos de las limitaciones que este trabajo establece, pero hay que tener muy claro que no siempre es noticia lo que el público quiere escuchar, ver o leer, porque el periodista tiene la obligación también de hacer pensar o evaluar en toda su dimensión estos hechos.
Es lo que opinamos
Alberto Rodríguez Díaz
