A media tarde del martes último, en el Juzgado Penal de calle Artigas 1080 se cumplió una nueva instancia en el caso de Charly Ferreira, el joven que apareció sin vida en abril de 2007, en la Ruta 31, rato después de haber sido retirado por la Policía del local bailable de Tropezón.

Desde la semana pasada, familiares de Charly, que no han cesado nunca en el afán de aclarar esta muerte, venían anunciando con gran expectativa que «a las 15 horas del martes 31 de mayo declara en el Juzgado un nuevo testigo, un testigo clave para que se puedan aclarar los hechos».
Es así que EL PUEBLO tomó contacto con Juan José Barreto, padre del joven fallecido, quien explicó que: «lo que pasó el martes fue que hubo una nueva audiencia, donde declaró un testigo clave, un muchacho que esa noche (la de la muerte) estaba trabajando en el baile, trabajaba para Gelós (organizador del baile) en la parte de Seguridad».
Consultado puntualmente sobre qué declaró este testigo, dijo Barreto que «él afirma lo mismo que los demás testigos que ya han declarado antes, o sea, que la Policía lo detiene a Charly, lo esposan y se lo llevan. Por eso nosotros nos preguntamos por qué nunca llegó a la Comisaría y apareció muerto en la ruta… ¿Cómo puede ser que lo hayan sacado detenido, esposado y que al rato aparezca muerto? Pero a la vez, este nuevo testigo que declaró el martes, dijo que vio cómo los policías lo judeaban a Charly, la forma en que Charly estaba en el suelo y le pegaban cachiporrazos y patadas. Por lo tanto la responsable de esto es la Policía».
Finalmente, dijo Barreto que «ahora nos queda seguir esperando la resolución de la Justicia» e insistió en que mientras tenga vida, seguirá luchando para que se sepa la verdad sobre la muerte de su hijo.