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sábado, noviembre 29, 2025

Construir resiliencia tras sesiones perdedoras

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Perder en poker es parte del juego; de hecho, la derrota es inevitable. Incluso los mejores jugadores del mundo tienen sesiones perdedoras, y es que parece que hay días que no importa qué tan bien puedan jugar; parece que las cartas no están a su favor.

Y si bien es imposible no sentirse abrumado por esta mala racha, es precisamente en estos momentos de adversidad donde se forja el carácter de un jugador. 

Y mientras los aficionados ven estas sesiones como un fracaso y un ataque directo a su confianza, los jugadores de élite lo ven como una fuente de información valiosa para su crecimiento.

La pausa y la desconexión emocional

Después de una sesión especialmente dura, la tentación de abrir el historial de manos y analizar inmediatamente qué ha salido mal es grande, pero este también es el peor error que puedes cometer. 

Cualquier análisis que se haga desde un estado de frustración, enfado o decepción es inútil, ya que la mente está nublada por las emociones. La objetividad se irá por el desagüe, culpando a la mala suerte de todos los errores.

Es por ello que la primera regla para construir resiliencia tras sesiones perdedoras es siempre tomar una pausa. Lo mejor es cerrar la plataforma, levantarte de la silla y alejarte del juego saliendo a caminar, escuchando música o haciendo cualquier otra actividad que permita desconectar y lograr que tu estado emocional vuelva a ser neutral.

Una vez se pueda lograr visualizar todo desde una perspectiva calmada y racional, es justo allí cuando se puede realizar una revisión que sirva para mejorar.

El análisis técnico

Ahora que las aguas se han calmado, es momento de la revisión técnica, y el objetivo es actuar como un científico, observando los datos de forma fría y objetiva.

Olvida los botes grandes y enfócate en las manos clave, aquellas en las que te sentiste incómodo, en las que dudaste sobre qué hacer o en las que entendiste bien la línea de tu rival. Después de ello, es momento de preguntarse si, independientemente del resultado, tomaste la decisión más rentable a largo plazo con la información que tenías en ese momento.

Aquí es donde debes ser brutalmente honesto para diferenciar la varianza de un error. Un bad beat, donde tu rival gana con muy pocas probabilidades, es mala suerte. Pagar una apuesta grande en el river con una mano mediocre con la esperanza de un milagro es un error.

El proceso de revisión es más sencillo cuando se utiliza un software que permite repasar las manos de forma clara y sencilla. Y la posibilidad de alternar entre el modo de prácticas y las mesas de poker online con dinero real, además, permitirá practicar para corregirlos de forma inmediata.

Lo mejor es buscar patrones, evaluar si se está pagando de más fuera de posición, si se ha faroleado demasiado o, por el contrario, muy poco. Cualquier error que sea recurrente es mucho más valioso que centrarse en solo aquellas manos donde la suerte jugó en contra.

La autocrítica constructiva

Este análisis técnico debe ir sí o sí acompañado de un análisis mental. Pero antes de comenzar con la autocrítica, ten presente que la forma en la que te hablas a ti mismo durante este proceso también es crucial. Están completamente prohibidas las frases como «soy un mal jugador» o «siempre me pasa lo mismo», pues lo único que hacen es dañar tu confianza y no te ayudan a mejorar.

En lugar de estos malos comentarios, opta por un enfoque constructivo: cambia el «qué mal jugué esa mano» por «¿qué otra línea podría haber tomado y por qué sería mejor?». 

Aunque pueda ser un poco tedioso, una herramienta poderosa es llevar un diario de poker. En él, no solo anotes los aspectos técnicos de las manos, sino también tu estado mental. ¿Estabas cansado cuando empezó la sesión? ¿Te distrajiste con el teléfono? ¿Ya estabas frustrado por una mano anterior cuando cometiste tu mayor error? De esta forma lograrás conectar tus errores técnicos con tus «fugas» mentales, lo que te dará una comprensión mucho más profunda de tu juego.

El plan de acción

Pero claro, los análisis solo serán útiles si posteriormente se lleva a cabo un plan de acción concreto para mejorar.

Después de identificar uno o dos errores principales en tu revisión, el siguiente paso es establecer un objetivo claro para tu próxima sesión de juego. Este objetivo no debe ser «ganar dinero», sino que, por el contrario, debe estar enfocado en lo técnico o lo mental.

Por ejemplo, tu objetivo podría ser «hoy me voy a centrar en no jugar manos especulativas fuera de posición» u «hoy, si pierdo un bote grande, me tomaré un descanso de dos minutos antes de jugar la siguiente mano». 

Enfocarte en ejecutar correctamente esta mejora, en lugar de en el resultado monetario, ya que esto te da el control de tu proceso de aprendizaje. El objetivo es repetir todo este ciclo de análisis sesión tras sesión, para así ir construyendo una base que te fortalezca como jugador.

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