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lunes, febrero 17, 2025
Columnas De Opinión
Leonardo Silva Pinasco
Leonardo Silva Pinasco
Periodista en diario El Pueblo, Canal 4 de Flow, Radio Arapey.

APUNTES EN BORRADOR N° 901

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Edición Año XVII N° 901, lunes 17 de febrero de 2025

DEMOCRACIA. El comienzo de la caída del poder de las monarquías absolutistas se dio cuando cada Estado comenzó a darse lo que se llamó una Carta Magna, donde diluía el poder del rey en distintas reparticiones o “estamentos estancos”, como llamó originariamente Montesquieu a la separación de los Poderes del Estado.

La primera medida se dio en el siglo XVII, cuando se estableció una monarquía parlamentaria en Inglaterra. La historia marca que los avances fueron lentos, incluso algunos fueron producto de la sangre derramada en revoluciones, como en la francesa de 1789, donde se estableció la República y donde el Rey Luis XVI terminó siendo decapitado en la guillotina por crímenes contra la República según decisión de un pueblo francés organizado jurídicamente.

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Se fue evolucionando, con mucho sacrificio, con marchas y contramarchas, porque la evolución de la Humanidad nunca ha sido lineal como nos han hecho creer. Hay mucho de aquello de “ensayo y error”. Eso es lo bueno de la democracia, donde podemos permitir equivocarnos, aprender y rectificar el camino.

Luego el poder del Estado se diluyó fundamentalmente en tres Poderes, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Se habla de un cuarto Poder, el del Pueblo organizado ejerciendo la democracia de manera representativa (parlamento) o directa (plebiscitos, referéndums, siempre votando y eligiendo caminos), pero eso ya es materia de discusión e intercambio para la doctrina constitucionalista.

En nuestro país, nos hemos dado a través de nuestra Carta Magna derivada de aquel primer contrato social, al decir de Rousseau, que fue nuestra Constitución de 1830, un sistema democrático que tuvo también varias marchas y contramarchas, pero en la que nunca tuvimos duda que no queríamos que nos rigiese un rey sino un Presidente elegido por nuestros representantes que conformaban la Asamblea General, órgano del Poder Legislativo. De todas maneras, se ha pasado de un régimen presidencialista a un colegiado del Poder Ejecutivo, entre varias idas y venidas como dijimos, con golpes de Estado que siempre terminaron buscando cambiar el texto constitucional en torno al equilibrio del poder y el consiguiente relacionamiento entre el Ejecutivo y el Parlamento.

Pero a partir de 1967, definitivamente terminamos recalando en un sistema de gobierno democrático republicano y semi representativo, donde la democracia representativa parlamentaria podía compartir la toma de decisiones con el pueblo organizado a través de institutos de gobierno directo, como los ya mencionados plebiscito y referéndum.

En este corto período de menos de 350 años de nuestra civilización, hemos llegado hasta lo que pasó este sábado, cuando se dio inicio a una nueva Legislatura, casi dos semanas antes del inicio de un nuevo gobierno nacional, porque como el Presidente electo debe prestar juramento y comprometerse ante los Representantes del Pueblo a cumplir con las obligaciones republicanas que le impone la Constitución, por aquello de “mi autoridad emana de vosotros…”, es decir, del pueblo y de sus representantes, los parlamentarios elegidos en octubre del año pasado y que permanecerán en sus cargos por el siguiente período, es a quien el Presidente debe dirigirse.

Así que vaya nuestro saludo más sincero y republicano a todos los Representantes del Pueblo, Diputados y Senadores de todos los partidos, en particular a los de Salto. Brindamos por el éxito de todos, porque de su trabajo aspiramos que se garantice la “pública felicidad”.

Hasta la semana que viene y tilo pa’la barra…

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