Por: Jorge Pignataro
Se cumplieron ayer diez años de la muerte de uno de los cultores predilectos de la música popular uruguaya: José Carbajal, «El Sabalero». Cantante, compositor y guitarrista, creador de inolvidables canciones como Chiquillada, A mi gente y La Sencillita, fue encontrado sin vida en su casa de Villa Argentina (departamento de Canelones) en la madrugada del 21 de Octubre de 2010. La causa de su muerte, a los 66 años (había nacido en Juan Lacaze el 8 de diciembre de 1943) fue un paro cardíaco y se lo encontró en posición erguida frente a una computadora. Cinco días antes había realizado su última presentación en público, cantado en un bar, actuación que cerró con el tema «La Muerte», casi que profetizando el cercano final:
Me enrosco en tus ancas fuertes
Y en tus ternuras mi negra
Me gusta vivir la vida
Entregándome a la suerte
Pa no tener tanto miedo
Cuando me abrace la muerte
Será porque tengo el cuerpo
Llenito de madrugadas
Que busco una muerte viva
Jamás una muerte mansa
O será que no se eligen
Estos barullos del alba…

Atrás de la enamorada
anda el que está enamorando
Detrás de mi vida negra
corren los que van matando.
Con chorros de mariposas
Enamoramos la vida
Entre sabanas calientes
Promesas y despedidas
Y bajo de cada retazo
Anda la muerte escondida
Angelitos de bosteco
Ventanita de un verano
Me enseñaste la tristeza
Cuando soltaste mi mano
Quedarás con los mariachis
Cantarás en las trompetas
Y yo me marcho solito
Llorando porque me cuesta.
La muerte no tiene manos
La vida se las quitó
Pero le dejó la boca
Y le dice ven mi amor
Muerte que anda de amargura
Como si se lo pidiera
Déjeme un ratito solo
Pa arreglarme con mis penas
Le juro que si se ensaña muerte
Con mi corazón
El día que me caliente
Entro a perseguirla yo
Con quién,
Con quién se moja la muerte
Que nunca,
Que nunca chupa conmigo
Y amigo de buena vida
No le importa ni un comino
Adónde se va la muerte
Que salió en punta de pie
No me interesa compadre
Ya lo sabremos después.
La muerte andaba rondando
Quien sabe dónde andará
No me dejes alegría
No te vayas vida mía
Que esta puta, vieja y fría
Nos tumba sin avisar