El próximo domingo será el Día de la Madre. Esta página se adelanta y homenajea a las madres con poemas de Sonia Susana Martínez Camino. Nacida en Montevideo, Sonia vive en Salto desde 1972. Integró el grupo literario «Perfiles de Salto» y asistió posteriormente al taller literario «Horacio Quiroga», que dirigía Leonardo Garet. Ha obtenido varios premios en concursos literarios de nivel local, nacional e internacional.

MADRE (I)
Privilegiado aquel que ha sentido
o que puede gozar de su presencia
amada igual por quien sufrió la ausencia
de ese -su amor- no siempre compartido.
Porque aquel que sin ella ha vivido
sin mamar su calor y sus caricias
intenta descubrir alguna pista
de la imagen que vive en sus sentidos.
Amor, que por lo inmenso no hay indicio
que pueda ser humano descifrarlo
so pena de perder el raciocinio.
Madre, el bien más grande recibido
sin haber hecho nada por ganarlo
a Dios tampoco siempre agradecido.
MADRE (II)
Un halo divino
reforzó tu vientre
y el reloj de vida
cumplió su misión
un nuevo milagro
contó con su anuencia
y para esa gloria
a ti te eligió.
Sublime regalo
ese haz de esencia
por su obra y gracia
tu ser engendró
tesoro valioso
es ese inocente
fiel depositaria
de su criación.
MAMÁ
El reloj divino
marcó mi llegada
y eligió tu vientre
para mi confort
y desde ese instante
tus brazos hicieron
nido y esperanza
a mi corazón.
Ha pasado el tiempo
ahora soy madre
y entiendo tus miedos
y tu desazón
si elegí un camino
que no te convence
no es tuya la culpa
ni en mí, desamor.
HIJOS
No seré la mejor madre
ni sé de madre perfecta
tampoco hay segunda vuelta
para cambiar lo que he errado,
mas de algo estoy segura
y es del amor que te he dado.
No hay medida en el amor
el sentimiento va dentro
más allá de las palabras
¡no importan los desencuentros!
porque mi amor maternal
no lo ha de borrar el tiempo.
LA CAMA VACÍA
Quiero rezar en su lecho
para pedirle perdón
aliviarla del dolor
que le está oprimiendo el pecho
tanto daño le hubo hecho
mi conducta inapropiada
dejándola abandonada
sin concederle derechos.
Orgullo de aquellos tiempos
queriendo tener razón
olvidando al corazón
de aquella que me dio la vida.
Intento en esta corrida
llegar hasta allí con tiempo
pidiendo a Dios en mi intento
no esté la cama vacía.
MADRE DE CORAZÓN
Alas del corazón dando cobijo
con la magnificencia de un alma
que no se contuvo al imprevisto
de no haber engendrado sus entrañas.
La lucha desigual con la natura
le increpa fatalmente su osadía
si dice la verdad es censurada
el hacer lo contrario, es anarquía.
Sentimiento de amor incomprendido
que le hace temer por el rechazo
de ese hijo, que ha sido el escogido.
Su decisión de dar, cambió un destino.
Si desarrolla el ciego otros sentidos…
lo que faltó de gen…¡holgó en cariño!
TÚ, LO MÁS GRANDE
Tantos años dedicados
tanto esfuerzo y tanto afecto
no alcanza solo un momento
o un día de agasajo.
Tú, que me diste la vida
y regalado tus tiempos
que me amparaste de niño
y me cubriste de besos.
Tú, que pasaste las noches
en vela, si estaba enfermo
o que reíste conmigo
festejando mis momentos.
Tú que escondiste el llanto
y sufriste en silencio
tú, que pagaste el precio
por verme sano y contento.
Todos los días del año
te llevo en mi pensamiento
y quiero decirte, madre:
¡Sos lo más grande que tengo!
HERENCIA DE UNA MADRE
Un día marchóse dejando una pena
brotando sangrante de mi corazón,
una sorda rabia se aferró a mis venas,
total impotencia la que me sumió.
Entre los papeles, fotos amarillas,
su pluma, tarjetas, ¿la firma? ¡un borrón!
No hubo recuerdos que me condujeran
a aceptar su ausencia con resignación.
Hasta aquel día al tomar conciencia
que fui el objetivo por el que vibró,
descorriendo velos descubrí su herencia
cuando, con presencia, me dio su calor.
Abriendo ese cofre de joyas preciosas
rescaté las perlas que otrora vertió
de sus ojos tristes, cuando alguna pena
que me acompañaba, ella conjugó.
Asomóse entonces con su fortaleza:
el silencio a tiempo, la humana versión,
tesoro en sus manos prodigando inmensa
toda la ternura de su corazón.
Esa fue la herencia más rica y preciada
que a mis tiernas alas dotó de vigor,
con palabras simples que vertió en mi alma
me ofrendó en un arca, con el nombre AMOR.
(Poema premiado en el 20º Concurso Día de la Madre, programa “En nuestro idioma” -de Tito Aplanalp-, FM del Éxodo, Mayo de 1998).