A las 15 horas en el Parque Dickinson. es el partido de ida de la final. Son los primeros 90 minutos de fútbol entre Universitario y Laureles de Fray Bentos. Los rojos afrontan su partido número 13, con solo dos derrotas y un empate. La primera caída ante Ferro Carril en ocasión del estreno en el Merazzi y de último el 1-2 a cuenta de Libertad de San Carlos. Es cosa cierta por lo tanto, que a Universitario no le ha faltado continuidad en materia de resultados a favor y no por nada esta consecuencia de combatir en pro de la máxima corona.
Y de algo no quedan dudas: esta es la hora, Universitario.
Y Universitario lo sabe.
UN RIVAL DEMASIADO ESPECIAL
Laureles de Fray Bentos llega por primera vez a una definición. Nunca antes. Por eso,. es parte activa de su creciente estímulo. Ayer sábado salió la embajada de la capital rionegrense y pernoctaron en suelo salteño. Ya Laureles respira aire «naranjero». El de la Dirección Técnica de Miguel Cerrilla y que se afinca en un funcionamiento sólidamente aceitado.
Recoge la esencia guerrera y potencial del fútbol de Río Negro. Es un rival que llega cargado de legítimas ambiciones. Las tiene.
LA RAZÓN
DE LOS GOLES
En un mano a mano final como este, no solo trascienden los puntos como primer punto de resolución, sino la diferencia de goles en caso de equilibrio en el primero de los casos. Por eso, el imperativo de vencer y por la mayor diferencia posible. Es natural suponer que esta última llave se define «allá», pero algo más que una señal, tiene que ver con este «aquí».
Si juega George Dos Santos, Universitario se potencia. Se no juega, se limita. O tendrán que aparecer con sostenida influencia, Joaquín Jacques, Valentín Fornaroli y Diego Llama.
Restará saber que propone Laureles, a quien no le faltó arte de contragolpe en el desquite en San José, aunque mal resolvió.
Es una cita clave. Porque este primer partido, dejará la huella de cara al segundo. Mientras que Universitario jugando de local, sabe demasiado bien…¡qué esta es la hora!
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-