back to top
27.7 C
Salto
02 de Ene
jueves, 02 de enero de 2025
27.7 C
Salto
EL PUEBLO
Columnas De Opinión
Leonardo Silva Pinasco
Leonardo Silva Pinasco
Periodista en diario El Pueblo, Canal 4 de Flow, Radio Arapey.

Emanuel Pintos Casañas, abogado, docente e investigador universitario

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/jzdr

Cuando la gente se desespera y sale alocada a buscar algo, puede herir a otro, y en eso no puedo tranzar”

Emanuel Pintos Casañas es un abogado salteño que desde muy joven viajó a Montevideo para estudiar y que hoy lo ha llevado por varios países participando de jornadas académicas y de estudios. En la actualidad es docente e investigador en la Universidad Católica, trabaja para la Universidad de La Rioja realizando además diversas colaboraciones para la Universidad del CLAEH. Se encuentra presentando su primer libro, “La discriminación estructural como categoría jurídica autónoma” en Montevideo el 26 de noviembre y que seguramente en el mes de marzo del año que viene llegará a Salto para hacer lo propio.

– Abogado salteño que ha traspasado barreras, incluso a nivel internacional por motivos de estudios, ¿cómo es eso?

- espacio publicitario -
Liliana Castro Automóviles

– La verdad es que viví en Salto hasta los casi 19 años. Me vine a estudiar a Montevideo y la vida me fue llevando por varios caminos entre jornadas universitarias, tuve la gracia de haber estado por Córdoba, Bogotá y ya luego en mi proceso de Maestría por España, que ha sido mi último destino y donde quedó un compromiso a largo plazo de seguir yendo porque ahora estoy en la etapa del Doctorado, así que me quedan viajes por delante.

– Entre todas las ramas del Derecho que tenía para elegir, ¿por qué optó por el Constitucional tanto para la docencia como para la investigación?

– Sí, el ejercicio de la profesión también tiene esa particularidad que como Derecho Constitucional en sí mismo se materializa además en lo que es el Derecho Administrativo, que es lo que ejerzo. Mi vínculo con el Derecho Constitucional y la rama de los Derechos Humanos o Derecho Internacional de los Derechos Humanos fue un amor a primera vista ya desde mis primeras clases en Derecho Público I con el doctor Daniel Ochs, y después con el doctor Martín Risso sentí ese llamado de que mi camino iba por ahí, me apasionó. Luego tuve la suerte de entrar a trabajar en un estudio que hacía mucho Derecho Público, me terminé quedando, luego me abrí por mi lado pero para seguir haciendo Derecho Público, y por supuesto la rama académica no podía estar ajena, y hoy sigo trabajando también desde la academia.

– En una descripción que usted realiza en su perfil de Linkedin (red social profesional) escribe: “Creo firmemente en la necesidad de proteger el Estado de Derecho como medio para garantizar los derechos fundamentales de los individuos y de la colectividad”. Al día de hoy, ¿hay necesidad de continuar reivindicando el Estado de Derecho?

– Sí, primero porque el Estado de Derecho, el Estado Social de Derecho, el Estado Liberal de Derecho, tómelo con el perfil que prefiera hacer foco, pero el Estado de Derecho como herramienta en sí es justamente el mejor Estado con el que contamos hoy para asegurarnos no solo que aquellas mayorías logren arribar a consensos y administrar sus necesidades en razón de los recursos que tiene, sino también que las minorías, aquellos que quedan entre comillas muy en segundo plano, aquellas minorías que no tuvieron la capacidad de llegar a tomar esas decisiones en forma mayoritaria, que también sean respetadas. Y esto lo vemos ahora en tiempos de elecciones. Cuando una agrupación llega a tener esa mayoría eventual, coyuntural en un punto determinado del tiempo, también el Estado de Derecho nos permite decir que tengamos cuidados que hay una cantidad de otras personas que por esa coyuntura pueden llegar a ser minoría, pero también existen y tienen que ser contempladas. A veces el Estado en ese afán por atender las necesidades de esa mayoría o determinadas políticas que entiende que son cruciales, avanza en aquella imagen del Leviatán de Hobbes, que va caminando y generando daños sin querer ni adjudicar ningún tipo de intencionalidad, pero la cuestión es que puede haber daños eventualmente de tipo marginal, pero daños al fin, en esas pequeñas minorías, personas que están ahí esperando una mano dadivosa a veces del Estado, y el Estado sigue de largo. Entonces, es necesario que exista un Estado de Derecho que nos contemple a todos y que sea una mesa en la cual nos podamos sentar todos a dialogar. Creo que eso es parte de la idea por la que va el libro, de contemplar a aquellos que tal vez no tienen voz.

– Y en cuanto al equilibrio que debe existir en las relaciones institucionales, por ejemplo en el Poder Legislativo, ya formadas ambas Cámaras de la próxima Legislatura queda claro que deberá existir respeto entre quien gane y quien pierda porque cualquiera de las partes tiene control de una de las Cámaras.

