En la interpelación del pasado lunes a la Ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, quedó demostrado fuera de toda duda, violar la Constitución de la Republica y transitar por la más flagrante ilegalidad, no genera ningún reflejo de sensibilidad ético-institucional a los integrantes de la Coalición de las Izquierdas.
Defender lo indefendible y el aferrarse a los cargos, es una constante del frenteamplismo, desde el escándalo de los casinos municipales, cuando les reafirmaron “toda la confianza” a Bengoa y sus secuaces, procesados y condenados, y el intendente y la secretaria (Arana y Muñoz), se salvaron de ser procesados porque el fiscal, oportunamente, “perdió el pen drive” y venció el plazo.
De Raúl Sendic, renunciando a la vice presidencia de la República en el último minuto, por temor a un dictamen condenatorio de la JUTEP, (que nunca se conoció), procesado y condenado, muestra que el aferrarse al cargo, cuando quedan al descubierto acciones ilegítimas e ilegales es el caso emblemático de esta actitud.
Lo novedoso de esta instancia, es se ha avanzado un paso más en las conductas ilegítimas: la JUTEP, (Junta de Transparencia y Ética Pública), emitió (por mayoría), un dictamen que desconoció el informe condenatorio de su Asesoría Letrada, para dictaminar que “no hay incompatibilidad” en presidir ASSE, ser médico consultante de Asociación Española, de Médica Uruguaya y el CAM de Soriano, además de dictar clases como catedrático Grado 5 en la facultad de Medicina, todo simultáneamente en 40 horas semanales.
De “yapa”, la presidente de la JUTEP, abogada Ana María Ferraris Barrios, es PROFESORA DE DERECHO CONSTITUCIONAL, que, junto a su prestigio académico, ha tirado por el caño la dudosa calidad institucional y ética de la JUTEP. Danza finalmente renunció a sus 4 cargos… hubieran empezado por allí.