– Exacto, pero justamente, y a diferencia de lo que he escuchado en alguna radio del eventual peligro que esto puede significar, por el contrario, para mí es una gran riqueza. Obviamente que uno piensa en la gobernabilidad que debe asegurarse, preocupación legítima porque un parlamento debe expedir leyes, para ello existe, porque es un órgano constitucional esencialmente político. Pero la realidad es que lograr los consensos y el diálogo es casi más importante que expedir una ley, donde se puede tener una mayoría que puede ser eventual pero que eso no garantiza que la ley sea buena. Ahora, si se logra establecer un diálogo con todos los actores sociales, logro recabar toda la información que entiendo necesaria y toda la experiencia en torno a un caso para expedir una normativa sustancial que realmente represente esa situación fáctica y atienda esas necesidades, ahí tenemos un buen producto desde el punto de vista político.

– Sera un país distinto, no estamos acostumbrados a ver un país de diálogo en la clase política, seguramente sea algo muy rico para estudiar desde el Derecho Constitucional.

– Va a ser muy interesante. Además, hoy está configurada la situación al punto que hay minorías en el parlamento, y pienso en el grupo de Salle, por ejemplo, sin perjuicio que se comparta o no su postura política, que no viene al caso, pero como agente político esa minoría tiene un gran poder, porque es la que puede inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Para muchos en el Derecho Constitucional esto es un riesgo porque interpretan esto de cómo las minorías pueden ser acaparadoras de una fuerza de acción demasiado grande y exorbitante, porque alguien podría decir que como están tan divididos los bloques alguien inclina el field de la balanza hacia un lado o hacia el otro. Eso, desde el punto de vista de la lógica democrática es muy bueno, porque nos impone el desafío o el compromiso de llegar al diálogo o al consenso.

– La idea de esta charla igualmente era para hablar de su primer libro, “La discriminación estructural como categoría jurídica autónoma”, que es prologada por Martín Risso Ferrand, que en lo personal considero uno de los más ilustres constitucionalistas que hoy tiene nuestro país, me imagino lo que debe ser para usted.

– La verdad que es un gran honor y una gran responsabilidad respaldar lo que dice Martín en las páginas que le son consecutivas al prólogo. El doctor Risso fue uno de mis tantos maestros a lo largo de la carrera, y hoy es mi referente y superior jerárquico en el Departamento de Derecho en la Universidad Católica. Tenemos un ida y vuelta cotidiano, y es increíble cómo se sigue aprendiendo de él a pesar de que pasan los años. Justo ahora en setiembre sacamos la última ampliación de una investigación que tenemos sobre amparos médicos, por lo que pasamos todo el año trabajando sobre eso y en paralelo iba saliendo lo del libro, entonces es que se da ese ida y vuelta entre distintas cosas que uno va sacando, pero la verdad es que es muy grato.

– La última palabra es suya.

– La noción de discriminación estructural de mi libro apunta a visibilizar una realidad con la que convivimos todos los días. El primer paso para empezar a combatir estas realidades, es ponerle nombre, es evidenciar la mecánica que está de fondo, y a eso es lo que apunta el libro, con la salvedad que el concepto de discriminación estructural no es una elaboración mía, aunque si la estructuración conceptual como una categoría autónoma. Todos somos atravesados por algún tipo de discriminación, habría que ver si no somos atravesados por un contexto de discriminación estructural, eso es lo que me preocupa.

En cuanto a los agradecimientos, sin dudas, a todo el pueblo salteño. Sigo siendo salteño, me sigo comiendo las eses como buen salteño (risas), pero la vida me ha llevado por otros lados. En estos 10 a 11 años he tomado más aviones de lo que me gustaría, pero siempre me gusta volver, a pasar de esos calores donde mi esposa dice que esto es inhumano y yo ando metiéndome en las termas con 40 grados a la sombra. Sigue siendo mi lugar de origen y estoy sumamente agradecido por el respaldo y la calidez que he recibido. Aparte me formé con la idea que, y hay que decirlo con cautela, pero siempre el norte y todo el país padeció el centralismo capitalino, y me fui con la idea que si lograba hacer algo en la vida, desde Montevideo iba a tratar de ir llevándolo hacia el interior porque entiendo que es parte de la obligación moral que tenemos todos. Ahora que tengo un libro propio, estoy tratando de empezar a trazar ese camino. Hay una cantidad de proyectos por delante que no puedo adelantar porque no son oficiales, pero estamos con un grupito de gente haciendo la fuerza para que poco a poco empecemos a salir de la capital y de los estrados que es lo que deberíamos haber hecho hace muchos años.

—————————————————–

PERFIL DE EMANUEL PINTOS CASAÑAS

Casado. Es del signo de Cáncer.

De chiquito quería ser abogado.

Es hincha de Peñarol.

¿Alguna asignatura pendiente? Ser padre, pero hoy estoy muy feliz.

¿Una comida? Un buen asado, bien jugoso.

¿Un libro? La Constitución anotada por Martín Risso y los libros de Harry Potter.

¿Una película? Escritores de libertad.

¿Un hobby? Cultivo de bonsái y salir a correr.

¿Qué música escucha? Folklore y el estilo candom-rock murguero me apasiona.

¿Un día de la semana? Los lunes, porque quedan muchas cosas por hacer.

¿El peor día de la semana? Suelo tener un bajón los miércoles.

¿Qué le gusta de la gente? La transparencia.

¿Qué no le gusta de la gente? Las búsquedas desmedidas e inescrupulosas por alcanzar determinadas cosas. Todos tenemos que tener un límite, cuando la gente se desespera y sale alocada a buscar algo, puede herir a otro, y en eso no puedo tranzar.

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/jzdr